BOSTON.— El presidente Felipe Calderón se subió al tema de la contienda electoral de Estados Unidos y adelantó que el próximo mandatario de esta nación deberá entender que México y su vecino del norte son complementarias y no enemigos.
“Quien quiera que sea el siguiente presidente de Estados Unidos, este país puede contar con México a fin de avanzar en esa dirección (...) Sé que este es un tema muy delicado y quiero ser muy respetuoso de las decisiones del pueblo estadounidense. Reconozco y respeto los derechos de todo gobierno para aplicar la ley en su propio territorio, pero quiero cambiar la perspectiva sobre el futuro.
Incluso, se tomó la libertad de acusar a los estadounidenses de cometer un error durante este proceso de recesión económica que enfrentan: “La solución de la falta de competitividad es cerrar las fronteras, ustedes están cometiendo un error muy, muy grave”.
En una conferencia que ofreció en Harvard, se encontró con estudiantes que plantearon temas como la economía, migración y educación en México. Sobre este último tema Calderón dijo que se requiere una reforma educativa, pero con el compromiso de maestros, pues “tenemos una muy mala calidad” en educación.
Calificó de “controversial” la relación con el sindicato de maestros, pero reconoció que una reforma pasa por el acuerdo con ellos y la revisión salarial. “Necesito forjar una relación muy fuerte en el país para ese asunto”.
Al tocar a Venezuela respondió que es difícil hablar de estos temas en público, pero aseguró que la relación con Latinoamérica no depende del dinero que se invierta, “porque América Latina no está en venta, lo que se requiere es más solidaridad”.
Aunque la gira tenía como objetivo charlar con comunidades mexicanas migrantes, el mandatario tuvo ayer su primer encuentro antes de salir de Nueva York a esta urbe; de esa reunión no se difundió información oficial.
Sin embargo, The New York Times calificó el encuentro como un torbellino, pues en la reunión a puerta cerrada celebrada en un hotel , Calderón apenas tuvo 30 minutos para dialogar con más de 50 activistas que trabajan con migrantes mexicanos.
Entrevistado por el diario estadounidense, Joel Magallán, director de la Asociación Tepeyac , dijo que el encuentro fue apenas “una entrada” que sirvió al menos para que Calderón conociera los rostros de quienes trabajaban para los mexicanos en EU, porque no hubo tiempo de hablar.
Otros asistentes dijeron que Calderón no hizo promesas, sólo oyó; al término del encuentro, el mandatario tampoco habló con la prensa. Hasta que llegó a Harvard abordó el tema.
Calderón habló en inglés y pidió a los estadounidenses conocer la naturaleza del problema migratorio, que se da de manera natural.
Un joven le preguntó su posición en derechos humanos cuando en México, señaló, no se respetan. Calderón respondió que su gobierno tiene una política que cree en las garantías individuales dentro y fuera del país.
En la mañana, antes de salir de Nueva York, Calderón conversó con Ban Ki Moon, secretario general de Organización de las Naciones Unidas (ONU), quien le informó al mandatario mexicano que redoblará sus esfuerzos de cooperación con México en la lucha “contra la droga y el delito”.
La colaboración de la ONU en la lucha contra la delincuencia organizada en México consistirá en ofrecer capacitación en técnicas de investigación contra el narco; compartir experiencias en programas de desarrollo alternativo; erradicación de cultivos y desarrollo de cultivos alternos para evitar la siembra de enervantes.
“Quien quiera que sea el siguiente presidente de Estados Unidos, este país puede contar con México a fin de avanzar en esa dirección (...) Sé que este es un tema muy delicado y quiero ser muy respetuoso de las decisiones del pueblo estadounidense. Reconozco y respeto los derechos de todo gobierno para aplicar la ley en su propio territorio, pero quiero cambiar la perspectiva sobre el futuro.
Incluso, se tomó la libertad de acusar a los estadounidenses de cometer un error durante este proceso de recesión económica que enfrentan: “La solución de la falta de competitividad es cerrar las fronteras, ustedes están cometiendo un error muy, muy grave”.
En una conferencia que ofreció en Harvard, se encontró con estudiantes que plantearon temas como la economía, migración y educación en México. Sobre este último tema Calderón dijo que se requiere una reforma educativa, pero con el compromiso de maestros, pues “tenemos una muy mala calidad” en educación.
Calificó de “controversial” la relación con el sindicato de maestros, pero reconoció que una reforma pasa por el acuerdo con ellos y la revisión salarial. “Necesito forjar una relación muy fuerte en el país para ese asunto”.
Al tocar a Venezuela respondió que es difícil hablar de estos temas en público, pero aseguró que la relación con Latinoamérica no depende del dinero que se invierta, “porque América Latina no está en venta, lo que se requiere es más solidaridad”.
Aunque la gira tenía como objetivo charlar con comunidades mexicanas migrantes, el mandatario tuvo ayer su primer encuentro antes de salir de Nueva York a esta urbe; de esa reunión no se difundió información oficial.
Sin embargo, The New York Times calificó el encuentro como un torbellino, pues en la reunión a puerta cerrada celebrada en un hotel , Calderón apenas tuvo 30 minutos para dialogar con más de 50 activistas que trabajan con migrantes mexicanos.
Entrevistado por el diario estadounidense, Joel Magallán, director de la Asociación Tepeyac , dijo que el encuentro fue apenas “una entrada” que sirvió al menos para que Calderón conociera los rostros de quienes trabajaban para los mexicanos en EU, porque no hubo tiempo de hablar.
Otros asistentes dijeron que Calderón no hizo promesas, sólo oyó; al término del encuentro, el mandatario tampoco habló con la prensa. Hasta que llegó a Harvard abordó el tema.
Calderón habló en inglés y pidió a los estadounidenses conocer la naturaleza del problema migratorio, que se da de manera natural.
Un joven le preguntó su posición en derechos humanos cuando en México, señaló, no se respetan. Calderón respondió que su gobierno tiene una política que cree en las garantías individuales dentro y fuera del país.
En la mañana, antes de salir de Nueva York, Calderón conversó con Ban Ki Moon, secretario general de Organización de las Naciones Unidas (ONU), quien le informó al mandatario mexicano que redoblará sus esfuerzos de cooperación con México en la lucha “contra la droga y el delito”.
La colaboración de la ONU en la lucha contra la delincuencia organizada en México consistirá en ofrecer capacitación en técnicas de investigación contra el narco; compartir experiencias en programas de desarrollo alternativo; erradicación de cultivos y desarrollo de cultivos alternos para evitar la siembra de enervantes.
Nota de Sergio Javier Jiménez en Boston, El Universal, 12 de febrero.
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