ISLA MUJERES, QR.— A menos de una semana de que murieron siete policías federales en un enfrentamiento con sicarios en Sinaloa, el presidente Felipe Calderón aseguró que la estrategia contra el crimen organizado y el narcotráfico es la correcta, está en marcha, es la adecuada, integral y de largo plazo.
El gobierno no se va a replegar; en todo caso se afinaría, pero es ingenuo pensar que el Estado renunciará a su obligación de hacer cumplir la ley, sentenció.
No negó que se ha vuelto intensa la violencia, sobre todo en Culiacán y Ciudad Juárez. De ninguna manera ha sido generada por la acción del gobierno, dijo, sino por las mismas mafias que se disputan las plazas y que pretenden controlar no sólo el tráfico de droga y cualquier actividad ilícita, sino también generar un mercado de consumo doméstico.
En el Día de la Marina, en esta isla de Quintana Roo, en donde realizó diversos actos acompañado por su esposa Margarita, y por los secretarios Mariano Francisco Saynez Mendoza, de Marina, y Guillermo Galván Galván, de la Defensa Nacional, el Presidente dejó en claro que si la delincuencia se ha expandido se debe a la “inacción, tolerancia e indolencia de la autoridad”. Desde que empezó su gobierno, destacó, se han emprendido y se realizan acciones para que no avance más.
De acuerdo con estadísticas oficiales, de diciembre de 2006 a la fecha, en esta guerra han muerto 4 mil 44 personas y mil 250 en lo que va del año.
La violencia, como lo planteó Calderón, se ha recrudecido en los últimos días en Sinaloa y Chihuahua. De hecho, en el primer estado llegó a tal grado que mayo fue el mes más violento en los últimos cinco lustros, con 116 ejecuciones relacionadas con la delincuencia organizada, de las cuales 21 fueron perpetradas contra agentes federales, estatales y municipales.
Además, los sicarios han colgado pancartas en lugares públicos con los nombres de los policías amenazados de muerte. En Ciudad Juárez, tan sólo en tres días se registraron 25 asesinatos.
En su recorrido por la isla, a la que llegó bajo una intensa lluvia, efecto de la tormenta Arthur, Calderón afirmó que su gobierno no abandonará ni dejará a su suerte a los mexicanos; tampoco se dejará aterrorizar con las acciones de las mafias. La estrategia de seguridad nacional tiene sus costos de tiempo, económicos y “por desgracia de vidas humanas”.
Describió lo que se ha hecho y lo que se hará para que el Estado recupere el pleno control y mando de las regiones asoladas por el crimen organizado. Si logramos fortalecer y en los casos necesarios recomponer y depurar los cuerpos policiacos en el país, “una buena parte de la lucha estará ganada”, dijo.
Consideró fundamental que los gobiernos estatales y municipales no declinen en este esfuerzo que debe ser colectivo.
A nivel federal, su gobierno está resuelto a perseverar en esta lucha hasta alcanzar la victoria; defender al país de las garras de la delincuencia y legar un México seguro, libre y próspero a las nuevas generaciones, señaló.
En su visita también lo acompañaron el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño; el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y el procurador Eduardo Medina Mora, abanderó patrullas interceptoras y rindió honores a los marinos caídos.
El gobierno no se va a replegar; en todo caso se afinaría, pero es ingenuo pensar que el Estado renunciará a su obligación de hacer cumplir la ley, sentenció.
No negó que se ha vuelto intensa la violencia, sobre todo en Culiacán y Ciudad Juárez. De ninguna manera ha sido generada por la acción del gobierno, dijo, sino por las mismas mafias que se disputan las plazas y que pretenden controlar no sólo el tráfico de droga y cualquier actividad ilícita, sino también generar un mercado de consumo doméstico.
En el Día de la Marina, en esta isla de Quintana Roo, en donde realizó diversos actos acompañado por su esposa Margarita, y por los secretarios Mariano Francisco Saynez Mendoza, de Marina, y Guillermo Galván Galván, de la Defensa Nacional, el Presidente dejó en claro que si la delincuencia se ha expandido se debe a la “inacción, tolerancia e indolencia de la autoridad”. Desde que empezó su gobierno, destacó, se han emprendido y se realizan acciones para que no avance más.
De acuerdo con estadísticas oficiales, de diciembre de 2006 a la fecha, en esta guerra han muerto 4 mil 44 personas y mil 250 en lo que va del año.
La violencia, como lo planteó Calderón, se ha recrudecido en los últimos días en Sinaloa y Chihuahua. De hecho, en el primer estado llegó a tal grado que mayo fue el mes más violento en los últimos cinco lustros, con 116 ejecuciones relacionadas con la delincuencia organizada, de las cuales 21 fueron perpetradas contra agentes federales, estatales y municipales.
Además, los sicarios han colgado pancartas en lugares públicos con los nombres de los policías amenazados de muerte. En Ciudad Juárez, tan sólo en tres días se registraron 25 asesinatos.
En su recorrido por la isla, a la que llegó bajo una intensa lluvia, efecto de la tormenta Arthur, Calderón afirmó que su gobierno no abandonará ni dejará a su suerte a los mexicanos; tampoco se dejará aterrorizar con las acciones de las mafias. La estrategia de seguridad nacional tiene sus costos de tiempo, económicos y “por desgracia de vidas humanas”.
Describió lo que se ha hecho y lo que se hará para que el Estado recupere el pleno control y mando de las regiones asoladas por el crimen organizado. Si logramos fortalecer y en los casos necesarios recomponer y depurar los cuerpos policiacos en el país, “una buena parte de la lucha estará ganada”, dijo.
Consideró fundamental que los gobiernos estatales y municipales no declinen en este esfuerzo que debe ser colectivo.
A nivel federal, su gobierno está resuelto a perseverar en esta lucha hasta alcanzar la victoria; defender al país de las garras de la delincuencia y legar un México seguro, libre y próspero a las nuevas generaciones, señaló.
En su visita también lo acompañaron el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño; el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y el procurador Eduardo Medina Mora, abanderó patrullas interceptoras y rindió honores a los marinos caídos.
Arturo Zárate, El Universal, 2 de junio.
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