Los parlamentarios estadunidenses se abrieron a la autocrítica

A tres años de cumplir medio siglo de encuentros que generalmente concluyen en buenos deseos y quedan en la memoria discursiva de la quimérica buena vecindad, la 47 Reunión Interparlamentaria México-Estados Unidos se abrió a espacios de autocrítica y propuesta, ahora sí, de pasar del enunciado a la praxis.
Y el tema de la Iniciativa Mérida ocupa la atención, pero se desempolva el tema migratorio, aunque atado a los tiempos políticos de la Unión Americana, e incluso hay una especie de proselitismo a favor de Barack Obama. ¿Reforma migratoria? May be, may be. Después de que se sepa quién sucede a George W. Bush.
En fin, cuestiones de buena vecindad o de haber agarrado confianza luego de la cena del viernes en el hotel Quinta Real. Por cierto, temprano el senador panista Ricardo García Cervantes, molesto, sin duda, rechaza haber ido a jugar golf con los senadores Christopher Dodd y Bob Corker.
"¡En mi vida he agarrado un palo de esos!", reprocha García Cervantes a la versión que lo ubicó en el hoyo 17 con sus contrapartes de Estados Unidos.
Pero, bueno, en el hotel de alto turismo que resguardan uniformados con armas hasta en los dientes, en la inauguración de esta 47 Interparlamentaria, a cargo de la diputada presidenta Ruth Zavaleta, se respira un ambiente de buena onda, buena vibra.
Vaya, el ambiente permite que los legisladores estadunidenses no tengan empacho en admitir excesos en eso de las condicionantes insertas en la Iniciativa Mérida, aunque de pronto del lado mexicano parecieran a punto enrollarse en el lábaro patrio y lanzarse desde el Cerro de la Silla.
Camaradería o turismo legislativo. Hay evidencia de lo primero y de la aspiración a dejar de lado los discursos de buena voluntad y buenos deseos.
El embajador Tony Garza canta en voz baja el Himno Nacional Mexicano, y su homólogo de nacencia azteca, Arturo Sarukhán, hace lo propio, incluso cuando se entonan los acordes del Himno de los Estados Unidos de América.
Ed Pastor y Creel bromean, Ruth Zavaleta y el gobernador Natividad González Parás charlan e intercambian sonrisas. ¿Hablarían de Andrés Manuel? Buen escenario donde republicanos y demócratas no airean en público sus diferencias, ni perredistas ni priistas las propias.
El coordinador de los diputados federales de Convergencia, Alejandro Chanona, aporta su grano de arena y trabaja en los temas de migración. Internacionalista de los buenos, egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Es del FAP y no hay más de ellos a su lado, porque el petista Alberto Anaya, senador para más señas, simplemente llegó tarde, pero sin sueño, a la inauguración.
Hoy, en el mismo hotel de la inauguración, nuevecito en el municipio de San Pedro Garza García, continúan los trabajos. La presidenta de la delegación mexicana, Ruth Zavaleta, canceló citas en la ciudad de México y se queda a la clausura. Sin tanto rollo.
Moisés Sánchez Limón, Crónica, 8 de junio.

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