En una reunión de carácter privado, los coordinadores parlamentarios de PRI, PAN y PRD acordaron los tiempos para elegir a los consejeros del IFE.
Optimista, el panista Héctor Larios aseguró que entre el 5 y el 7 de este mes quedará cumplido el trámite de elegir a los consejeros.
Lo mismo habían dicho él y los demás en los días cercanos al 13 de diciembre del año pasado, cuando se cumplió el plazo constitucional para nombrar al sustituto de Luis Carlos Ugalde y a otros dos consejeros.
Y no es que no se les quiera creer pero…ya van varias.
Pepe Grillo, Crónica, 2 de febrero.
Apenas ha arrancado el nuevo periodo ordinario y los perredistas ya están contra la pared. Será el 7 de febrero cuando deba elegirse a los consejeros, priistas y panistas ya son lapidarios: con o sin el PRD se elegirá a los consejeros.
Ante esto el perredismo clama porque lo incluyan en las negociaciones y hasta se manifiesta dispuesto a revisar otros perfiles, aunque reconocen que los están dejando fuera de la decisión.
Lo cierto es que nuevamente están a punto de quedar excluidos en el proceso de elección de los consejeros electorales, tal como les paso hace cuatro años.
Y en síntesis, los perredistas han demostrado una vez más que el axioma de que en política no se pueden repetir errores no lo han aprendido y, es más, están muy lejos de hacerlo.
Francisco Garduño, “Doble o nada”, Milenio, 2 de febrero.
Que ayer desayunaron el líder de los senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones, el de los del PRD, Carlos Navarrete, y el secretario general de este último partido, Guadalupe Acosta, para ayudar a desatorar el asunto de los consejeros del IFE.
“Trascendió”, Milenio, 2 de febrero.
Sonrientes y relajados, así se vio salir ayer de un largo desayuno a los tres coordinadores parlamentarios de San Lázaro que negocian el relevo en el IFE. Héctor Larios, Javier González Garza y Emilio Gamboa encontraron un punto de acuerdo que puede destrabar la falta de acuerdos para elegir al presidente del organismo electoral y que evitaría, si se concreta en las próximas horas, la autoexclusión del PRD y la futura descalificación del partido de izquierda a la autoridad electoral.
Salvador García Soto, “Serpientes y escaleras”, El Universal, 2 de febrero.
Ya nos avisaron lo que va a suceder la próxima semana: PRI y PAN irán solos en la construcción de un acuerdo legislativo para colocar a los nuevos consejeros del IFE y lo harán bajo esta dinámica ante la esquizofrénica decisión perredista del chantaje del “todo o nada” con Góngora. Y, entonces, a partir de hoy, la ¿institucionalidad? de un IFE no ciudadano estará más debilitada de lo que pudiéramos imaginar, pues se ha comprobado que, cual adolescente conflictivo, los perdedores electorales destruirán como hobbie poselectoral al IFE con el simple recurso de acudir al discurso del injusto “mayoriteo”, sin entender que la aplicación de la mayoría es uno de los pilares de la democracia.
Carlos Dragonné, Milenio, 3 de febrero.
La elección de tres consejeros se frustró al cabo de un procedimiento que comenzó promisoriamente pero después se entorpeció y oscureció al punto de asemejarse al que en 2003 integró por segunda vez al órgano constitucional autónomo creado en 1996. Del medio millar de aspirantes que respondió a la convocatoria de los diputados se pasó a poco más de 100, sin que los eliminados supieran nunca la causa de su marginación, y a pesar de que entre ellos abundaron quienes satisficieron de sobra los requerimientos establecidos. Fue peor que la Comisión de Gobernación de la Cámara, autora de aquel error, lo acrecentara estableciendo un sistema de calificación que redujo a casi un tercio el centenar de quienes pasaron el segundo cedazo. Privaron de ese modo a la Junta de Coordinación Política, que debe proponer al pleno la candidatura de los tres consejeros, de un elenco más amplio, y la pusieron en el brete de elegir a quienes en apariencia tienen menos merecimientos que quienes encabezan la lista, que con razón podrán manifestar su asombro e inconformidad de no haber sido escogidos a pesar de las calificaciones que un órgano legislativo les atribuyó.
Miguel Ángel Granados Chapa, “Plaza Pública”, Reforma, 3 de febrero.
El ministro Góngora ha sido objeto de un bajo y cobarde ataque; nada de lo publicado lo descalifica, sí a quien en la sombra perpetró el golpe. Los servicios de espionaje político hacen el trabajo sucio; en su momento la profesora Godillo señaló al senador Beltrones como el jefe de una red de escuchas e investigación ilegales. Por salud pública debe aclararse la autoría del ataque del diario El Centro del pasado jueves.
