Paralelamente, la prensa capitalina ha incluido comentarios acerca de los efectos que la recesión en Estados Unidos acarrearía para México. De nueva cuenta, los cincuenta comentarios de esta entrega abordan el asunto desde diversas perspectivas. Finalizamos con trece relacionados con el punto de vista del Banco de México. Esperamos que el tema sea de utilidad, no solamente para lo que originalmente sea diseñado sino que, en la medida en que ha avanzado, sirva de indicador para visualizar los vaivenes de la economía nacional.
LAS NEGOCIACIONES CON LA ANTAD.
Un convenio para mantener estables ciertos precios en el comercio, y una enorme transacción mercantil pusieron de manifiesto, en los últimos días de diciembre y en este enero, la frágil situación de los proveedores de los grandes establecimientos, sujetos a decisiones unilaterales e inapelables de sus compradores.
Miguel Ángel Granados Chapa, “Plaza Pública”, Reforma, 21 de enero.
A mediados de noviembre se concretó la compra del Grupo Gigante por Tiendas Soriana, que adquirió más de 200 establecimientos de la cadena fundada 50 años atrás por Ángel Losada y vendida ahora por su hijo de igual nombre. Fue una operación del tamaño indicado por la denominación comercial del consorcio en venta, pues importó el pago de mil 700 millones de dólares. Aparte se calculó el monto de los inventarios, es decir de la mercancía que estaba en los anaqueles o en bodegas en el momento de la transferencia de activos, que sumaron entre 330 y 350 millones de dólares adicionales.
Gigante recibiría ese importe por mercancía cuyo pago a los proveedores no estaba todavía cubierto. Desde una posición invulnerable, que concretaba el cruel dilema de: lo tomas o lo dejas, en sus últimos días como empresa comercial Gigante ofreció a sus proveedores pagos recortados, disminuidos hasta en más de dos tercios. Por cada peso que los suministradores de bienes a Gigante esperaban recibir, porque así había sido pactado a la hora de la compra o la entrega de la mercancía, recibieron 50 centavos en el mejor de los casos y aun 30, en el peor de ellos. No había manera práctica de inconformarse, sobre todo entre los pequeños y medianos industriales que carecen de aparatos legales para negociar con su clientela. Ni siquiera estaba a su alcance hacer ruido, por temor a malquistarse con el nuevo comprador. De modo que si Losada hizo un buen negocio al deshacerse de Gigante en parte ese objetivo se logró con cargo a los proveedores.
Miguel Ángel Granados Chapa, “Plaza Pública”, Reforma, 21 de enero.
Aunque ya hubo reuniones de acercamiento entre la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), que dirige Vicente Yáñez con Ismael Plascencia, presidente de la Confederación Nacional de Cámaras Industriales (Concamin) y Jaime Yesaki, del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), todavía no se ha firmado la pipa de la paz. Sobre todo en el sector de los industriales, persiste el descontento.
A través de Yáñez, quien por cierto es ex presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) y conoce, por lo tanto, la problemática de los industriales como proveedores de grandes cadenas comerciales, la ANTAD reiteró una vez que el programa de descuentos anunciado hace un par de semanas es totalmente voluntario y que no se obligará a ningún proveedor a realizar descuentos.
Sin embargo, Plascencia asegura que el malestar de los industriales en contra de la ANTAD no reside sólo en este programa de apoyo a la familias, sino en una serie de irregularidades, como el Pacto de la Tortilla, que anunció la ANTAD el año pasado, sin consultar previamente con los industriales. La culpa también del incremento en la tasa del Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU), que la ANTAD pactó con la Secretaría de Hacienda al margen de los acuerdos en el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), por la problemática del manejo de los inventarios.
Maricarmen Cortés, “Desde el piso de remates”, El Economista, 21 de enero.
Superado con resignación ese momento amargo, esos mismos proveedores y los que en general surten al comercio operado por grandes cadenas se enfrentaron a una circunstancia de mayor gravedad aún. El gobierno federal que como el año pasado se halla preso entre dilemas (reconocer o no que suben los precios, intentar o no frenarlos, pues una autoridad adicta al mercado no puede osar manipularlo pero un gobierno debilitado desde su origen no puede ser insensible a los reclamos populares) montó más una operación de relaciones públicas que de corte económico, al proponer la firma del acuerdo de Apoyo familiar.
