'Un fotógrafo ya, para que lo dejen ir'

CHIHUAHUA.- Mayra Andrade esperó más de cinco horas para tomarse una foto con Enrique Peña Nieto, precandidato del PRI a la Presidencia.

Salió junto con un grupo de personas en autobús de su natal Camargo, a las 6:30 horas, y casi se regresa sin usar la cámara que pidió prestada.

Su amiga tuvo mejor suerte y ya traía la foto que ambas habían prometido a sus mamás. Pero antes de que Mayra se acercara, Peña Nieto ya había sido arrastrado por los cientos de personas que al término del evento en esta ciudad se arremolinaron para saludarlo.

Mayra es parte de la estructura territorial que se ayer hizo el compromiso con Peña Nieto de llevarlo a la Presidencia, aunque no sabe bien en qué consistirá su trabajo.

Luego del acto con la militancia tricolor, Peña Nieto puso a sudar a sus elementos de seguridad, en su afán de saludar al mayor número de personas.

El político mexiquense regaló una hora de fotos, besos y sonrisas, pero atrás de él su equipo de seguridad daba una cara distinta.

"Abran paso, abran paso", gritaban sus escoltas con codazo y empujón de por medio, sin lograr contener a la gente que buscaba acercarse al aspirante y al Gobernador, César Duarte, quien lo acompañó en todo el recorrido realizado por las gradas del gimnasio hasta la camioneta del Mandatario estatal.

¡Abran paso si no quieren que los empuje", gritaba el jefe de los más de diez elementos de seguridad de Peña Nieto a una pareja vestida de rojo que buscaba estar cerca de la escena.

-¡Oiga, no empuje a mi esposa! -le reclamó el hombre, quien dijo ser miembro del PRI estatal.

"¡Pues si no quiere que le pase nada, no la traiga! Y no me importa quién sea usted", contestó el escolta, y luego le reclamó a los encargados de prensa que en el lugar hubiera reporteros.

"Esta es una zona de seguridad, no puede haber reporteros, ayuda a desalojarlos, esto ya se salió de control y ustedes no ayudan", protestaba.

En esos momentos Peña Nieto y Duarte estaban en el remolino de gente que los alejaba de la camioneta en la que tenían que salir a una reunión con empresarios, en el centro de la ciudad.

"Candidato, Enrique, una foto", le pedían una y otra vez.

"Traigan un fotógrafo", pedía Duarte mientras Peña posaba con una señora, sin que hubiera cámara.

"¡Un fotógrafo, un fotógrafo ya para que lo dejen ir", gritaba uno de los elementos de seguridad.

Finalmente llegó a la camioneta y ahí, a un lado, se encontraban Mayra y su amiga.

-¿Otra vez?, pero si tú ya retomaste una -observó el político mexiquense.

-Sí, pero mi amiga faltó.

-¡Venga pues, con la dos! -dijo Peña Nieto, quien después abordó la Suburban de Duarte.

"Ahora sí que se lo dejamos bien magullado a la Gaviota", comentó Mayra, mientras se cercioraba que la foto estuviera en su cámara para llevarla a su mamá.


Mariel Ibarra, Reforma, 9 de enero.

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