Lo que sí está a la vista es que los enemigos del senador son objeto de este género de ataques. A la maestra Elba Esther Gordillo se le publicó un libro de escuchas ilegales. A Montiel se le integró expediente y una vez que disputó la candidatura presidencial a Madrazo/Beltrones, de un solo golpe fue penosamente expulsado de la contienda. El periodista sonorense José Santiago Ealy fue igualmente ofendido. Recientemente, también han sido objeto de agresión “anónima” los gobernadores de Sonora y Veracruz. Son previsibles los ataques que recibirán Ebrard, Paredes, Peña Nieto.
Federico Berrueto, Milenio, 3 de febrero.
Al PRD, como de costumbre, se le ocurrió: “Yo, para presidir al IFE, quiero a X. Punto”. El PAN se empeñó: “Yo quiero a Y. Punto”. El PRI se aferró: “Yo, a Z. Punto”. Los tres, demócratas como son, coincidieron: “En el nombramiento del nuevo consejero presidente, nada: es X (afirmó el PRD); es Y (señaló el PAN); es Z (advirtió el PRI)… o nadie (concordaron los tres).”
Estadistas. Politicazos.
Juan Pablo Becerra Acosta, “Doble fondo”, Milenio, 4 de febrero.
La integración del nuevo consejo general del IFE, pospuesto desde diciembre pasado. Ahora la disputa radica en si son 3 o los 6 los integrantes que se elegirán en la Cámara de Diputados…
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 4 de febrero.
¿Por qué los vetustos miembros de esta triada política (¿o acaso forman la juvenil generation next de nuestra aristocracia política nacional?) son tan ineptos? Vea usted qué simple era el asunto: si el PRD quería a fuerzas a X; si el PAN a Y, y si el PRI a Z, ¿no era lo políticamente coherente descartar precisamente a esos tres ungidos por los dedazos partidistas? No. ¡Cómo iban a dar tal muestra de sensatez! Entre los candidatos restantes (¡36!) que los mismísimos dirigentes tricolores, azules y amarillos evaluaron con altísimas notas (eso informaron), ¿no había otra persona que no fuera objetada por los grandiosos líderes del PRI, PAN y PRD? ¿No había, entre esos 36 seres, una persona —sólo una— que no fuera censurada por ninguno de los partidos? Era sencillísimo preguntar: “A ver, PRD, entre estas otras 36 personas, ¿a quién —uno, nada más uno— no vetas, que no sea X?; a ver PAN, ¿a quién no vetas —uno, nada más uno—, que no sea Y?; a ver, PRI, ¿tú a quién no vetas —uno, nada más uno—, que no sea Z?”.
Juan Pablo Becerra Acosta, “Doble fondo”, Milenio, 4 de febrero.
Nadie asegura que el jueves la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados nombre a los tres consejeros del IFE, de un concurso tortuoso, en el que las partes —PRI, PAN, PRD— sembraron a sus candidatos y exhibieron sus viejas mañas…
Juan Arvizu, “Vitral Político”, El Gráfico, 4 de febrero.
De cara a la elección del presidente del IFE y de dos consejeros electorales que el pleno de la Cámara de Diputados hará a más tardar el jueves de esta semana, todavía anoche se hablaba de dos escenarios para evitar que el PRD quede fuera de la decisión y se cometa el mismo error de 2003 con la designación, sin consenso, de Luis Carlos Ugalde y su consejo general, lo que de origen restó credibilidad al árbitro electoral.
Raúl Rodríguez Cortés, “Gran angular”, El Gráfico, 4 de febrero.
El mundo al revés. En vez de hallar un punto de acuerdo —uno, nada más uno—, cada partidazo encontró… ¡todos sus puntos de desacuerdo! Los tres chiflados. Sólo que en lugar de cómicos son patéticos: en diciembre pasado, al no nombrar a un nuevo consejero presidente del IFE —y a dos acompañantes de éste—, los tres tetos partidistas violaron la Constitución… ¡que ellos mismos acababan de reformar! Pero no les bastó: ahora se aprestan —en unas horas más— a dar otro bochornoso espectáculo que ilustre su mediocridad: a menos que ocurra algo inusual, serán incapaces —como casi siempre— de llegar a un acuerdo de Estado: no entienden que hay decisiones en las cuales, por el bien de la democracia, las mayorías son insuficientes. Se requieren unanimidades.
Está bien, que se joda el país de nuevo: que en este 2008 recreen 2003 (cuando engendraron un Consejo General del IFE sin consenso), y luego en 2012 que reediten 2006. Enanos partidócratas. Perdón, pero qué imbéciles son…
Juan Pablo Becerra Acosta, “Doble fondo”, Milenio, 4 de febrero.
