El presidente Álvaro Uribe intentó capitalizar ayer las manifestaciones en 40 ciudades de Colombia y 125 ciudades de todo el mundo contra la guerrilla colombiana de las FARC, donde la presencia de sus embajadores fue una constante con llamados previos en la prensa y vivas a su gobierno, según constataron agencias de noticias.
Multitudinarias marchas contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se realizaron en este país al grito de “¡Libertad, libertad! No más FARC, No más secuestros”, superando las expectativas de los jóvenes que organizaron la protesta a través de internet pero que habían pedido que ésta no fuera capitalizada por ninguna organización política.
Desde la ciudad de Valledupar (norte), el presidente Uribe agradeció la participación. “Hacemos llegar nuestra voz de gratitud a los colombianos residentes en tantos países del mundo que hoy se han unido con nosotros en esta jornada contra el secuestro y contra el crimen”, dijo.
En París, Astrid, la hermana de la rehén colombiano-francesa Ingrid Betancourt, calificó de “manipulación grotesca” la movilización, a la que tachó directamente de “marcha del gobierno colombiano”.
“Manipulación porque se fundó en la indignación de los colombianos frente a los secuestros, a los testimonios de Clara (Rojas) y Consuelo (González) y a la pruebas de supervivencias”, dijo Astrid a la prensa en alusión a las dos rehenes liberadas.
Astrid Betancourt definió como “muy simplista” lo dicho en la marcha en París, en cuanto a que en Colombia “hay un solo problema, las FARC”. “En Colombia hay desigualdades económicas monstruosas, también hay exacciones terribles cometidas no sólo por las FARC sino también por los grupos paramilitares”, agregó.
“Si había que llamar a una movilización era en torno a soluciones para que la liberación tuviera lugar y no por un recurso a la fuerza y para justificar una política de negación del diálogo de parte del gobierno”, dijo y clamó “no en nuestro nombre, no en nombre de nuestros familiares”.
En la capital de México, un centenar de colombianos residentes se concentró en el emblemático Monumento a la Independencia y extendió una gran bandera de Colombia y varios carteles, entre ellos uno con la última foto de la rehén Ingrid Betancourt. También hubo concentraciones en las ciudades de Mérida y Monterrey.
Las marchas se reprodujeron en Londres, París, Madrid, Bruselas, Montevideo, Santiago de Chile y Lima entre otras capitales.
En tanto, los familiares de otros tres rehenes que podrían ser liberados, los ex congresistas Gloria Polanco, Luis Eladio Pérez y Orlando Beltrán llegaron a Caracas para afinar con el presidente Hugo Chávez los detalles de la posible entrega, como ocurrió el 10 de enero cuando intervino junto con la Cruz Roja en el caso de Clara Roja y Consuelo González.
Multitudinarias marchas contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se realizaron en este país al grito de “¡Libertad, libertad! No más FARC, No más secuestros”, superando las expectativas de los jóvenes que organizaron la protesta a través de internet pero que habían pedido que ésta no fuera capitalizada por ninguna organización política.
Desde la ciudad de Valledupar (norte), el presidente Uribe agradeció la participación. “Hacemos llegar nuestra voz de gratitud a los colombianos residentes en tantos países del mundo que hoy se han unido con nosotros en esta jornada contra el secuestro y contra el crimen”, dijo.
En París, Astrid, la hermana de la rehén colombiano-francesa Ingrid Betancourt, calificó de “manipulación grotesca” la movilización, a la que tachó directamente de “marcha del gobierno colombiano”.
“Manipulación porque se fundó en la indignación de los colombianos frente a los secuestros, a los testimonios de Clara (Rojas) y Consuelo (González) y a la pruebas de supervivencias”, dijo Astrid a la prensa en alusión a las dos rehenes liberadas.
Astrid Betancourt definió como “muy simplista” lo dicho en la marcha en París, en cuanto a que en Colombia “hay un solo problema, las FARC”. “En Colombia hay desigualdades económicas monstruosas, también hay exacciones terribles cometidas no sólo por las FARC sino también por los grupos paramilitares”, agregó.
“Si había que llamar a una movilización era en torno a soluciones para que la liberación tuviera lugar y no por un recurso a la fuerza y para justificar una política de negación del diálogo de parte del gobierno”, dijo y clamó “no en nuestro nombre, no en nombre de nuestros familiares”.
En la capital de México, un centenar de colombianos residentes se concentró en el emblemático Monumento a la Independencia y extendió una gran bandera de Colombia y varios carteles, entre ellos uno con la última foto de la rehén Ingrid Betancourt. También hubo concentraciones en las ciudades de Mérida y Monterrey.
Las marchas se reprodujeron en Londres, París, Madrid, Bruselas, Montevideo, Santiago de Chile y Lima entre otras capitales.
En tanto, los familiares de otros tres rehenes que podrían ser liberados, los ex congresistas Gloria Polanco, Luis Eladio Pérez y Orlando Beltrán llegaron a Caracas para afinar con el presidente Hugo Chávez los detalles de la posible entrega, como ocurrió el 10 de enero cuando intervino junto con la Cruz Roja en el caso de Clara Roja y Consuelo González.
Nota de Agencias desde Bogotá, Milenio, 5 de febrero.
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