“Se acabaron los paseos y el cine”

Óscar Alonso Luna Mendoza remplazó el tanque estacionario de su casa por un cilindro de gas de 30 kilos que suerte con 100 pesos cada que se acaba, el presupuesto no le alcanza para llenarlo. Su escaso ingreso, dijo, ha mermado la alimentación y estudios de sus tres hijos.

Es licenciando en administración de empresas, pero labora como carpintero en un taller familiar. Por seis meses buscó empleo como profesionista u obrero, en la construcción, en viveros y minas, pero “por su edad” (49 años) no le han dado trabajo.

Sin detener el pulido de una puerta, comentó que en una empresa le ofrecían un sueldo semanal de 400 pesos, el salario mínimo, que rechazó porque “es muy poco, ¿de qué sirve?”, dijo.

Alonso Luna trabaja 14 horas diarias para cubrir las necesidades básicas de su esposa, quien tiene un embarazo de cinco meses y de sus tres hijos, Óscar, Hugo y Diego, de 9, 16 y 21 años de edad, respectivamente, éste último que abandonó la preparatoria y busca empleo.

El ingreso semanal es de mil 300 pesos, que con dificultades reparte para pagar gastos. Se acabaron los paseos, no hay salidas al parque, ni al cine, hay que ahorrar gasolina, “en una sola vuelta hay que traer todo lo que se pueda”. Suspendió el calentador de agua para bañarse y los focos de energía.

Ahora no hay bonanza, refiere

Para Alonso es urgente reunir dinero para pagar un préstamo en una casa de empeño, en la que dejó como depósito las herramientas para trabajar la carpintería con la aspiración de más adelante poner su negocio propio y que su hijo mayor pueda trabajar y tener la opción de seguir estudiando.

En 1994 llegó de Parral, Chihuahua, a esta tierra guanajuatense para ejercer su profesión como administrador de una empresa de aparatos electrónicos, después en sociedad con su padre estableció un negocio de ferretería y productos de madera. Luego en el 2001 se fue a Hudson, Colorado —Estados Unidos—, a trabajar en el sistema de riego de un vivero que después se siniestró con una granizada.

Volvió a Chihuahua y desde octubre pasado comenzó a buscar empleo, “que por la edad” no ha podido conseguir. A esta ciudad regresó hace dos meses, donde su hermano lo empleó como carpintero.

Su meta, dijo, es rescatar su herramienta, reunir dinero para pagar el viaje a León de su esposa y sus tres hijos que están en Parral, con el deseo de reintegrar a la familia después de estar tan alejados por cuestiones de trabajo y de dinero.

Xóchitl Álvarez corresponsal, El Universal, 31 de julio.

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