Impulsan reforma

WASHINGTON.- La presión sobre los congresistas republicanos para que impulsen la aprobación de una reforma migratoria aumentó ayer en varios frentes.

Del lado republicano, el liderazgo del partido anunció que no abordará el proyecto de ley aprobado en el Senado, de mayoría demócrata, pero que seguirán trabajando para encontrar una solución al tema migratorio.

"El pueblo estadounidense quiere que nuestras fronteras estén seguras, que se haga cumplir la ley y que los problemas migratorios sean solucionados para crear una economía más fuerte", aseguró John Boehner, líder de la Cámara baja, en un comunicado.

Boehner se reunió ayer con sus 233 correligionarios republicanos en el sótano del Capitolio para decidir cómo abordar la reforma migratoria.

"Creo que nuestros miembros están listos para lidiar con este asunto. Necesita ser arreglado", dijo el presidente del Comité de Presupuesto de la Cámara baja, el ex candidato vicepresidencial Paul Ryan, tras el encuentro.

"Hay un consenso emergente de que nuestro sistema migratorio está descompuesto y necesitamos corregirlo de una manera integral", agregó.

Según testimonios, Boehner advirtió a sus colegas que es necesario hacer algo con la reforma para no debilitar al Partido.

Al mismo tiempo, sin embargo, reiteró que ningún proyecto de ley entrará en el pleno sin que una mayoría de los republicanos esté de acuerdo.

En la reunión de ayer, los republicanos no acordaron un calendario y se limitaron a decir que esperan tener el debate en marcha antes del receso veraniego.

En este contexto, el también ex Presidente republicano George W. Bush instó al Congreso a abordar la reforma migratoria con "espíritu benevolente" para alcanzar una solución positiva.

Del lado demócrata, en tanto, el Presidente Barack Obama insistió que la Cámara baja debería empezar a debatir el proyecto.

La Casa Blanca, además, retomó el argumento económico y dijo que regularizar a 11 millones de indocumentados impulsaría el crecimiento por encima del 3 por ciento y ayudaría a rebajar el déficit.

"Siempre ha sido una batalla cuesta arriba (...) Y las cosas que son difíciles resultan difíciles", resumió el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, en referencia a la actitud de los republicanos.

Con actos y declaraciones como éstas, los demócratas quieren dejar claro ante la opinión pública que toda la responsabilidad recaerá sobre sus rivales políticos si la reforma muere en el Capitolio.

Y por último, como telón de fondo, cientos de migrantes se concentraron ayer afuera del Congreso para exhortar a los republicanos a que aprueben pronto una reforma que brinde a los 11 millones de indocumentados la ciudadanía.

"Si los republicanos no nos respaldan en esto, no ganarán más elecciones presidenciales porque no les vamos a votar nunca", resumió a REFORMA Gustavo Andrade, director de organización de la asociación CASA.

Para que la reforma sea aprobada en la Cámara baja se necesitan 218 votos y muchos dan por descontados al menos 200 sufragios demócratas.

La Cámara tiene 435 asientos, de los cuales 234 son ocupados por republicanos y 201 por demócratas.

"Tenemos ya los votos porque sólo hace falta sumar algún demócrata indeciso y algún republicano con gran electorado latino en su distrito. El problema es si Boehner no permite que se vote", comentó Andrade.

Al menos 38 republicanos fueron elegidos en distritos con alta densidad de población latina y muchos de ellos se han mostrado dispuestos a abrir un camino para la legalización de los indocumentados.

La delicada posición de Boehner, sin embargo, es un reflejo de la situación en la que el debate migratorio ha colocado al Partido Republicano, totalmente dividido por los intereses encontrados de sus miembros.




Barajan opciones

Otorgar la ciudadanía a indocumentados es el tema más divisivo en la Cámara baja. Los republicanos -ultras y moderados- proponen:

 Impulsar una reforma "en migajas", que se divida en distintas leyes para distintos grupos. Es decir, una para los trabajadores agrícolas, otra para estudiantes y otra para el resto de los indocumentados.

 Pasar la ley que ya fue aprobada en el Senado, pero sin una vía a la ciudadanía.

 Aprobar una ley elaborada por la Cámara baja que sí contemple una vía para otorgar la ciudadanía a millones de indocumentados.

 No hacer nada.


Ángel Villarino corresponsal, Reforma, 11 de julio.

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