Cuando hace cinco años el entonces diputado del PRD Pablo Gómez se plantó de acuerdo con su línea partidista en que Jaime Cárdenas fuese presidente del IFE o nadie, le abrieron la puerta a Elba Esther Gordillo para que con el voto del PAN impusiera a Luis Carlos Ugalde.
Hoy, de aquellos sólo permanece a la vista el senador Gómez, inevitable en el Congreso, y un sector del PRD encabezado por Andrés Manuel López Obrador se ha plantado en el mismo método: o es presidente del IFE Genaro Góngora Pimentel o nadie, y es que en su cercanía y coincidencias, AMLO mandó la línea: sólo es don Genaro, les dijo, y en eso están.
Este intento de imposición, primero al PRD y desde ahí a la sociedad, y la falta de acuerdos, motivaron que la Cámara de Diputados violara, por omisión, la Constitución que protestaron cumplir y hacer cumplir, que lo hicieran impunemente y que hoy los coordinadores de la triada cameral PAN-PRI-PRD acepten que sí, que cometieron ese desacato, pero que lo hicieron buscando el mal menor, dicen: la negociación política, como si ese fuese un excluyente de responsabilidad, como lo han usado.
Joaquín López Dóriga, “En privado”, Milenio, 5 de febrero.
Desde luego que la apertura mostrada por González Garza constituye una buena señal para evitar que los diputados cometan el mismo error que en el 2003 y que tan caro ha costado al IFE, en cuestión de prestigio y credibilidad.
En ese año, recordará, la negociación se dio entre el PRI y el PAN; el PRD, entonces liderado por Pablo Gómez, decidió no participar de los nombramientos.
La decisión de automarginarse de la selección -jamás elección- de los consejeros, tuvo un costo político muy alto para el PRD, pero al final del proceso electoral del 2006, le sirvió para irse con todo sobre un IFE desgatado pues buena parte del tiempo de la gestión de Luis Carlos Ugalde fue dedicado a defender la conformación del Instituto.
Adrián Trejo, “Engrane”, El Economista, 5 de febrero.
Le entraron las prisas a “los tres” y se reunieron en día no laborable para buscar una solución al IFE.
Pero después de tres horas salieron como entraron.
Larios, optimista, dijo que están “cerquita” y podrían votar mañana.
González se quejó de que el PAN veta a Góngora para presidente.
Y Gamboa reiteró el no del PRI a Góngora.
¿Cuál cerquita, Héctor?
Pepe Grillo, Crónica, 5 de febrero.
Tres alegres compadres juegan a que pueden revivir un muerto institucional llamado IFE. Ayer se reunieron con gran seriedad lúdica a “analizar” la manera en que pueden salir del pantano en que se han metido, pretendiendo actuar como cirujanos plásticos en busca de embellecer al Frankestein electoral que durante funestos tiempos pasados administró el doctor Luis Carlos Ugh, hoy de estancia académica en el extranjero
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 5 de febrero.
Desde la víspera del pasado 12 de diciembre, en busca de un salida legal a lo ilegal, la triada anunció que por falta de consensos posponían la designación del presidente del IFE y de dos consejeros hasta la primera semana de febrero, que termina este domingo, plazo al que llegan como terminaron el año pasado: sin acuerdos y el PRD con el nombre del ministro Góngora Pimentel, aunque Javier González Garza podría presentar una alternativa.
El punto es que los tres coordinadores, Héctor Larios del PAN, Emilio Gamboa del PRI, y el güero González Garza del PRD, finalizaron la semana, los dos primeros diciendo que este jueves habría presidente y dos consejeros del IFE, y el tercero abriendo una rendija a otra opción. Pero para que ésta transite, como verborrean en San Lázaro, es indispensable que el ministro Góngora se retire antes de que aparezca como derrotado en esta etapa de su vida, mutis que debía haber hecho desde que esto se empantanó y a lo que se ha resistido por su cercanía y compromiso con López Obrador.
Joaquín López Dóriga, “En privado”, Milenio, 5 de febrero.
Hay buenas noticias: 54 días después de vencido el mandato constitucional para realizar el primer escalonamiento de tres consejeros del IFE entre ellos el sucesor de Luis Carlos Ugalde—, los coordinadores parlamentarios Héctor Larios (PAN), Javier González Garza (PRD) y Emilio Gamboa Patrón (PRI) lograron, por fin, ponerse de acuerdo en los nombres.
Larios, presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, se comunicó la tarde de ayer con algunos coordinadores de las bancadas de La Chiquillada PVEM, Nueva Alianza, Convergencia, PT y Alternativa para darles la noticia, reveló una fuente parlamentaria.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 5 de febrero.
