'Un negocio pintado'

El negocio de pintar bardas con propaganda de políticos panistas en el Distrito Federal está en manos de Miguel Ángel Palacios Arroyo, hermano del diputado local de Azcapotzalco Jorge Palacios.

Ayer, que Santiago Creel empezó a utilizar esta tradicional forma de promocionarse, Miguel Ángel Palacios se presentó con una tarjeta que anuncia en letras azules "bardas disponibles en el D.F." y tiene el logotipo del PAN.

Aseguró que lleva 15 años consiguiendo estos espacios para los políticos panistas y también lo hizo en el Estado de México con casi 200 bardas que le pintó al entonces candidato a gobernador Luis Felipe Bravo Mena.

Creel acudió a la pinta de su primera propaganda en un muro de 3 metros de alto por 17 de largo en el Eje 4 Napoleón, Colonia Moderna.

"Son bardas de gente comprometida con el PAN, como es el caso de esta barda, está una militante que me hizo el favor de prestármela 45 días, un poco menos, que es lo que va a durar la precampaña, y lo hace además por gusto y convicción porque además ya me dijo que va a votar por mí", aseguró Creel.

Palacios Arroyo confirmó que el muro fue un préstamo que ya ha hecho varios años al partido la dueña, a quien no identificó, y que no fue localizada en el domicilio que es utilizado como bodega.

Pero él sí cobró por el trabajo mil 500 pesos, y aunque por ahora no le han solicitado ninguna otra barda, Creel dijo en el acto que pintarían alrededor de 200 en la Ciudad de México y otras tantas en todo el País.

Aunque el trabajo de los pintores comenzó a las 8:00 horas y también se barrió la banqueta correspondiente, el precandidato arribó al medio día sólo a rellenar espacios que le dejaron sin pintar, lo que no lo libró de algunas salpicaduras de pintura.

"Quise hacer esta pinta de manera muy significativa porque deseo reafirmar los valores de Acción Nacional a lo largo de toda esta campaña, regresar a los orígenes del partido, sacar fuerzas de nuestros fundadores y de la idea por qué estamos en política: estamos para hacer el bien común, para transformar la realidad en bienestar", explicó.

El precandidato fue ayudado por su asesor temático, Julio Castillo, el Diputado federal Agustín Castilla y los locales Jorge Palacios y Federico Manzo.

No hubo militantes, sólo antes de retirarse lo interceptó una vecina, María del Rayo Manríquez, para pedirle que los políticos cumplan sus promesas, pues denunció que se inscribió en el seguro del desempleo capitalino, le cobraron mil 350 pesos.


Reforma, 3 de enero.