QUITO (Agencias).— Furioso ante lo que considera “burlas” del gobierno colombiano, el presidente ecuatoriano Rafael Correa advirtió ayer que no aceptará ninguna condición impuesta por el vecino país para reanudar las relaciones diplomáticas, rotas tras el ataque militar a un campamento guerrillero de las FARC en territorio ecuatoriano, en marzo.
“Ratificamos: suspendemos indefinidamente (las relaciones). Aquí hay dignidad y soberanía, se acabaron las burlas del gobierno colombiano, no nos interesa restablecer relaciones con un gobierno falto de credibilidad, tan falto de seriedad”, aseguró Correa en su programa semanal de radio y televisión, en el que se mostró satisfecho por haber “mandado al gobierno de (el presidente colombiano Álvaro) Uribe a donde se merece”.
El mandatario ecuatoriano recalcó que sólo podrá haber un cambio cuando “haya un gobierno decente con el cual tratar”. “No es que vamos a negar que hubo un bombardeo el 1 de marzo... no vamos a negar que probablemente hubo tres heridos que fueron rematados en vida, no vamos a negar que un ciudadano ecuatoriano murió con culatazos en el cuello”, insistió. “Se acabaron los desprecios a nuestra patria”, afirmó.
Colombia pospuso la reanudación de relaciones diplomáticas a nivel de encargados de negocios debido a unas declaraciones que realizó Correa a un medio de comunicación, aunque Uribe reiteró el jueves su compromiso con el ex presidente estadounidense Jimmy Carter para buscar un camino de retorno al diálogo.
La incursión del 1 de marzo también provocó una crisis en las de por sí tensas relaciones de Colombia con Venezuela. Una fuente de la Casa de Nariño, citada por el periódico colombiano El Tiempo, reveló ayer que Uribe y su par venezolano, Hugo Chávez, se reunirán el 11 de julio, en Caracas, para intentar normalizar los nexos.
“Ratificamos: suspendemos indefinidamente (las relaciones). Aquí hay dignidad y soberanía, se acabaron las burlas del gobierno colombiano, no nos interesa restablecer relaciones con un gobierno falto de credibilidad, tan falto de seriedad”, aseguró Correa en su programa semanal de radio y televisión, en el que se mostró satisfecho por haber “mandado al gobierno de (el presidente colombiano Álvaro) Uribe a donde se merece”.
El mandatario ecuatoriano recalcó que sólo podrá haber un cambio cuando “haya un gobierno decente con el cual tratar”. “No es que vamos a negar que hubo un bombardeo el 1 de marzo... no vamos a negar que probablemente hubo tres heridos que fueron rematados en vida, no vamos a negar que un ciudadano ecuatoriano murió con culatazos en el cuello”, insistió. “Se acabaron los desprecios a nuestra patria”, afirmó.
Colombia pospuso la reanudación de relaciones diplomáticas a nivel de encargados de negocios debido a unas declaraciones que realizó Correa a un medio de comunicación, aunque Uribe reiteró el jueves su compromiso con el ex presidente estadounidense Jimmy Carter para buscar un camino de retorno al diálogo.
La incursión del 1 de marzo también provocó una crisis en las de por sí tensas relaciones de Colombia con Venezuela. Una fuente de la Casa de Nariño, citada por el periódico colombiano El Tiempo, reveló ayer que Uribe y su par venezolano, Hugo Chávez, se reunirán el 11 de julio, en Caracas, para intentar normalizar los nexos.
El Universal, 29 de junio.
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