Los tres charros cantores (Larios, Gamboa y el güero González) no pueden ponerse de acuerdo para solucionar un rompecabezas de tres piezas, una de ellas más grande que las otras dos, pues presidirá el juego completo, que se compone de nueve elementos. El problema de fondo es que poca credibilidad queda al de por sí desfondado IFE, con tanto manoseo e irregularidad –por ejemplo, al posponer la designación de tres consejeros electorales que violaron a la señora Constitución N., a la que hoy ellos y otros infractores le rendirán sentido homenaje cumpleañero
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 5 de febrero.
Luego de la reunión de ayer, pareciera que el escenario está lejos de repetirse; sin embargo, hasta que no se conozcan los nombres de los tres nuevos consejeros electorales y si su designación contó con el consenso de los tres partidos, no se puede descartar otro desencuentro.
Sería, sin duda, el peor de los escenarios para el "nuevo" IFE, que estaría conformado por los candidatos seleccionado por priístas y panistas; ante esta posibilidad, por lo menos dos de los precandidatos fuertes a consejeros electorales y quienes aparecen generalmente en todas las ternas manejadas como posibilidad, comentaron a sus cercanos que así ellos no le entran.
Adrián Trejo, “Engrane”, El Economista, 5 de febrero.
A ver ahora si los coordinadores Larios y Gamboa son capaces de cumplir el compromiso de la primera semana de febrero, y si González Garza encuentra el modo, dentro del perredismo, de hacer otra propuesta transitable.
Hoy, cinco años después, el PRD podría ganar la apuesta frustrada entonces y hacer una con el perfil de Jaime Cárdenas; de lo contrario se repetirá aquel escenario donde el presidente del IFE se eligió sin el PRD y hoy, como entonces, naciera con el pecado original de la falta de consenso, como si en democracia las mayorías no fuesen suficientes.
Joaquín López Dóriga, “En privado”, Milenio, 5 de febrero.
El futuro de lo que sería el Instituto del Fraude Electoral quedó marcado en 2003 por la manera facciosa en que PAN y PRI designaron a los integrantes del consejo que presidiría el citado doctor L.C. Ugh. Ahora, aunque participen los tres principales comedores de pizza –PAN, PRI y PRD– y aunque se pongan de acuerdo en las porciones exactas para cada cual, el aparato electoral de 2009 y 2012 está demostradamente afectado de parcialidad y falsedad. Pero los “representantes populares” siguen jugando a creer en las resurrecciones por acuerdo oficial
Julio Hernández López, “Astillero”, La Jornada, 5 de febrero.
Los coordinadores de los partidos autollamados “emergentes” conocerán los nombres de los nuevos consejeros en la reunión de la Junta de Coordinación Política, órgano de gobierno de la Cámara baja, que está convocada a las seis de la tarde de este martes. González Garza había hablado previamente con los jefes de las bancadas de Convergencia, Alejandro Chanona, y del PT, Ricardo Cantú, con los que configuraron dos propuestas, una con Genaro Góngora y otra sin él
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 5 de febrero.
Si ya vivieron la historia de un IFE impugnado desde varias esferas sociales, no tendría caso sujetarse nuevamente a la presión de los partidos de oposición, especialmente el PRD, que los acusaría de panistas o priístas.
Sería pues, el infierno tan temido.
La pregunta es hasta dónde pueden ceder el PRI, el PAN y el propio PRD para tratar dar el puntillazo final a un Instituto convertido en este momento en el más suculento botín político.
Adrián Trejo, “Engrane”, El Economista, 5 de febrero.
Dice su spot que “los diputados tenemos capacidad y decisión de llegar a acuerdos”.
No lo demostraron anoche en el caso IFE.
No hay presidente ni dos nuevos consejeros.
Larios no se dejó ver, igual González Garza, y Gamboa se fue a una reunión más importante… en Los Pinos.
Que talvez mañana.
Pepe Grillo, Crónica, 6 de febrero.
Si al final no se iban a poner de acuerdo ¿por qué no eligieron de una buena vez al mandamás del IFE en diciembre en vez de montar el numerito de “aquí nos entendemos todos de maravilla y portamos jubilosamente la camiseta del consenso” y, de pasada, propinarle una manoseada de pronóstico reservado a la Madre Constitución? Digo.
Román Revueltas Retes, “Interludio”, Milenio, 6 de febrero.
