Ortega asume tercer mandato

SAN JOSÉ, Costa Rica.— Con la bendición de figuras mundiales —como el príncipe Felipe, de España, y los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Irán, Mahmud Ahmadineyad— y de gobernantes latinoamericanos e invitados nacionales e internacionales en Managua, Daniel Ortega asumió anoche la presidencia de Nicaragua para un segundo mandato consecutivo de cinco años, pero sin despojarse del cuestionamiento de la oposición interna, que le tilda de dictador, de autoritario y fraudulento.

En un reflejo de las distancias de Washington con Ortega, el gobierno de Estados Unidos redujo el rango de su presencia en la ceremonia, efectuada en una plaza de Managua. Matthew Roth, consejero político de la embajada estadounidense en esa capital, representó a Estados Unidos, confirmó la legación diplomática a EL UNIVERSAL.

Costa Rica, una nación que mantiene un pleito territorial con Nicaragua, se hizo representar por funcionarios diplomáticos.

Juramento alterno

Previo al juramento, el opositor Fabio Gadea, ex candidato presidencial de la principal fuerza antigubernamental, simuló una toma de posesión en una localidad al sur de Managua, para ratificar que desconoce el resultado oficial de los comicios del 6 de noviembre anterior por fraudulentos y la reelección de Ortega por inconstitucional.

Al proclamarse ganador de las elecciones, Gadea pidió “defender la democracia y atacar la dictadura”. En un país con casi la mitad de sus 5.5 millones de habitantes en la miseria, Ortega dominará los poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Electoral.

Cuestionado

Ortega, de 66 años de edad, ha dicho que su reelección se apegó a la Constitución política y que los comicios fueron honestos. Aunque la Carta Magna prohíbe ejercer la presidencia más de dos veces y de manera consecutiva, Ortega la asumió por tercera vez, pues la primera fue de 1985 a 1990 y la segunda a partir de 2007.

En su editorial de ayer, el periódico La Prensa, el más influyente de Nicaragua, aseguró que la toma de posesión de Ortega “es un ultraje a la memoria” del periodista Pedro Joaquín Chamorro, director de ese rotativo y asesinado precisamente un 10 de enero pero de 1978 por fuerzas de la dictadura somocista.

Amigos y rivales

El retorno del ex guerrillero Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) desde 2007 al poder, al que llegó en 1979 con una guerra de guerrillas que derrocó al somocismo y del que fue desalojado en 1990 vía electoral, permitió forjar una fuerte alianza de Nicaragua con Irán y Venezuela, así como con Cuba, Bolivia y Ecuador.

En momentos de tensión en Medio Oriente, por la amenaza iraní de cerrar el estrecho de Ormuz —clave en el transporte petrolero mundial— y del riesgo de choque con Estados Unidos, la llegada de Ahmadineyad a Managua, procedente de Caracas y en ruta a La Habana y Quito, parece desafiar a Washington en una zona de tradicional influencia de la Casa Blanca.

Al llegar a Nicaragua, el iraní afirmó que “estoy muy contento de estar en la tierra de la revolución”. De seguido, saludó al “hermano revolucionario Ortega”.

Por su lado, Chávez declaró en Managua que con la reelección de Ortega “se inicia un nuevo ciclo en Nicaragua, por el mismo rumbo” e insistió en que ayer fue un día importante para la Alternativa Bolivariana para las Américas, principal foro de la alianza anti-Washington de Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador y pequeñas naciones caribeñas.

“Venimos a compartir este día glorioso, día para la historia nueva que estamos tejiendo juntos ahora los hijos de Bolívar, los hijos de Sandino, los hijos de la patria linda, los hijos de nuestra América”, subrayó Chávez.

José Meléndez corresponsal, El Universal, 11 de enero.