Lo suscribieron el 10 de enero la Secretaría de Economía y los establecimientos afiliados a la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD). Se trata de ofrecer, durante el periodo de enero a marzo, descuentos que van del 5 al 30 por ciento en cientos de productos agrupados en 51 categorías de bienes, particularmente alimentos y enseres domésticos. La ceremonia de firma fue ampliamente difundida y todos los participantes en ella deben haberse retirado a sus domicilios complacidos consigo mismos.
Miguel Ángel Granados Chapa, “Plaza Pública”, Reforma, 21 de enero.
Este martes habrá un nueva reunión entre la Concamin, con el nuevo presidente de la ANTAD, José Manuel Sánchez, el Director Comercial de Grupo Soriana, quien ya de por sí tiene el problema de la integración de las tiendas Gigante.
Plascencia llegará a la reunión con la espada desenvainada y con un tema que afecta directamente a Soriana, que son las quejas de varios proveedores de Gigante a los que supuestamente los obligaron a aceptar descuentos de hasta 30%, tras la venta de las tiendas a Soriana. Aunque Ángel Lozada, el Presidente de Gigante niega estas denuncias, Plascencia asegura tener pruebas.
Lo que realmente le preocupa a la ANTAD es que Concamin quiere resucitar la Ley de Sanas Prácticas Comerciales, que pretende regular las relaciones entre proveedores y grandes comercios, pero que la ANTAD considera como una camisa de fuerza y un freno a las inversiones.
En la reunión de este martes se evaluará el acuerdo firmado hace ya más de un año entre ANTAD y todas las organizaciones de proveedores, y que contempla un mecanismo de solución de controversias que, al menos en el caso de Gigante, ha brillado por su ausencia.
Maricarmen Cortés, “Desde el piso de remates”, El Economista, 21 de enero.
Pero lejos de esa complacencia se manifestaron los proveedores, los agrupados en las cámaras industriales. El presidente de la confederación que las conjunta, Ismael Plascencia, aprovechó la reunión del día siguiente, 11 de enero, del Consejo Coordinador Empresarial, para mostrar su desacuerdo con el acuerdo, a cuya confección no fueron convocados sus representados. Y es que los comerciantes harían caravana con sombrero ajeno, pues los descuentos serían transferidos por el comercio a los proveedores. Reveló que eso ocurriría mediante presiones que no vaciló en calificar de chantaje: "me vendes con descuento o ya no te vuelvo a comprar".
El martes siguiente, 15 de enero, la Concamín formalizó la posición de su presidente. Emitió un comunicado en que "manifiesta su inconformidad ante el establecimiento unilateral del denominado Programa de apoyo a la economía familiar". Los industriales consideraron que en la negociación respectiva debieron ser invitados los proveedores pues "en muchos casos el costo de esos descuentos será transferido a los industriales, dada la asimetría que hay entre las tiendas departamentales y la micro, pequeña y mediana empresa". Al haber sido excluidos del acuerdo, añadieron "los industriales del país nos encontramos vulnerables ante la actitud de comerciantes quienes, aprovechando la situación, exigen a sus proveedores -particularmente del sector alimentos- absorber los descuentos a cambio de seguir adquiriendo sus productos".
Miguel Ángel Granados Chapa, “Plaza Pública”, Reforma, 21 de enero.
Ante ese reclamo, la Secretaría de Economía ha tenido que replantear el acuerdo. Si no ha ocurrido, mañana martes se reunirán los presidentes de las firmas agrupadas en ANTAD y los dirigentes de Concamín, cuyo propósito es repartir equitativamente la carga de los descuentos pactados en su ausencia.
Miguel Ángel Granados Chapa, “Plaza Pública”, Reforma, 21 de enero.
Tal es la colisión entre Concamin con la ANTAD, que Vicente Yáñez quedó fuera de los intentos de conciliación que este martes convocó el presidente de las cadenas comerciales, el director de Soriana, José Manuel Sánchez. La cosa empeoró luego de que Concamin y la CNA, al frente de Ismael Plascencia y Jaime Yesaki, rompieron con la inútil mesa de prácticas comerciales con la ANTAD, así que no se puede asegurar que se hará realidad el programa Apoyo Familiar 2008.
Mauricio Flores, “Gente detrás del dinero”, Milenio, 22 de enero.
