Los presidentes de Colombia, Álvaro Uribe, y de Venezuela, Hugo Chávez, se reunirán en julio próximo, indicó ayer el vocero de la casa de gobierno colombiana. La cita será para “normalizar las relaciones y activar la agenda binacional”, dijo el portavoz de la presidencia César Mauricio Velázquez en diálogo telefónico con AP. Velázquez no dio una fecha y localidad exacta del encuentro de los dos mandatarios, aunque versiones de la prensa local indicaron que podría ser en territorio venezolano hacia el 15 de julio.
La cita sería la primera bilateral desde que las relaciones Bogotá-Caracas cayeron en barrena a fines del 2007, agudizándose la tensión en marzo tras un ataque militar colombiano a un campamento de las FARC en Ecuador, un aliado de Venezuela.
Las relaciones políticas entre los dos países, con un intercambio comercial de unos cinco mil millones de dólares anuales, se deterioraron a raíz de la decisión de Uribe a fines del año pasado, de poner fin a las gestiones que llevaba Chávez antes las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para lograr un canje de secuestrados en poder de esas guerrillas por insurgentes en prisión. Bogotá dijo entonces que canceló esas gestiones porque Chávez entró en contacto directo con mandos militares colombianos a pesar de advertirle Uribe de no hacerlo. El dirigente venezolano colocó las relaciones con Bogotá en el “congelador” y llamó a su embajador a consultas.
Las FARC entonces dijeron en un comunicado que en “desagravio” a Chávez y en virtud del delicado estado de salud de algunos de los rehenes, liberarían unilateralmente a varios de ellos, los dos primeros fueron entregados en enero y otros cuatro a fines de febrero. Pero a raíz del ataque colombiano el 1 de marzo al campamento de las FARC en Ecuador, en una zona cercana a la frontera, Chávez anunció que desplazaba tropas a la frontera con Colombia, revisaría toda la relación comercial con Bogotá y retiró a todo el personal diplomático de su embajada, pero sin formalmente romper relaciones.
La tensión pareció amainar tras una cumbre de presidentes de la región el 7 de marzo en República Dominicana, tras la cual Chávez dijo que ya no habría más tropas en la frontera y que buscaría reactivar el comercio bilateral.
Desde entonces, Chávez y Uribe se han visto en otras cumbres regionales, no de forma bilateral, se han saludado y sus cancilleres se han reunido al menos en dos oportunidades, pero en medio de constante sobresaltos por la divulgación de Bogotá de documentos rebeldes insinuando cercanas relaciones de funcionarios venezolanos con las FARC.
La cita sería la primera bilateral desde que las relaciones Bogotá-Caracas cayeron en barrena a fines del 2007, agudizándose la tensión en marzo tras un ataque militar colombiano a un campamento de las FARC en Ecuador, un aliado de Venezuela.
Las relaciones políticas entre los dos países, con un intercambio comercial de unos cinco mil millones de dólares anuales, se deterioraron a raíz de la decisión de Uribe a fines del año pasado, de poner fin a las gestiones que llevaba Chávez antes las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para lograr un canje de secuestrados en poder de esas guerrillas por insurgentes en prisión. Bogotá dijo entonces que canceló esas gestiones porque Chávez entró en contacto directo con mandos militares colombianos a pesar de advertirle Uribe de no hacerlo. El dirigente venezolano colocó las relaciones con Bogotá en el “congelador” y llamó a su embajador a consultas.
Las FARC entonces dijeron en un comunicado que en “desagravio” a Chávez y en virtud del delicado estado de salud de algunos de los rehenes, liberarían unilateralmente a varios de ellos, los dos primeros fueron entregados en enero y otros cuatro a fines de febrero. Pero a raíz del ataque colombiano el 1 de marzo al campamento de las FARC en Ecuador, en una zona cercana a la frontera, Chávez anunció que desplazaba tropas a la frontera con Colombia, revisaría toda la relación comercial con Bogotá y retiró a todo el personal diplomático de su embajada, pero sin formalmente romper relaciones.
La tensión pareció amainar tras una cumbre de presidentes de la región el 7 de marzo en República Dominicana, tras la cual Chávez dijo que ya no habría más tropas en la frontera y que buscaría reactivar el comercio bilateral.
Desde entonces, Chávez y Uribe se han visto en otras cumbres regionales, no de forma bilateral, se han saludado y sus cancilleres se han reunido al menos en dos oportunidades, pero en medio de constante sobresaltos por la divulgación de Bogotá de documentos rebeldes insinuando cercanas relaciones de funcionarios venezolanos con las FARC.
AP en Bogotá, Milenio, 15 de junio.
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