Francisco Rojas consideró ayer necesario renegociar el pacto laboral de Pemex para incorporar al sindicato y al personal de confianza en el proceso de modernización del sector.
"Hay que incorporar al sindicato y al personal de confianza al proceso de modernización, renegociando el pacto laboral para garantizar productividad y eficiencia, y que no haya recursos humanos y técnicos improductivos", propuso el ex director de la paraestatal en el foro energético organizado por la UNAM.
Más tarde, en entrevista, explicó que renegociar significa que la dirección de Pemex se siente a la mesa con los líderes de obreros y técnicos de confianza para acordar cómo intervienen en la modernización de la empresa.
"Ellos (sindicalizados y personal de confianza) quieren que Pemex siga en manos del Estado mexicano. Soy testigo de que si trabajas con ellos, obtienes beneficios para Pemex.
"Me parece obvio que se les tome en cuenta. ¿Con quién ver cualquier programa que se quiera desarrollar en Pemex? Con sus técnicos y trabajadores. Si usted no cuenta con esa colaboración, no tiene nada que hacer como director de Pemex", apuntó.
Indicó que la reforma energética, la cual, dijo, no tiene que ser necesariamente la del Presidente Felipe Calderón sino una que no implique intervención extranjera, tiene que estar elaborada por los técnicos y por los políticos.
Ante profesores y estudiantes universitarios, el también presidente de la Fundación Colosio del PRI indicó que la modernización de Pemex requiere de un Consejo de Administración integrado por gente profesional y responsable.
"Esto significa transparencia y rendición de cuentas para que la sociedad vuelva a confiar en su empresa insignia", añadió.
Cuestionado sobre si el sindicato que encabeza Carlos Romero Deschamps representa un problema de corrupción, Rojas se limitó a responder que el gremio, al igual que todos los mexicanos, debe cumplir las leyes.
Estímulos a la corrupción
El ingeniero Javier Jiménez Espriú expuso que la corrupción y el sindicato representan un grave problema para Pemex.
"Un asunto grave es que el sindicato es enormemente oneroso, por conveniencia y convivencia con el Gobierno en turno.
"Se han deformado las funciones esenciales de la organización sindical, que más que velar por los legítimos derechos de los trabajadores -su función sustantiva-, administra contratos y cuida sus parcelas de poder político y económico que estimulan la corrupción y la ineficiencia", consideró.
El ingeniero Guillermo Domínguez expuso que después de trabajar 34 años en la paraestatal, puede contar muchas historias de terror sobre corrupción.
"Lo que plantea la reforma (del Ejecutivo) puede ayudar. Hay que tener más órganos o comités de vigilancia", dijo el académico.
Othón Canales, catedrático de la Facultad de Química, dijo que la trasparencia que debería imperar en Pemex, obliga también a la Secretaría de Hacienda a rendir cuentas sobre el destino de los recursos que genera la paraestatal.
"Hay que incorporar al sindicato y al personal de confianza al proceso de modernización, renegociando el pacto laboral para garantizar productividad y eficiencia, y que no haya recursos humanos y técnicos improductivos", propuso el ex director de la paraestatal en el foro energético organizado por la UNAM.
Más tarde, en entrevista, explicó que renegociar significa que la dirección de Pemex se siente a la mesa con los líderes de obreros y técnicos de confianza para acordar cómo intervienen en la modernización de la empresa.
"Ellos (sindicalizados y personal de confianza) quieren que Pemex siga en manos del Estado mexicano. Soy testigo de que si trabajas con ellos, obtienes beneficios para Pemex.
"Me parece obvio que se les tome en cuenta. ¿Con quién ver cualquier programa que se quiera desarrollar en Pemex? Con sus técnicos y trabajadores. Si usted no cuenta con esa colaboración, no tiene nada que hacer como director de Pemex", apuntó.
Indicó que la reforma energética, la cual, dijo, no tiene que ser necesariamente la del Presidente Felipe Calderón sino una que no implique intervención extranjera, tiene que estar elaborada por los técnicos y por los políticos.
Ante profesores y estudiantes universitarios, el también presidente de la Fundación Colosio del PRI indicó que la modernización de Pemex requiere de un Consejo de Administración integrado por gente profesional y responsable.
"Esto significa transparencia y rendición de cuentas para que la sociedad vuelva a confiar en su empresa insignia", añadió.
Cuestionado sobre si el sindicato que encabeza Carlos Romero Deschamps representa un problema de corrupción, Rojas se limitó a responder que el gremio, al igual que todos los mexicanos, debe cumplir las leyes.
Estímulos a la corrupción
El ingeniero Javier Jiménez Espriú expuso que la corrupción y el sindicato representan un grave problema para Pemex.
"Un asunto grave es que el sindicato es enormemente oneroso, por conveniencia y convivencia con el Gobierno en turno.
"Se han deformado las funciones esenciales de la organización sindical, que más que velar por los legítimos derechos de los trabajadores -su función sustantiva-, administra contratos y cuida sus parcelas de poder político y económico que estimulan la corrupción y la ineficiencia", consideró.
El ingeniero Guillermo Domínguez expuso que después de trabajar 34 años en la paraestatal, puede contar muchas historias de terror sobre corrupción.
"Lo que plantea la reforma (del Ejecutivo) puede ayudar. Hay que tener más órganos o comités de vigilancia", dijo el académico.
Othón Canales, catedrático de la Facultad de Química, dijo que la trasparencia que debería imperar en Pemex, obliga también a la Secretaría de Hacienda a rendir cuentas sobre el destino de los recursos que genera la paraestatal.
Érika Hernández, Reforma, 26 de junio.
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