Los precandidatos de los partidos de izquierda al Gobierno del Distrito Federal llegan al proceso interno de selección, luego de haber promovido durante meses su imagen en bardas, mantas y espectaculares en la ciudad.
Martí Batres, Alejandra Barrales, Mario Delgado, Miguel Ángel Mancera y Carlos Navarrete lideran la presencia en las calles. Con el pretexto de informes, consultas, invitaciones o entrevistas en medios de comunicación, sus caras y nombres destacan en las principales vialidades.
Se trata de una precampaña de facto a falta de tiempo para posicionarse rumbo a las encuestas que definirán al candidato. El calendario del proceso perredista no contempla un periodo de precampañas: no pasarán ni cinco días entre la validación de los registros y la aplicación de los cuestionarios.
De acuerdo con el vocero del PRD para el Distrito Federal, Alejandro Sánchez Camacho, lo anterior justifica la promoción de los aspirantes: “Cuando se sabe que no habrá precampaña, muchos aspirantes dicen ‘¿entonces yo en qué momento me voy a posicionar?’ Por eso han elegido un mecanismo, que estrictamente hablando, no viola el marco legal”.
Como ocurre con los espectaculares de Andrés Manuel López Obrador y el Partido del Trabajo —colocados a lo largo de Ermita Iztapalapa y calzada de Tlalpan— no existe una prohibición explícita para este tipo de propaganda, aunque podría interpretarse como un mensaje prematuro al electorado.
Pero a esta publicidad sólo la mueve el viento. Hasta ahora, los exhortos han sido insuficientes: ni el Instituto Electoral del Distrito Federal, el propio jefe de gobierno o la dirección del PRD han logrado detener el bombardeo de anuncios.
El tema preocupa a la dirigencia nacional del partido. Hace unos días, su secretaria general, Dolores Padierna, advirtió en declaraciones públicas que los aspirantes podían perder su registro si incurrían en actos anticipados de campaña y los exhortó a respetar los tiempos legales para evitar multas.
En ese sentido, el Instituto Electoral local aprobó un acuerdo el 26 de agosto del 2011 que solicita a los partidos políticos adoptar medidas para “ajustar la conducta” de sus militantes e informa que se realizarían recorridos de inspección para detectar publicidad irregular. Sin embargo, los anuncios se multiplicaron.
Es el caso del procurador capitalino, Miguel Ángel Mancera, cuyo informe de labores a mediados de diciembre le permitió colocar su fotografía en espectaculares y estaciones de valet parking que aún permanecen en restaurantes de las colonias Polanco y Condesa.
Según el vocero perredista, Alejandro Sánchez Camacho, aunque las bardas, mantas y espectaculares podrían generar sanciones al partido, la verdadera preocupación está relacionada con la percepción de los capitalinos:
“Es oportuno exhortar a los aspirantes a cualquier cargo en la ciudad a que tengan prudencia, que conserven la calma y respeten los tiempos electorales, porque en un momento dado pueden significar multas económicas pero también un desgaste y un cansancio en los ciudadanos por un bombardeo excesivo de propaganda”, dijo en entrevista.
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