Vicente Yáñez difícilmente podría haber tenido peores resultados personales a raíz del programa de descuentos que anunció de la mano de Eduardo Sojo. Mucho más allá de la fuerte disputa que protagonizó con Ismael Plascencia, en la cual también puso en contra a Jaime Yesaki y por más que Armando Paredes trató de mantenerse neutral, terminó dando la razón en corto al presidente de la Concamin, Yánez perdió apoyo dentro de la ANTAD y hasta se habla de un liderazgo sustituto. Dentro de la IP se dice que, más allá de la disputa en sí misma, hay un tema de actitud en la que el presidente de la ANTAD falló y le puede cobrar facturas muy elevadas
David Páramo, “Personajes de renombre”, Excélsior, 22 de enero.
Finalmente, ahora sí se firmó la pipa de la paz en el Consejo Coordinador Empresarial (CCE). El martes hubo dos reuniones clave para lograr acuerdos. Por un lado, la reunión que sostuvo Ismael Plascencia, el presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), con el nuevo presidente de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), José Manuel Sánchez, el director comercial de Soriana y, por el otro, Armando Paredes, el presidente del CCE, a quien se le debe atribuir gran parte del acuerdo, convocó a todos los dirigentes del organismo a una cena en la que terminaron de limarse las asperezas. No sólo se comprometieron a respaldar en forma unánime el programa de descuentos en apoyo de la despensa familiar, anunciado en forma unilateral por la ANTAD la semana anterior, sino que también hubo acuerdos para destrabar al Comité de Sanas Prácticas Comerciales.
Como ya le habíamos mencionado, el problema principal en el pleito entre la ANTAD y la Concamin no era sólo que la ANTAD anunció el programa de descuentos sin ni siquiera consultar a sus proveedores, sino que de inmediato surgieron industriales que pidieron reactivar la Ley de Prácticas Comerciales, que se quedó en stand by en el Congreso desde hace más de dos años.
Maricarmen Cortés, “Desde el piso de remates”, El Economista, 24 de enero.
En otros asuntos, fue el mismo Armando Paredes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, quien tuvo que mediar entre la ANTAD y sus proveedores reunidos en la Concamin (Ismael Plascencia) y el Consejo Nacional Agropecuario (Jaime Yesaki).
La disputa se dio porque en el Programa de Apoyo Familiar, la ANTAD, que reúne a las tiendas de autoservicio, nunca dijo que las demás organizaciones estaban apoyando los bajos precios de 300 productos, y la Concamin y el CNA tuvieron enojos bastante fuertes, al grado de llegar a un fuerte debate en el CCE.
Al final se vio que el CCE funciona para el reencuentro de los distintos organismos del sector privado. Y ahora todos lanzan el Comité de Buenas Prácticas Comerciales, donde, esperemos, el beneficiado sea el consumidor.
José Yuste, “Activo empresarial”, Excélsior, 24 de enero.
Finalmente, hubo acuerdo entre la ANTAD, que encabeza José Manuel Sánchez, y la Concamin, de Ismael Plascencia, para reducir los precios en el programa Apoyo Familiar 2008. El CCE, que lleva Armando Paredes, presentó el esquema a la Secretaría de Economía, la que a su vez ofreció un programa de reducción de aranceles a insumos clave como aceites.
Mauricio Flores, “Gente detrás del dinero”, Milenio, 24 de enero.
Definitivamente no causó buena impresión que en la primera reunión del año del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) se ventilaran públicamente algunas dudas en torno a los costos que tendrá para las empresas el Programa de Apoyo Familiar 2008 que anunciara con bombo y platillo el comercio organizado, y que, por lo que se sabe, estará vigente hasta fines de febrero.
Esto obligó a que en las últimos días el presidente del CCE, Armando Paredes Arroyo Loza, buscara un consenso absoluto entre los empresarios, cosa que consiguió ayer, en el entendido que productores del campo, industriales, y claro está, las cadenas comerciales, compartirán el costo de reducir miles de precios en productos de alta demanda.
Rogelio Varela, “Corporativo”, El Financiero, 24 de enero.
La intervención, en calidad de amigable componedor, del presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Armando Paredes, logró lo que parecía imposible: fumar la pipa de la paz entre industriales y cadenas de autoservicio.
La hazaña se alcanzó tras una ríspida reunión el martes en la noche con sus representantes y la dirigencia en pleno de las cúpulas en la sede del organismo.
Tras el desahogo de agravios se optó por la lógica: girar la perinola para colocar el “todos ponen”.
