'Los Cordero estamos con Creel'

CIUDAD VALLES, SLP.- Ayer Santiago Creel se enteró de que no todos los Cordero de este país están en su contra.

En Ébano, en el corazón de la Huasteca potosina, municipio famoso por ser la cuna del petróleo en México, pues fue ahí donde, en 1901, se abrió el primer pozo petrolero del País, lo recibió la hospitalidad de Luis Cordero, secretario general del PAN municipal.

Cuando el precandidato panista llegó al restaurante La Nave, en el centro del pueblo, no podía creer el nombre de quien lo recibía.

"Cuando me saludó Luis, le dije cómo te llamas?, dijo 'Luis Cordero'. Ay ca... Pensé, 'entonces me equivoqué'. Pero ya me dijo Luis que viene de otra rama, y ya me sentí tranquilo", contó a los 80 simpatizantes que lo esperaban. Su comentario causó carcajadas a los asistentes, a pesar de que llevaban esperándolo por más de dos horas.

Según Jorge Cordero, tío de Luis y regidor de Ébano, son más de 20 Cordero en la familia, pero ninguno está con Ernesto.

"Todos somos panistas. Aquí los Cordero votaremos por Creel en febrero. Nos gusta lo que dice sobre la seguridad y que haya venido hasta acá", explica entre sonrisas.

Jorge cuenta que antes era priista, pero decidió cambiarse al PAN porque sus hijos y sus sobrinos lo convencieron. Ahora tiene la Alcaldía el PRI, pero los Cordero confían en que eso termine en la próxima elección, y tienen un gallo, Crispín Ordaz, quien ha sido dos veces Alcalde de Ébano, el primero y único panista que ha logrado el puesto. Fue tan bueno como Alcalde, dice Jorge, que quieren que regrese.

Y Crispín también está con Creel. "Hay que echarle la mano a Santiago", le dice a la concurrencia. "La tercera es la vencida", le responde entusiasta el senador con licencia.

Ahí fue donde el precandidato confesó qué tenía en su corazón.

"Vamos a vencer la línea, eh. Aquí el que se quiera meter de arriba va a perder, porque ni línea ni nada, pura libertad.

"Yo traigo un rebelde adentro de mi corazón, soy rebelde de naturaleza, y quiero cambiar las cosas y necesito un partido que me acompañe, una militancia libre. Por eso no vengo a pedir el voto a quienes tienen su voto subordinado a lo que fuera".

 
EL PAN Y EL HAMBRE
 
La agenda de Creel ayer estuvo marcada por la prisa.

Llegó dos horas tarde a su primer evento, en Ciudad Valles. El centenar de simpatizantes panistas que lo esperaban en el salón Club de Leones aguantaron sólo por la recompensa: la barbacoa y refrescos de cola, naranja y fresa.

La tardanza del precandidato permitió que los 10 meseros del lugar retiraran nueve de las 21 mesas, pues no había los simpatizantes suficientes para llenarlas, ni siquiera porque fueron utilizados cuatro autobuses de pasajeros para movilizar gente.

Las únicas que no perdieron el entusiasmo fueron las integrantes del coro de las porras, comandadas por la hermana de Eliazar Gutiérrez, precandidato panista a la Alcaldía de El Naranjo.

El precandidato se trasladó de ahí a Ébano. Después, a San Vicente Tancuayalab y luego a Tanquián. En todos esos lugares hizo un mitin. Todo con rapidez, porque en la zona, las carreteras después de las ocho de la noche no son seguras, y la gente tiene toque de queda de facto cuando el sol se va.

En el eterno verdor de la Huasteca, llena de huapango, los locales de las policías municipales y estatales están tapidados con costales, y los retenes del Ejército son lo más común. En territorio Zeta no se juega.

Además, hay hambre. En todos los mítines, Creel cuenta la anécdota de lo que le respondió Manuel Gómez Morín, a los 12 años, cuando le preguntó por qué el PAN se llama PAN. "Me dijo que porque el País tenía hambre", dijo.

Los simpatizantes, en sus mítines, reflejaban eso, pues esperaron mucho, junto con sus hijos, ninguno en posibilidad de votar por Creel, por la edad, sólo por la comida.


Jéssica Zermeño enviada, Reforma, 8 de enero.

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