Reportes de la Procuraduría General de la República estiman que el operativo del gobierno federal contra el tráfico de personas generó una reacción inicial de desconcierto de la mafia cubano-americana de Miami y los grupos a su servicio, pero advierten la posibilidad de una eventual contraofensiva, planteada ya con las amenazas de asaltar las instalaciones de Migración para rescatar a los polleros que fueron arrestados la semana pasada.
La captura de los cubanos residentes en Miami, Rubén Tito Verdesi —también identificado como Handy Cardentey Lemmus— y Leonel Ballesteros, los operadores Nairobi Claro Ortega, Noriel Veloz, Yancris Lioro y Carlos Rodríguez García han permitido a la Subprocuraduría de Investigaciones contra la Delincuencia Organizada confirmar nexos con Los Zetas y estimar los alcances de la organización, señalan informes oficiales.
“El tráfico de ilegales registra movimientos erráticos que permitieron interceptar grupos importantes en Quintana Roo, casi uno diario, Cancún, Isla Mujeres y Cozumel; el aseguramiento de embarcaciones y la consignación de mandos de Migración han abierto flancos vulnerables a los delincuentes”, indica uno de los reportes.
Según los agentes, la ofensiva iniciada luego del asalto a un autobús para rescatar a 33 cubanos “importantes” en Chiapas, habría acrecentado el enfrentamiento interno de la mafia de Miami, que llegó al extremo la pasada Semana Santa con la ejecución de Humberto Febles Santana, Tico, acribillado al salir de un bar en esta ciudad.
El endurecimiento de la vigilancia en los aeropuertos de Cancún, Tapachula y la Ciudad de México, identificados como puntos neurálgicos del tráfico, cerró estas vías, por las que según estimaciones entraban cientos de cubanos cada mes al país en vuelos de Centro y Sudamérica gracias a funcionarios y empleados de seguridad y migración cómplices.
Desde la muerte de Febles Santana se libra un despiadado enfrentamiento por el control del ilícito que genera ganancias millonarias; Rubén Tito Verdesi intentaba reorganizar la mafia, restablecer acuerdos con Los Zetas y recuperar la unidad.
A la muerte de Febles Santana, su gente quería imponer a su primo Manuel Santana Rodríguez, El Iván, quién no logró apoyo e hizo que el grupo perdiera fuerza.
El Tico logró el control gracias a su pacto con Los Zetas, a quienes recogía cargas de droga lanzadas por aviones en alta mar a cambio de cobrar sus cuentas.
Esto le permitió imponerse sobre sus rivales, a quienes ejecutó sin escrúpulos. La policía considera que ordenó asesinar a sus compatriotas cubanos Manuel Duarte Díaz, El Many; Maximiliano Reyna Molas, Richard Agüero; Luis Lázaro Lara Morejón, y Juan Carlos Reyna Molas, en 2007.
La captura de los cubanos residentes en Miami, Rubén Tito Verdesi —también identificado como Handy Cardentey Lemmus— y Leonel Ballesteros, los operadores Nairobi Claro Ortega, Noriel Veloz, Yancris Lioro y Carlos Rodríguez García han permitido a la Subprocuraduría de Investigaciones contra la Delincuencia Organizada confirmar nexos con Los Zetas y estimar los alcances de la organización, señalan informes oficiales.
“El tráfico de ilegales registra movimientos erráticos que permitieron interceptar grupos importantes en Quintana Roo, casi uno diario, Cancún, Isla Mujeres y Cozumel; el aseguramiento de embarcaciones y la consignación de mandos de Migración han abierto flancos vulnerables a los delincuentes”, indica uno de los reportes.
Según los agentes, la ofensiva iniciada luego del asalto a un autobús para rescatar a 33 cubanos “importantes” en Chiapas, habría acrecentado el enfrentamiento interno de la mafia de Miami, que llegó al extremo la pasada Semana Santa con la ejecución de Humberto Febles Santana, Tico, acribillado al salir de un bar en esta ciudad.
El endurecimiento de la vigilancia en los aeropuertos de Cancún, Tapachula y la Ciudad de México, identificados como puntos neurálgicos del tráfico, cerró estas vías, por las que según estimaciones entraban cientos de cubanos cada mes al país en vuelos de Centro y Sudamérica gracias a funcionarios y empleados de seguridad y migración cómplices.
Desde la muerte de Febles Santana se libra un despiadado enfrentamiento por el control del ilícito que genera ganancias millonarias; Rubén Tito Verdesi intentaba reorganizar la mafia, restablecer acuerdos con Los Zetas y recuperar la unidad.
A la muerte de Febles Santana, su gente quería imponer a su primo Manuel Santana Rodríguez, El Iván, quién no logró apoyo e hizo que el grupo perdiera fuerza.
El Tico logró el control gracias a su pacto con Los Zetas, a quienes recogía cargas de droga lanzadas por aviones en alta mar a cambio de cobrar sus cuentas.
Esto le permitió imponerse sobre sus rivales, a quienes ejecutó sin escrúpulos. La policía considera que ordenó asesinar a sus compatriotas cubanos Manuel Duarte Díaz, El Many; Maximiliano Reyna Molas, Richard Agüero; Luis Lázaro Lara Morejón, y Juan Carlos Reyna Molas, en 2007.
Fernando Meraz en Cancún, Milenio, 23 de junio.
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