LOS ANGELES.— El presidente Felipe Calderón concluyó una gira de trabajo por Estados Unidos, en la que realizó 22 encuentros con representantes de los sectores social, político y económico de esta nación, de las cuales, sólo siete las dedicó a organizaciones de paisanos.
El periplo del mandatario pasó prácticamente desapercibido del ambiente político estadounidense, volcado en la disputa por las candidaturas demócrata y republicana con vistas a la conquista de la Casa Blanca.
Aún así, la presencia de Calderón en algunos de los puntos de esta gira —Nueva York, Boston, Chicago, Sacramento y Los Ángeles— generó manifestaciones, no sólo de grupos antimigrantes, como Minuteman o Save Our Estate (SOS), sino también de organizaciones de paisanos que simpatizan con el PRD y López Obrador. Las protestas más significativas se dieron en Los Ángeles, en el Valle de Napa, también en California y en Chicago.
Miembros de estas agrupaciones se presentaron en dos eventos en Chicago; en dos más en Sacramento y durante la estancia de Calderón en un hotel de Los Ángeles.
La agenda incluyó al inicio 22 actividades del presidente Calderón, siete dedicadas a encuentros con organizaciones de mexicanos, aunque sólo dos fueron abiertas a los medios.
El resto fueron encuentros con alcaldes, gobernadores, empresarios, congresistas y, sobre todo, entrevistas a medios locales.
La Presidencia informó que esta gira tendría un perfil de defensa de los migrantes, además de mostrar el respaldo y el interés del gobierno por la defensa de los derechos humanos y laborales de quienes trabajan en EU.
A pesar de ello, el lunes en Nueva York y Boston le dio prioridad al Consejo de las Américas, la ONU y el sector financiero estadounidense para después encontrarse en privado con líderes comunitarios mexicanos, sin que se indicará de qué grupos eran.
En La Villita se abrió a los medios un encuentro que Calderón tuvo con líderes de organizaciones mexicanas en Chicago, aunque sólo se permitió el ingresó para dar cuenta de su mensaje.
El miércoles 13 dio prioridad a legisladores de California y a encuentros con políticos y sólo fue pública la participación de Calderón en la cata de vinos del Valle de Napa, donde viven empresarios michoacanos.
Ese mismo día viajó a Los Ángeles y se aplicó la misma regla, convocar antes a un encuentro con líderes comunitarios quienes expusieron con anterioridad los problemas. Sólo fue posible escuchar una parte al final y la exposición de Calderón.
Ayer, al cierre de la gira, Calderón se asumió como afectado por la migración ya que un tío, un primo y un cuñado, dijo, tuvieron que dejar el país.
Calderón se pronunció a favor de buscar una nueva relación, de mayor corresponsabilidad, con el gobierno estadounidense, independientemente de quien gane las elecciones presidenciales de noviembre.
El periplo del mandatario pasó prácticamente desapercibido del ambiente político estadounidense, volcado en la disputa por las candidaturas demócrata y republicana con vistas a la conquista de la Casa Blanca.
Aún así, la presencia de Calderón en algunos de los puntos de esta gira —Nueva York, Boston, Chicago, Sacramento y Los Ángeles— generó manifestaciones, no sólo de grupos antimigrantes, como Minuteman o Save Our Estate (SOS), sino también de organizaciones de paisanos que simpatizan con el PRD y López Obrador. Las protestas más significativas se dieron en Los Ángeles, en el Valle de Napa, también en California y en Chicago.
Miembros de estas agrupaciones se presentaron en dos eventos en Chicago; en dos más en Sacramento y durante la estancia de Calderón en un hotel de Los Ángeles.
La agenda incluyó al inicio 22 actividades del presidente Calderón, siete dedicadas a encuentros con organizaciones de mexicanos, aunque sólo dos fueron abiertas a los medios.
El resto fueron encuentros con alcaldes, gobernadores, empresarios, congresistas y, sobre todo, entrevistas a medios locales.
La Presidencia informó que esta gira tendría un perfil de defensa de los migrantes, además de mostrar el respaldo y el interés del gobierno por la defensa de los derechos humanos y laborales de quienes trabajan en EU.
A pesar de ello, el lunes en Nueva York y Boston le dio prioridad al Consejo de las Américas, la ONU y el sector financiero estadounidense para después encontrarse en privado con líderes comunitarios mexicanos, sin que se indicará de qué grupos eran.
En La Villita se abrió a los medios un encuentro que Calderón tuvo con líderes de organizaciones mexicanas en Chicago, aunque sólo se permitió el ingresó para dar cuenta de su mensaje.
El miércoles 13 dio prioridad a legisladores de California y a encuentros con políticos y sólo fue pública la participación de Calderón en la cata de vinos del Valle de Napa, donde viven empresarios michoacanos.
Ese mismo día viajó a Los Ángeles y se aplicó la misma regla, convocar antes a un encuentro con líderes comunitarios quienes expusieron con anterioridad los problemas. Sólo fue posible escuchar una parte al final y la exposición de Calderón.
Ayer, al cierre de la gira, Calderón se asumió como afectado por la migración ya que un tío, un primo y un cuñado, dijo, tuvieron que dejar el país.
Calderón se pronunció a favor de buscar una nueva relación, de mayor corresponsabilidad, con el gobierno estadounidense, independientemente de quien gane las elecciones presidenciales de noviembre.
Nota de Sergio Javier Jiménez, enviado, El Universal, 15 de febrero.
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