Diputados de PAN, PRI y PRD coincidieron en que el gobierno debe aprovechar el encuentro México-Estados Unidos-Canadá para, de manera puntual y enérgica, poner en la palestra la preocupación del Congreso mexicano por el tráfico de armas, así como exigir mayor colaboración estadunidense en el combate al crimen organizado y respeto a los derechos humanos de connacionales.
Durante hoy y mañana, los secretarios de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, y de Economía, Eduardo Sojo, analizarán con sus homólogos de Estados Unidos y Canadá los temas de seguridad fronteriza, energía sustentable y medio ambiente, competitividad global, inocuidad alimentaria y de productos, así como el manejo de emergencias y protección civil.
A la reunión ministerial asisten, por parte de Estados Unidos, los secretarios de Seguridad Interna, Michael Chertoff, y de Comercio, Carlos Gutiérrez; mientras que por Canadá participarán los ministros de Seguridad Pública, Stockwell Day, y de Industria, Jim Prentice.
En las mesas de trabajo los funcionarios discutirán y desarrollarán planes de acción para fortalecer la prosperidad y la seguridad en las tres naciones, de cara a la cuarta Cumbre entre los presidentes de México, Felipe Calderón, y Estados Unidos, George W. Bush, y el primer ministro de Canadá, Stephen Harper, a realizarse en Nueva Orleans a fines de abril próximo.
Los retos para México
El presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados, el panista Jorge Justiniano González Betancourt, afirmó que México deberá pedir mayor participación de Estados Unidos en el combate contra el crimen organizado y el tráfico de armas.
El panista confió en que en la reunión trilateral se tomen acuerdos que permitan mayor asistencia entre los países en esa materia y en el tema migratorio.
Tras señalar que para Estados Unidos el eje central de la agenda será la seguridad, el secretario de la Comisión de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios, Edmundo Ramírez (PRI), coincidió en que el gobierno mexicano debe exigir a ese país diseñar medidas para combatir uno de los problemas principales: el tráfico de armas.
Dijo que, de acuerdo con informes de la Secretaría de la Defensa Nacional y la Agencia Federal de Investigación, 70 por ciento de las armas decomisadas en territorio nacional provienen de cerca de 12 mil puntos de venta ubicados en la frontera con Estados Unidos.
“En estados como Arizona, la compraventa de armas se hace de manera muy sencilla; con una credencial venden un misil antiaéreo, o a través de internet. Es una regulación que tenemos que exigir y no hay mejor foro que las reuniones de ASPAN”, subrayó.
Otros temas por los que el gobierno mexicano deberá pugnar, agregó, son detener la política antiinmigrante y establecer mecanismos para combatir el tráfico de personas de México hacia Estados Unidos, que deja “unos 3 mil millones de dólares en ganancias”.
El diputado Alfonso Suárez del Real (PRD), integrante de la Comisión de Defensa Nacional, indicó que México llega debilitado a la ASPAN, ya que por más esfuerzos del gobierno federal, quien impone la agenda en el tema migratorio es el presidente George W. Bush.
“La administración pública debería fajarse los pantalones para exigir que se aborde la prioridad de la agenda de México: los trabajadores indocumentados y el fortalecimiento de la economía para generar fuentes de empleo.”
Destacó la falta de acciones concretas por parte del Legislativo y el Ejecutivo estadunidenses para crear un verdadero muro de contención que impida el ingreso ilegal de armas a México.
Pocas expectativas
Para los diputados de PRI y PRD hay pocas expectativas sobre la reunión de la ASPAN, ya que en la última Cumbre en Ottawa, Canadá, en 2007, ni siquiera se abordó el tema de los derechos humanos.
“El día de la reunión entre Calderón, Bush y el primer ministro canadiense se deportó a una luchadora social, Elvira Arellano, que se convirtió en un caso emblemático, porque representa a 4 millones de familias mexicanas indocumentadas en Estados Unidos”, recordó Edmundo Ramírez.
Suárez del Real lamentó el “doble discurso” en las reuniones de la ASPAN, pues hasta la fecha no está claro cuáles son los compromisos que México ha adquirido en esa integración “supeditada”, por lo que sólo resta “esperar a que nos den la receta de lo que toca hacer a la administración pública del país; a eso se concreta la situación”.
El antecedente
En 2007, durante la tercera Reunión Ministerial de la ASPAN, realizada en Ottawa, Canadá, el entonces secretario de Gobernación, Francisco Acuña, planteó a sus contrapartes la plena coincidencia entre los postulados de la Alianza con las prioridades del presidente Calderón de crear empleos, combatir la pobreza y luchar contra el crimen organizado.
Asimismo, destacó los estrechos vínculos que deben existir entre la seguridad y las acciones de prosperidad para alcanzar un mejor nivel de vida, para lo que se creó un grupo bilateral México-Canadá en materia de seguridad, al que se daría seguimiento.
En marzo de 2005, Vicente Fox y sus homólogos Bush y Paul Martin pusieron en marcha la ASPAN, en Waco, Texas, con el objetivo de trabajar en el proceso de integración de los tres países, el cual es evaluado por los mandatarios de manera semestral.
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