En estas horas se debe estar definiendo quiénes serán el nuevo consejero presidente del IFE y dos consejeros más, para iniciar el reemplazo de sus integrantes, como lo aprobó el Congreso hace ya varios meses. Peor aún: estos cambios tendrían que haberse resuelto desde el 13 de diciembre. Lo cierto es que, a punto de que se cumplan dos meses de rezago, al momento de escribir estas líneas aún no había acuerdo entre los partidos y se corría el riesgo de que se repitiera el procedimiento de 2003, cuando, debido a la pésima estrategia de negociación del perredismo, encabezada en aquella ocasión por el ahora senador Pablo Gómez, ese partido no pudo colocar a sus prospectos en el IFE. En aquella ocasión se debió a la terquedad de que Jesús Cantú fuera el consejero presidente, ahora repiten el error con el ministro Genaro Góngora Pimentel
Jorge Fernández Menéndez, “Razones”, Excélsior, 6 de febrero.
Los tres principales partidos en la Cámara de Diputados se “encerraron durante tres días” para ponerse de acuerdo sobre los tres consejeros que habrán de nombrar para el Instituto Federal Electoral e hicieron a un lado a los partidos “emergentes”. Héctor Larios, del PAN; Emilio Gamboa, del PRI y Javier González, del PRD, llegaron a un mal acuerdo. Esto lo pudieron haber hecho hace 45 días para evitar violar la Constitución, pero tenían prisa por irse de vacaciones.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 6 de febrero.
Lo que pasa es que el PRD, con perdón, los tiene muy acojonados a los demás. Hablo de los diputadetes de la Cámara-muy-baja, por si no me entienden. Les espanta grandemente que, en caso de que no se les dé gusto a los perredistas con un Consejero Presidente a la medida, turbas de asoleados aztecas sean nuevamente fustigadas por Rayito y tomen por asalto la suprema tribuna; o que salgan a la calle –escenario privilegiado para dirimir cualquier atorón político— a bramar que no hay democracia; o que se vuelvan a acuartelar durante meses enteros en sus tiendas de campaña subvencionadas por el Gobierno del DeFectuoso. Perspectivas todas ellas catastróficas.
Román Revueltas Retes, “Interludio”, Milenio, 6 de febrero.
No hay decisión aún sobre la elección del nuevo presidente del IFE y dos consejeros electorales. La reunión de anoche de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados en la que participaron las ocho fracciones parlamentarias terminó sin acuerdos. Nueva Alianza de plano se retiró y Alternativa no cree que el jueves pueda haber consenso para su elección. Emilio Gamboa, líder de la bancada priísta, de plano no llegó.
Sin embargo se dijo optimista, junto con Héctor Larios, del PAN, de que el asunto quedará resuelto mañana. Todavía hasta anoche, al menos públicamente, el PRD insistía en designar al ministro de la Corte Genaro Góngora, como presidente del órgano electoral, personaje vetado por tricolores y blanquiazules
Raúl Rodríguez Cortés, “Gran angular”, El Gráfico, 6 de febrero.
Por lo mismo, Alejandro Chanona Burguete, de Convergencia, comentaba la tarde de ayer que estaban dispuestos a discutir sobre las ternas, para evitar que sólo tres políticos decidan sobre la vida y el futuro del IFE. Los 60 diputados que “estamos de emergentes merecemos respeto. Si ellos van a dar nombres, nosotros también lo haremos”. Por lo mismo ya no acudiremos a “desayunitos o comiditas, lo que debemos hacer es respetar a los 500 legisladores”.
Y tienen razón, el mismo Gamboa Patrón ha reconocido que violaron la Constitución, pero como no hay sanción ya que ellos no se pueden aplicar el juicio político. “no deberían aceptar otro ugaldazo, porque al final de cuentas el IFE se conformará sin credibilidad”, nos augura Chanona.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 6 de febrero.
Lo que yo no entiendo, más allá de la humillante pasarela que organizaron para encumbrar a los candidatos menos respondones, es por qué el tema del Consejero Presidente tenga que ser tan importante. En principio, debiera dar lo mismo que fuera uno u otro, fulano o mengano. Porque, después de todo, se supone que el cargo exige una imparcialidad de origen y ciertos mínimos de decencia. Pero, señoras y señores, al rechazar a zutano o perengano, las camarillas camerales nos están dando a entender que los dados están cargados y que es dudosa la integridad de ciertos aspirantes. Esto es de escándalo. Y nadie dice nada.
Román Revueltas Retes, “Interludio”, Milenio, 6 de febrero.
Hoy, 7 de febrero, se cumple el nuevo plazo. La Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados deberá proponer los nombres de los tres nuevos consejeros del IFE, incluido el consejero presidente, que deberán ser aprobados en un voto del pleno de la Cámara. El plazo original, el que establecía la propia reforma constitucional, venció en diciembre del año pasado, pero los líderes de las bancadas no se pusieron de acuerdo y decidieron aplazarlo. Es posible, de hecho, que hoy nombren de una vez seis consejeros, para que el próximo mes de agosto, cuando llegue el límite para escoger a los siguientes tres, los líderes de las bancadas no vuelvan a sufrir la falta de acuerdo que hoy los afecta.
