La ética de la información es un antídoto contra el fundamentalismo moral, económico, tecnológico, legal y político, observa Rafael Capurro, director del Centro Internacional de Ética de la Información (ICIE).
"Si la ética es la reflexión metódica de los fundamentos morales de una 'buena vida', la ética de la información es el análisis de las oportunidades y problemas generados por las nuevas tecnologías para realizar una 'buena vida"', dice Capurro, quien participará en el "Seminario Internacional de Ética de la Información: Filosofía, cultura y psicoanálisis".
A celebrarse del 11 al 13 de febrero en la Universidad del Claustro de Sor Juana, el encuentro reunirá a 50 especialistas provenientes de la UNAM, UAM, el Círculo Psicoanalítico Mexicano y el Colegio Nacional de Bibliotecarios, que discutirán las implicaciones filosóficas, psicológicas y culturales de las nuevas tecnologías sobre los usuarios.
La ética de la información, comenta Capurro, trasciende el medio digital, pues investiga las normas morales de la comunicación humana en otros soportes y épocas.
En este sentido, las problemáticas de carácter ético no son novedosas, pero sí adquieren un cariz distinto al inscribirse en el panorama tecnológico contemporáneo.
"La discusión actual tiene que ver, en primer lugar, con la inaccesibilidad a la red digital por quienes no tienen los medios económicos y, lo que es muy importante, la educación necesaria para utilizar y sacar provecho de sus potencialidades", apunta.
Es un problema de justicia social, observa Capurro.
La red digital desempeña un papel cada vez más importante en la vida política de los países; la ética debe plantear preguntas y formular nuevos conceptos acerca de las nuevas posibilidades de participación ciudadana mediante la red.
"La 'mediocracia', instaurada el siglo pasado por los medios masivos, se transforma hoy por las potencialidades de interacción, multimedialidad y creación o fortalecimiento de comunidades desarrolladas por el Internet", afirma el profesor en Ciencias de la Información en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Stuttgart, en Alemania.
A esto se suma el derecho a que la información gubernamental oficial se presente de un modo que garantice su comprensión. Un acceso digital a ésta sin que se considere su transparencia no ayuda a que la ciudadanía se integre activamente al proceso de construcción social.
"Es necesario crear espacios y tiempos individuales y sociales 'digitalmente libres' semejantes a las zonas peatonales en nuestras ciudades. Nos hace falta un estudio sistemático y comparado que describa las patologías de la cultura digital", concluye.
"Si la ética es la reflexión metódica de los fundamentos morales de una 'buena vida', la ética de la información es el análisis de las oportunidades y problemas generados por las nuevas tecnologías para realizar una 'buena vida"', dice Capurro, quien participará en el "Seminario Internacional de Ética de la Información: Filosofía, cultura y psicoanálisis".
A celebrarse del 11 al 13 de febrero en la Universidad del Claustro de Sor Juana, el encuentro reunirá a 50 especialistas provenientes de la UNAM, UAM, el Círculo Psicoanalítico Mexicano y el Colegio Nacional de Bibliotecarios, que discutirán las implicaciones filosóficas, psicológicas y culturales de las nuevas tecnologías sobre los usuarios.
La ética de la información, comenta Capurro, trasciende el medio digital, pues investiga las normas morales de la comunicación humana en otros soportes y épocas.
En este sentido, las problemáticas de carácter ético no son novedosas, pero sí adquieren un cariz distinto al inscribirse en el panorama tecnológico contemporáneo.
"La discusión actual tiene que ver, en primer lugar, con la inaccesibilidad a la red digital por quienes no tienen los medios económicos y, lo que es muy importante, la educación necesaria para utilizar y sacar provecho de sus potencialidades", apunta.
Es un problema de justicia social, observa Capurro.
La red digital desempeña un papel cada vez más importante en la vida política de los países; la ética debe plantear preguntas y formular nuevos conceptos acerca de las nuevas posibilidades de participación ciudadana mediante la red.
"La 'mediocracia', instaurada el siglo pasado por los medios masivos, se transforma hoy por las potencialidades de interacción, multimedialidad y creación o fortalecimiento de comunidades desarrolladas por el Internet", afirma el profesor en Ciencias de la Información en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Stuttgart, en Alemania.
A esto se suma el derecho a que la información gubernamental oficial se presente de un modo que garantice su comprensión. Un acceso digital a ésta sin que se considere su transparencia no ayuda a que la ciudadanía se integre activamente al proceso de construcción social.
"Es necesario crear espacios y tiempos individuales y sociales 'digitalmente libres' semejantes a las zonas peatonales en nuestras ciudades. Nos hace falta un estudio sistemático y comparado que describa las patologías de la cultura digital", concluye.
Nota de Diana Gutiérrez, Reforma, 4 de febrero.
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