MADRID.- La visita del Presidente de México, Felipe Calderón, a España ha puesto de manifiesto el marcado interés e importancia que otorga Madrid a su relación con América Latina, aunque todavía existen varios desafíos, como la compleja relación con Cuba y Venezuela, coincidieron en señalar analistas consultados por REFORMA.
Con Caracas y La Habana el Ejecutivo ibérico ha mantenido durante los últimos cuatro años una política de distensión a pesar de las presiones del opositor Partido Popular (PP) para que estreche el cerco político y diplomático sobre estas dos naciones que la derecha española considera alejadas de la democracia.
"La política exterior de Rodríguez Zapatero hacia América Latina va a tener pocos cambios, dependiendo sobre todo de los movimientos que hagan otros Gobiernos como el cubano, el venezolano o el boliviano. La política en la zona será también más proactiva, más visible que en los últimos cuatro años en los que estuvo poco publicitada, con un perfil relativamente bajo", señaló Salvador Martí i Puig, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Salamanca.
"Rodríguez Zapatero va a mantener una política hacia América Latina con bastante financiación económica a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) y es probable que apueste por una política más consensuada con EU, aunque dependerá de lo que ocurra con las elecciones en ese país. Pero no creo que vaya a apretar las tuercas a Cuba y Venezuela tal como pretende la derecha española", agregó el politólogo y miembro del Instituto de Estudios Iberoamericanos de España.
Las cumbres presidenciales Iberoamericanas serán otra de las asignaturas a las que Rodríguez Zapatero deberá prestar especial atención durante su renovado mandato, ya que hasta ahora este tipo de reuniones que se celebran anualmente no han respondido a las expectativas de Madrid de crear una Comunidad Iberoamericana más reforzada y con presencia a nivel internacional.
"En estas cumbres no se avanza mucho más allá del plano discursivo, ya que raramente se concretan las propuestas y las ideas en políticas públicas a nivel nacional. Se trata sobre todo de un ejercicio de relaciones muy mediatizadas a nivel regional con poca sustancia en términos de obligatoriedad con los compromisos discursivos que se asumen", indicó Pilar Domingo, investigadora del Institute of the Study of the Americas, de la Universidad de Londres.
Con Caracas y La Habana el Ejecutivo ibérico ha mantenido durante los últimos cuatro años una política de distensión a pesar de las presiones del opositor Partido Popular (PP) para que estreche el cerco político y diplomático sobre estas dos naciones que la derecha española considera alejadas de la democracia.
"La política exterior de Rodríguez Zapatero hacia América Latina va a tener pocos cambios, dependiendo sobre todo de los movimientos que hagan otros Gobiernos como el cubano, el venezolano o el boliviano. La política en la zona será también más proactiva, más visible que en los últimos cuatro años en los que estuvo poco publicitada, con un perfil relativamente bajo", señaló Salvador Martí i Puig, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Salamanca.
"Rodríguez Zapatero va a mantener una política hacia América Latina con bastante financiación económica a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) y es probable que apueste por una política más consensuada con EU, aunque dependerá de lo que ocurra con las elecciones en ese país. Pero no creo que vaya a apretar las tuercas a Cuba y Venezuela tal como pretende la derecha española", agregó el politólogo y miembro del Instituto de Estudios Iberoamericanos de España.
Las cumbres presidenciales Iberoamericanas serán otra de las asignaturas a las que Rodríguez Zapatero deberá prestar especial atención durante su renovado mandato, ya que hasta ahora este tipo de reuniones que se celebran anualmente no han respondido a las expectativas de Madrid de crear una Comunidad Iberoamericana más reforzada y con presencia a nivel internacional.
"En estas cumbres no se avanza mucho más allá del plano discursivo, ya que raramente se concretan las propuestas y las ideas en políticas públicas a nivel nacional. Se trata sobre todo de un ejercicio de relaciones muy mediatizadas a nivel regional con poca sustancia en términos de obligatoriedad con los compromisos discursivos que se asumen", indicó Pilar Domingo, investigadora del Institute of the Study of the Americas, de la Universidad de Londres.
Luis Méndez, corresponsal, Reforma, 13 de junio.
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