Muerte de preso en Cuba desata críticas


WASHINGTON (Agencias).— El gobierno de Estados Unidos y organizaciones como Human Rights Watch (HRW) condenaron ayer la muerte del preso cubano Wilman Villar, de 31 años, quien estaba en huelga de hambre desde el 25 de noviembre. Sin embargo, el régimen en La Habana afirmó que Villar ni era un disidente ni estaba en ayuno.
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo que “los pensamientos del presidente (Barack) Obama están con la esposa, familia y amigos de Wilmar Villar”, cuyo deceso, ocurrido el jueves, calificó de “sin sentido”, una muestra de “la represión del pueblo cubano y los infortunios que encaran los individuos valientes que defienden los derechos universales de todos los cubanos”.
El activista falleció el jueves de neumonía tras una huelga de hambre que inició en noviembre en prisión, donde debía cumplir una sentencia de cuatro años por delitos de desacato y atentado a la autoridad.
La portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, responsabilizó al gobierno de Raúl Castro de lo que calificó como una “tragedia”. A su vez, el director de HRW, José Miguel Vivanco, dijo que el caso “muestra cómo el gobierno cubano castiga el disenso” mediante arrestos arbitrarios, juicios falsos y encarcelamientos inhumanos.
La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), grupo que el gobierno no reconoce, clasificó en diciembre a Villar como preso político.
Villar fue confinado en solitario, desnudo, en una celda fría tras iniciar la huelga de hambre, según ha relatado su esposa, Maritza Pelegrino, quien lo visitó el 29 de diciembre y quien dijo que seguirá luchando “para que no se comentan esas injusticias”.
El régimen aseguró ayer, en una nota publicada en la web Cubadebate, que Villar era un “preso común” y que, si bien el gobierno “lamenta la muerte de cualquier ser humano”, lo que ha ocurrido en torno a este deceso no es sino “una intensa campaña internacional difamatoria”.
El Universal, 21 de enero.

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