Una de las razones que se adujeron el año pasado para destituir a los consejeros del IFE nombrados en 2003 fue que era importante tener consejeros que tuvieran el respaldo de los tres principales partidos políticos. En el 2003 el PRD, que propuso a Jesús Cantú para ser presidente del IFE, se negó a validar los nombramientos de los nueve consejeros del IFE. Este rechazo sembró para algunos la semilla de la ilegitimidad del proceso electoral de 2006. Los perredistas pudieron sostener que si perdían la elección presidencial sería porque desde el 2003 se había gestado un IFE faccioso, enemigo de sus intereses, mientras que cualquier triunfo se obtendría a pesar de los esfuerzos en contra de los consejeros.
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 7 de febrero.
En la Cámara hubo reacción.
Que tienen cuatro nombres y deben eliminar uno, para que el pleno elija hoy al nuevo presidente.
Nadie mencionó ya a Genaro Góngora, lo que confirmaría su retiro.
“Los tres” convocaron por fin a la chiquillada. Para informarles, no para que opinen.
Pepe Grillo, Crónica, 7 de febrero.
En el actual relevo de tres de los nueve consejeros con todo y presidente, los males son aún mayores. Si bien se planteó como un proceso abierto y no más en lo oscurito, la verdad es que la falta de acuerdos ha generado un desgaste brutal no sólo para los partidos sino sobre todo para los 35 finalistas sometidos a un escrutinio muchas veces malintencionado. Todo, para caer en esta fase del proceso, en una selección que finalmente atiende al viejo esquema de cuotas de partidos en el que los tres ganones se despachan, ignorando a la chiquillada de cinco pequeños
Ricardo Rocha, “Detrás de la noticia”, El Universal, 7 de febrero.
Al cierre de este espacio, los coordinadores del PRI, PAN y PRD se encontraban reunidos para destrabar, según sus palabras, el nombramiento de los tres nuevos consejeros electorales.
Se esperaba que hubiera acuerdo entradas las primeras horas de hoy jueves para que la terna o las ternas puedan subirse a la tribuna este día de sesión, fecha en la que además vence el plazo establecido por ellos mismos para descubrir el velo del misterio.
El suspenso fue alimentado toda la tarde con la circulación de listas que todos los partidos querían colocar como "las buenas", aunque será hasta hoy cuando el tribuna se conozcan y voten los nombres seleccionados.
A ver si el show no se les cae.
Adrián Trejo, “Engrane”, El Economista, 7 de febrero.
La “santísima trinidad” compuesta por Héctor Larios, Emilio Gamboa Patrón y Javier González Garza se negaba a dar los nombres de la terna de consejeros electorales que hoy supuestamente serán votados por los diputados. La estrategia consistía en salir a informar hasta después de medianoche para que ningún periódico diera a conocer los nombres de los afortunados. Anoche sí fueron invitados los líderes de los partidos Verde Ecologista, Nueva Alianza y del Trabajo.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 7 de febrero.
Antes, se menospreciaron méritos, experiencia y fama pública de los candidatos, y se impusieron las venganzas y el cobro de facturas para dejar fuera personajes de gran trayectoria como Genaro Góngora Pimentel, Jaime Cárdenas y Mauricio Merino. El país se los pierde por la mezquindad de los partidos
Ricardo Rocha, “Detrás de la noticia”, El Universal, 7 de febrero.
En aras del acuerdo para nombrar a los consejeros del IFE se sacrificaron criterios de eficiencia y capacidad para dar paso a quienes no tuvieron resistencias de ninguna de las fuerzas políticas
Un fuerte hermetismo marcaba anoche las negociaciones finales para elegir a los nuevos consejeros del IFE, con nombres que iban y venían y acuerdos que se movían de una hora a otra, lo único que estaba claro ayer era que los nombramientos que hoy se conocerán no serán quizá los de los aspirantes mejor calificados o experimentados para el cargo, sino los menos impugnados y los que lograron pasar el interesado filtro de los tres grandes partidos.
Para decirlo claramente: en aras del acuerdo se sacrificaron criterios de eficiencia y capacidad, para dar paso a quienes no tuvieron resistencias de ninguna de las fuerzas políticas. En el callejón sin salida en el que ellos mismos se metieron y con la amenaza de pagar un altísimo costo si no definían ya las designaciones, pesaron más los vetos que los votos, y el color del consenso que ya entrada la noche se esperaba obtener en San Lázaro será, en el mejor de los casos, el gris.
