El gobernante y Bertone se encontraron a puertas cerradas en el Palacio de la Revolución, después que el prelado diera una especie de bendición política al nuevo gobierno y recorriera la isla de oeste a este, invocando una mayor participación católica en la sociedad. “Raúl Castro continuará (…) con una visión, si todo es posible, de desarrollo” tanto en Cuba como en el ámbito de las relaciones internacionales, dijo el Secretario de Estado del Vaticano, para quien el nuevo Consejo de Estado elegido el domingo “intentarán hacer el bien”.
Bertone eludió asimismo algún encuentro directo con opositores al gobierno, que le habían solicitado intercediera “para la puesta en libertad de presos políticos”, y dijo que la iglesia “no pide amnistías”, sino que bendice cualquier decisión en ese sentido.
El cardenal agregó que jamás había podido “hablar tanto con las autoridades cubanas como en esta tercera visita”, las anteriores fueron en 2001 y 2005, y calificó de “excelentes” las relaciones bilaterales, dejando la impresión de que su presencia en la isla hasta la noche del martes estuvo lejos de ser simbólica.
La iglesia y el gobierno enmarcaron la estancia del cardenal en una jornada de recordación del décimo aniversario de la visita a la isla del papa Juan Pablo II, pero el calendario escogido sugiere que la preparación del viaje tomó en cuenta el cambio formal de mando que se gestaba en el liderazgo del país. Bertone llegó un día después de que Fidel Castro renunciara a un nuevo mandato presidencial e inició la parte oficial de su visita a las 24 horas de que Raúl fuera elegido presidente. En esta ecuación “perdida-ganancia”, bien calculada por las dos partes, la Iglesia Católica estaría dispuesta a acentuar su influencia en el único Estado socialista de América, después de enfrentamientos frontales en los años 60 y discrepancias públicas y sonoras en décadas posteriores hasta el viaje de su Santidad en 1998, dijeron entendidos.
“A cambio, el gobierno atraería a su favor una caja de resonancia política milenaria e importante, como es el Vaticano, cuyo alcance llega a entornos de poder muy distantes de los cubanos”, opinaron las mismas fuentes. “Nuestra oración se eleva” para que las nuevas autoridades “tengan la luz de lo Alto para llevar adelante con decisión medidas trascendentales que sabemos deben ser progresivas, pero que pueden comenzar a satisfacer desde ahora las ansias e inquietudes expresadas por los cubanos”, dijo por su parte la Conferencia de Obispos Católicos. En Cuba, el cardenal Bertone se reunió también, entre otros, con los vicepresidentes Carlos Lage y Esteban Lazo, así como con el canciller Felipe Pérez Roque.
Tras la entrevista con Pérez Roque, Bertone aseguró que el bloqueo económico que EU mantiene contra Cuba desde hace más de 45 años es “injusto y éticamente inaceptable”. Bertone aseguró también ayer que las autoridades cubanas le han prometido “más apertura en la prensa”, informó la agencia católica italiana Sir. “Las autoridades me han prometido más apertura en la prensa, en la radio, así como, en casos excepcionales, en la televisión”, señaló.
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