Alberto Barranco, “Empresa”, El Universal, 24 de enero.
El acuerdo al que se llegó este martes es que se estableció un plazo no mayor a 30 días para reanudar el Comité de Buenas Prácticas Comerciales, que tiene una presidencia que se rota entre todos los organismos del CCE. En este momento, le corresponde a la Concamin.
Una de las quejas de Plascencia en contra de la ANTAD es que este comité realmente no opera como un mecanismo para solución de controversias, que es uno de sus objetivos, y la controversia más importante son las quejas de los proveedores de Gigante porque, tras la venta a Soriana, los están presionando a aceptar descuentos en sus facturas, cuando Soriana adquirió las tiendas Gigante con todo y sus inventarios.
Entre las decisiones que se deberán tomar en los próximos días está revisar los integrantes de este comité, porque participa no sólo la ANTAD, sino Wal-Mart en lo individual (como se recordará, Wal-Mart se había salido de la ANTAD) y Sinergia (esta asociación que integraron Gigante, Soriana y Comercial Mexicana, y que hoy ya no tiene ninguna razón de seguir operando).
Maricarmen Cortés, “Desde el piso de remates”, El Economista, 24 de enero.
Adelante, pues, el Programa de Apoyo a la Economía Familiar instrumentado por las cadenas para contener la posibilidad de una burbuja inflacionaria, pero sacrificando también éstas sus márgenes.
Nos damos un tirito, pues, y quedamos como cuates
Alberto Barranco, “Empresa”, El Universal, 24 de enero.
Se trata de un acuerdo voluntario, y al margen de lo que pueda hacer el gobierno para contener la inflación, en el entendido que esa misión le corresponde en primer lugar al Banco de México, que tiene como gobernador a Guillermo Ortiz Martínez.
La nota es que el CCE y los organismos que lo integran cierran filas, y de paso han reafirmado su compromiso de apoyar a las familias en una cuesta de enero que podría extenderse más allá de este mes; pero hay que ser claros, tampoco se ve como el inicio de una escalada generalizada de precios, como quisieran ver algunos de nuestros oportunistas políticos.
Se trata a todas luces de un acuerdo voluntario y entre particulares, donde de paso se ratificó el restablecimiento del Comité de Buenas Prácticas Comerciales con la idea de unificar criterios, si esto se puede en una economía de mercado donde los precios se deben regir por la oferta y la demanda, y porque sería absurdo pensar en una baja de precios por decreto.
Rogelio Varela, “Corporativo”, El Financiero, 24 de enero.
En este comité participan también la Concamin, Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco), la Cámara Nacional de Comercio del Distrito Federal, la Cámara Nacional de la Industria de Conservas (Cainca) y ConMéxico.
Hoy, el pleno del CCE estará con Eduardo Sojo, el secretario de Economía, para ratificar el apoyo unánime al programa de descuentos y su compromiso de contribuir a controlar la inflación.
Maricarmen Cortés, “Desde el piso de remates”, El Economista, 24 de enero.
Y es que los industriales, que en los últimos meses han comenzado a resentir una baja en sus negocios, pusieron el grito en el cielo tras el anuncio del Programa de Apoyo Familiar 2008 anunciado hace días por la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), que comanda Vicente Yáñez, simplemente porque no les pidieron parecer, y porque se pensaba que los proveedores iban a pagar todos los costos castigando aún más sus márgenes.
Entre los más críticos, como sabe, estuvo Ismael Plascencia, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), quien si bien en su oportunidad reconoció la valía del programa, no le pareció que de plano los dueños de los supermercados hicieran caravanas con sombrero ajeno.
Rogelio Varela, “Corporativo”, El Financiero, 24 de enero.
Ahora que la ganancia adicional para los proveedores es la reactivación (¿o será simple activación?) del Comité de Buenas Prácticas Comerciales al que concurren tirios y troyanos.
La promesa habla de que en 30 días estará totalmente aceitada la alternativa para prevenir conflictos
Alberto Barranco, “Empresa”, El Universal, 24 de enero.
En esos dimes y diretes no faltó quien saliera a decir que las cadenas comerciales iban a absorber los descuentos de 5 a 30 por ciento, cosa que nadie creyó, pues ya es una costumbre que en la guerra de precios, en la que desde hace años están enfrascadas las grandes empresas del comercio detallista, el muerto lo carguen los proveedores.
