Admiten retos de seguridad

UMAN, Yucatán.- El General en retiro Audomaro Martínez reconoce que aunque ha sugerido a Andrés Manuel Manuel López incrementar su seguridad, ante las condiciones de violencia que vive el País, éste afirma que no tiene miedo y confía en el pueblo.

Bajo esta lógica, dice el militar retirado, hizo unas pequeñas "adecuaciones" a la estrategia de seguridad en comparación con el 2006, cuando también se hizo cargo de la vigilancia del ex Jefe de Gobierno; sin embargo, añade, sus acciones no deben generar incomodidad ni considerarse como presunción.

El tabasqueño está vigilado por dos grupos, uno a cargo del General Martínez que contempla una veintena de personas, en su mayoría militares en retiro o con permiso, entre los 40 y 60 años de edad, y cuales se dividen hasta en tres bloques para cubrir todos los actos.

Por otra parte, está el grupo del coordinador de Logística, Nicolás Mollinedo, que tiene una decena de hombres que han estado con él en los últimos años, la mayoría de Tabasco.

El abanderado visita en promedio cuatro municipios al día, cuyos traslados de uno a otro realiza en dos camionetas Suburban, en una de ellas viaja con su equipo más cercano y en otra unos seis elementos.

Para Martínez, la situación de inseguridad en el 2006 era menor, pues la delincuencia organizada no estaba tan armada y no había salido a provocar problemas a las calles, pero ahora, dice, invadió pueblos, ciudades y ya no se reduce a determinadas áreas, por ello es necesario tomar medidas.

"Andrés Manuel ha logrado el respeto y la admiración de la gente, del pueblo, es un político que la gente lo cuida, así su seguridad se basa en el cariño del pueblo, y en algunas medidas que tomamos.

"Entonces, en comparación con el 2006 (pese a la inseguridad) se hicieron algunas adecuaciones pequeñas, porque el candidato es una persona que no le gusta la seguridad, él dice que trae sus programas que son en beneficio del pueblo, y que nunca le ha hecho nada a la gente, y por tanto él no tiene enemigos, él confía mucho en el pueblo y en mí", dice.

Sentado en una banca del parque principal de este municipio, mientras López Obrador da un mensaje, el General de 63 años de edad disfruta un helado, y asegura que no podría darse esos lujos si no confiara en la gente.

"Ahora vemos más entusiasmo y más organización de la gente, por eso permitimos que se le acerquen sin vallas.

"La seguridad depende de muchos factores, del plan de nosotros, de las medidas del propio candidato e, inclusive, hasta de la suerte, pero somos suertudos porque tenemos el apoyo del pueblo y no ha pasado nada", indica.

A partir del 17 de enero, López Obrador iniciará recorridos por el norte del País, donde, reconoce el General, las cosas no están fáciles en materia de seguridad.

"Habrá que analizar si se incrementa la seguridad, hay que responder a la situación porque nosotros los militares hemos dicho que de acuerdo a la situación hay que actuar, no se actúa de la misma forma de un lado que otro, pero lo que si le puedo decir es que el candidato no tiene miedo", agrega.

López Obrador se refiere a Audomaro Martínez como su paisano, pues nació en Cunduacán, Tabasco, y fue en 1982 cuando conoció al aspirante presidencial, pues, relata, eran vecinos en Villahermosa, desde entonces han sido cercanos.

El retiro del General estaba por darse, por lo que, platica, pidió acelerarlo para apoyar al tabasqueño en su seguridad y después, dice, dedicarse a su rancho, el cual prácticamente está abandonado.

Eso sí, réplica, ha aprovechado estar cerca del precandidato para exponerle sus ideas de cómo mejorar el Ejército.

"Él hará algo bueno por el Ejército, ya se verá eso de retirarlo de las calles", dice. 


Érika Hernández enviada,  Reforma, 8 de enero.

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