Miles de colombianos vestidos de blanco y con pancartas contra la guerrilla de las FARC marcharon en varios países, entre ellos México, convocados por jóvenes a través de Internet bajo la consigna "No más secuestros. No más mentiras. No más muertes. No más FARC".
En la capital mexicana, alrededor de 500 colombianos se concentraron frente al Ángel de la Independencia para aclarar que las Fuerzas Armadas no representan a ninguna parte de la sociedad de este país sudamericano.
La manifestación callejera contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia empezó a gestarse hace exactamente un mes en el sitio de Internet Facebook, y se hizo extensiva a varias otras ciudades del mundo, como solidaridad con Colombia y en demanda de la liberación de secuestrados por la guerrilla.
El alcalde de Bogotá, Samuel Moreno, indicó a los periodistas en la céntrica Plaza de Bolívar que sólo en la capital estimaban que al menos medio millón de personas habrían respondido a la convocatoria a lo largo de la jornada.
De acuerdo con informes preliminares, en la jornada hubo marchas en Caracas, Buenos Aires, Lima y otras ciudades latinoamericanas, y en urbes europeas.
Sin embargo, familiares de los secuestrados por las FARC en Bogotá se concentraron en iglesias, en lugar de participar en las marchas, aduciendo que preferían para rezar por sus seres queridos.
"No creo que odiando a los actores armados vamos a conseguir paz en el país", dijo Aida Alzate, una estudiante de 21 años, cuyo tío Norbey Alzate, está secuestrado desde hace tres años en Urabá una región del noroeste colombiano.
Mientras, los familiares de los rehenes que las FARC ofrecieron liberar el sábado, llegaron a Venezuela para reunirse con el presidente Hugo Chávez, informó el canal estatal VTV.
"Venimos a esperar y recibir órdenes del gobierno venezolano para ver cuando se realiza la liberación y nos reencontramos", dijo Jaime Lozada, hijo de la excongresista Gloria Polanco.
Los familiares de los exlegisladores Gloria Polanco, Luis Pérez y Orlando Beltrán fueron recibidos en el aeropuerto de Caracas por la senadora colombiana Piedad Córdoba, quien se desempeñó como mediadora de un canje de rebeldes presos por secuestrados en poder del grupo armado.
En la capital mexicana, alrededor de 500 colombianos se concentraron frente al Ángel de la Independencia para aclarar que las Fuerzas Armadas no representan a ninguna parte de la sociedad de este país sudamericano.
La manifestación callejera contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia empezó a gestarse hace exactamente un mes en el sitio de Internet Facebook, y se hizo extensiva a varias otras ciudades del mundo, como solidaridad con Colombia y en demanda de la liberación de secuestrados por la guerrilla.
El alcalde de Bogotá, Samuel Moreno, indicó a los periodistas en la céntrica Plaza de Bolívar que sólo en la capital estimaban que al menos medio millón de personas habrían respondido a la convocatoria a lo largo de la jornada.
De acuerdo con informes preliminares, en la jornada hubo marchas en Caracas, Buenos Aires, Lima y otras ciudades latinoamericanas, y en urbes europeas.
Sin embargo, familiares de los secuestrados por las FARC en Bogotá se concentraron en iglesias, en lugar de participar en las marchas, aduciendo que preferían para rezar por sus seres queridos.
"No creo que odiando a los actores armados vamos a conseguir paz en el país", dijo Aida Alzate, una estudiante de 21 años, cuyo tío Norbey Alzate, está secuestrado desde hace tres años en Urabá una región del noroeste colombiano.
Mientras, los familiares de los rehenes que las FARC ofrecieron liberar el sábado, llegaron a Venezuela para reunirse con el presidente Hugo Chávez, informó el canal estatal VTV.
"Venimos a esperar y recibir órdenes del gobierno venezolano para ver cuando se realiza la liberación y nos reencontramos", dijo Jaime Lozada, hijo de la excongresista Gloria Polanco.
Los familiares de los exlegisladores Gloria Polanco, Luis Pérez y Orlando Beltrán fueron recibidos en el aeropuerto de Caracas por la senadora colombiana Piedad Córdoba, quien se desempeñó como mediadora de un canje de rebeldes presos por secuestrados en poder del grupo armado.
Nota de Omar Brito y Agencias, El Economista, 5 de febrero.
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