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Universal, 7 de febrero.
Los coordinadores parlamentarios hacían esfuerzos anoche por alcanzar una terna de consejeros con el “máximo consenso posible”. Las cosas, al cierre de la edición, seguían sin aclararse. Lo único cierto es que, por la vía del consenso o la de la mayoría, hoy tendremos nuevo consejero del IFE.
Una votación unánime en el pleno se ve en chino. Los diputados incondicionales de López Obrador ya anunciaron que, sea cual fuere la propuesta, no la aprobarán. Aleida Alavez, Alejandro Sánchez y Faustino Soto hicieron públicas sus intenciones en un comunicado.
“PRI y PAN buscan dos candidatos a modo para favorecer sus artimañas y condicionar al PRD la designación de un consejero, que por más compromiso político y honestidad que tenga, se vería rebasado en número por personajes con oscuros intereses que hoy se mantienen en el IFE”, señalaron.
Así, nomás no se puede.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 7 de febrero.
Segundo acto. El método para el nombramiento de los nuevos consejeros. Intentando dar satisfacción a grupos legítimamente preocupados por el destino del IFE, la Cámara de Diputados diseñó un procedimiento "abierto" para la selección de los relevos. Cualquiera se podía inscribir, los candidatos tenían que escribir un ensayo, serían entrevistados por comisiones y finalmente se haría la elección. En el papel todo muy aseado y correcto. El pequeño detalle es que un método como el descrito también sirve para desatar una intensa grilla entre los partidos, candidatos, "ciudadanos desinteresados" y medios. De tal suerte que las descalificaciones ad hominem, las versiones más delirantes, las leyendas construidas para golpear al adversario, tienden a multiplicarse hasta la náusea. Un método como el descrito no puede dejar satisfechos a todos, pero sí sirve para erosionar la fama pública de muchos participantes. Por esa vía ahora resulta -en el imaginario público- que todos los candidatos lo son de algún partido y no -como deben aparecer- del conjunto de los legisladores.
Se olvidó -disculpen- el a, b, c del asunto: quienes deben -en primerísima instancia- estar de acuerdo y satisfechos de los nombramientos son los grupos parlamentarios que de común acuerdo deben aprobarlos. Eso dice la Constitución y eso reclama el sentido común. Los coordinadores debieron iniciar negociaciones y, una vez puestos de acuerdo, invitar a los candidatos y, una vez acordados los relevos, anunciarlos al público. Con ese método se logra lo fundamental: el acuerdo entre los diputados y se evita el "desplumadero" que hemos vivido. Además, si los partidos en la Cámara de Diputados forjan un consenso en la materia lo más probable es que el mismo irradie certeza hacia la sociedad organizada.
No obstante, incluso con ese mal método, el relevo puede no ser catastrófico.
José Woldenberg, Reforma, 7 de febrero.
Por fin estamos a punto de presenciar uno de los últimos capítulos del teledramón que llevó a la renuncia de Luis Carlos Ugalde del IFE. Lo malo es que Andrés Albo tuvo un muy efímero reinado. Ni modo. Ya sabe que hay mucho rencor en ese tema.
Los diputados deberían contratar a unos brujos de Catemaco para que una vez que lleguen los consejeros relevistas hagan una limpia en las instalaciones del IFE, no vaya a ser que Ugalde les hiciera mal de ojo.
Jesús Sánchez, “Recuento Político”, El Financiero, 7 de febrero.
La gran pregunta es si, con su decisión de anoche y en aras de no permitir la autoexclusión del PRD, los diputados no terminarán repitiendo el modelo y la desastrosa experiencia del Consejo Electoral designado por ellos mismos en 2003.
Es cierto que algo que evitaría que se repitiera la descalificación de la autoridad electoral por una de las fuerzas políticas dominantes sería el voto de los diputados perredistas; eso haría una diferencia importante con lo ocurrido en la cuestionada elección de 2006.
Pero falta ver si los nuevos consejeros, o incluso el nuevo presidente, que resultaron del accidentado y manoseado proceso de elección, no llegan con el mismo perfil de inexperiencia política y pequeñez con la que llegaron los consejeros electos hace cinco años. El criterio anoche fue que, de la lista de los 39 que el lunes pasado había sido depurada a ocho aspirantes, se someterían a votación uno a uno y el que reuniera la aprobación de todos los partidos, previo el acuerdo de los tres grandes, entraría a la terna final.
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Universal, 7 de febrero.
TAN COMPLICADA estuvo la negociación para elegir a los nuevos consejeros del IFE que las pláticas tuvieron que cambiar de sede.
EN CIERTO MOMENTO de la tarde era notorio que las cosas estaban trabadas y los coordinadores parlamentarios no tenían para dónde hacerse.
CUENTAN QUE el priista Emilio Gamboa y el panista Héctor Larios, de plano, se trenzaron en una llave china de las que ninguno de los dos lograba zafarse.
DEBIDO A ESO, los teléfonos comenzaron a sonar en las oficinas de Manlio Fabio Beltrones, en el Senado; de Beatriz Paredes, en la presidencia del PRI, y de Germán Martínez, en la sede nacional panista, para que entraran al quite ya que sus muchachos en San Lázaro nomás no se ponían de acuerdo.
F. Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 7 de febrero.
El cambio de posición de López Obrador fue demasiado tardío para convencer a todos los legisladores del PRD. Así, sólo un grupo minoritario votó en contra de la reforma que hasta ese momento el PRD había defendido enconadamente. Pero bajo la presión del ex candidato el PRD optó por presentar una posición inamovible en la Junta de Coordinación Política para la designación del nuevo presidente del IFE: o Genaro Góngora, el actual ministro de la Suprema Corte de Justicia, era seleccionado, o el partido se negaría a respaldar la designación de los nuevos consejeros. El PRI y el PAN rechazaron lo que consideraron un ultimátum perredista.
¿Qué va a pasar ahora? Ayer por la noche se convocó a una reunión de la Junta de Coordinación Política para escoger a los nuevos consejeros que deberán ser ratificados hoy por el pleno. Lo ideal para la salud política del país sería que los tres partidos llegaran a un acuerdo. No es necesario que el IFE tenga el respaldo de los tres partidos mayores, pero el consenso ayudaría mucho a darle solidez y credibilidad a todo el sistema electoral.
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 7 de febrero.
Tercer episodio. Las fechas de los relevos. Como se sabe, el Congreso se dio un plazo para el nombramiento de los tres nuevos consejeros (el presidente y otros dos). En el artículo cuarto transitorio nada menos que de la Constitución se estableció la fecha en que deberían estar realizadas esas designaciones. Y sin embargo, la Cámara de Diputados no cumplió con el plazo por ellos mismos fijado.
"¿Pero qué necesidad?, ¿para qué tanto problema?", vuelve a cantar Juan Gabriel. ¿Para qué ponerse un plazo que eventualmente no se va a cumplir? Ello por supuesto erosiona la credibilidad de los operadores y genera un malestar que bien pudo ser evitado. A pesar de ello, de ese enorme tropezón, los resultados no tienen por qué ser catastróficos.
José Woldenberg, Reforma, 7 de febrero.
Hablamos del tema con Jorge Alcocer, consejero especialista de la CENCA y uno de las primeras víctimas de los vetos en el largo y accidentado proceso para renovar a los consejeros electorales. “Espero que, por el bien del IFE, ya salga todo. El Instituto está dividido, desestructurado, paralizado”, señaló.
Ya encarrerado, el director de la revista Voz y voto se descartó para formar parte de la terna de aspirantes que va a integrar el primer escalonamiento de consejeros. ¿Y en agosto?, le preguntamos. “En agosto hablamos”, repuso. En ese mes se realizará el segundo escalonamiento de consejeros.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 7 de febrero.
El PAN y el PRI terminaron siendo rehenes de los perredistas y la instrucción precisa de Los Pinos a los panistas, de ceder en todo con tal de que no se levantaran de la mesa los negociadores del sol azteca, hizo que al final la obsesión por el consenso pesara más que la designación de los aspirantes mejor capacitados
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Universal, 7 de febrero.
El número de espléndidas preguntas podrían ser muy reveladoras si el epicentro de la tenebra lo coloca usted en el tablero del pasado... y no mirando al futuro.
Es decir, el PRI y el PAN necesitan de consejeros cómplices para asegurar que la original llavecita que abre los cajones de algunas travesuras del controvertido proceso electoral de 2006 no sean abiertos, investigados, husmeados y/o descubiertos.
El primer botón podría ser la autoría de los interesantes 280 mil spots que, a 19 meses, siguen huerfanitos... y de ahí pasar al terreno de las sublimes finanzas, una parada en el estupendo padrón y de pasadita, un vistazo al polémico software among other very eye-catching things.
El ife, mi estimado, es la ruta del dinero electoral así que... coopelan o cuello.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 7 de febrero.
En distintas ocasiones he cuestionado la destitución de los consejeros nombrados en 2003. Mantengo mi posición. Ese despido colectivo le ha hecho un enorme daño a la democracia mexicana. Pero si ya el PAN y el PRI estuvieron dispuestos a sacrificar a los consejeros sin una razón legítima, lo lógico es que ahora concluyan el proceso y terminen lo que empezaron cediendo ante el PRD.
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 7 de febrero.
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