Hasta se argumentó que productores del campo e industriales al bajar precios iban a vender más, es decir, ganarían vía volumen, lo que tampoco se vio como un escenario posible, porque en artículos de primera necesidad difícilmente se ven brincos en la demanda por una baja de precios temporal.
Sobra decir que en el programa en cuestión los descuentos más importantes están en el rubro de alimentos, pero aquí la pregunta es si una familia consume más leche fresca por el hecho de tener algún descuento.
El caso es que el líder de los industriales consiguió que el CCE revisara los términos del programa en cuestión, y la cúpula de cúpulas logró que los involucrados fumaran la pipa de la paz.
Ayer, como un mero acto de cortesía, se informó de ese consenso al secretario de Economía, Eduardo Sojo Garza Aldape.
Rogelio Varela, “Corporativo”, El Financiero, 24 de enero.
A más de uno extraño el hecho de que Miguel Marón, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), no estuviera presente ni en la cena de la pipa de la paz entre la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) y la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), que organizó el pasado martes Armando Paredes, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), ni en el desayuno que sostuvieron el miércoles con Eduardo Sojo, el secretario de Economía.
El propio Marón explica que la Canacintra fue el único organismo que asistió a la reunión del Consejo Directivo de la ANTAD y a la posterior conferencia de prensa con Sojo en la que se anunció el programa de apoyo a la defensa familiar.
Marón fijo la postura de la Canacintra claramente ante la ANTAD y Sojo, en el sentido de que los 42,000 industriales que representa a nivel nacional sí estaban dispuestos a participar en el programa, siempre y cuando fuera voluntario y no obligatorio para los proveedores y que la ANTAD, o sea los grandes comercios, participaran también reduciendo su margen de ganancia.
En este sentido, Marón consideró que su presencia no era necesaria ni en la cena con Paredes ni el desayuno con Sojo, puesto que la Canacintra como Cámara no participó en el posterior pleito que se desató entre la ANTAD, la Concamin y el Consejo Nacional Agropecuario (CNA). Asegura también que la Canacintra denunciará los casos en los que se demuestre que los afiliados de la ANTAD se negaron a reducir su utilidad y, desde luego, no se puede hablar de un porcentaje porque depende de cada producto y de cada proveedor.
Maricarmen Cortés, “Desde el piso de remates”, El Economista, 25 de enero.
Buen punto a favor el de Armando Paredes, presidente del CCE, que finalmente salió adelante en el nada fácil encargo de hacerle al "tremendo juez de la tremenda Corte" entre la Concamin, de Ismael Plascencia, y Vicente Yáñez, de la ANTAD. La suma del CCE en pleno al Programa de Apoyo Familiar 2008 envió una señal que hacía falta tanto en las filas de la IP como a la economía en general que, por lo demás, ayer reportó una inflación bajo control cuando menos hasta la primera quincena de enero.
Herminio Rebollo Pinal, “Mesa de negocios”, El Financiero, 25 de enero.
En cuanto al problema de fondo en la relación entre industriales y comerciantes, que es la posibilidad de resucitar a la Ley de Prácticas Comerciales, Marón se muestra escéptico del acuerdo para reactivar el Comité de Buenas Prácticas porque no es la primera vez que se firma un convenio entre proveedores y la ANTAD y porque, en su opinión, se requiere de una participación más decisiva para resolver las controversias con los proveedores.
Lo que también es interesante es que, en forma totalmente independiente a la ANTAD y la Concamin, el próximo martes 29, en la reunión del Consejo de Canacintra y con la presencia de Eduardo Sojo, Marón firmará un convenio con Eduardo Solórzano, presidente de Wal-Mart de México- para que se convierta en una empresa tractora para impulsar el desarrollo de pequeñas y medianas empresas (pymes) proveedoras, que es uno de los programas que impulsa Heriberto Félix, el subsecretario de Pymes.
Maricarmen Cortés, “Desde el piso de remates”, El Economista, 25 de enero.
Aunque el Consejo Coordinador Empresarial que preside Armando Paredes, anunció con bombo y platillo que industriales y supermercados alcanzaron una tregua en las hostilidades para revisar y encontrar un código de mejores prácticas comerciales, lo cierto es que se trata de una batalla que continúa. Por lo menos en campos de confrontación muy ubicados.
Jaime Alverde y Sergio Montero de la cadena Gigante —en proceso de venta a Soriana— culpar a Ismael Plascencia, presidente de Concamín y a Javier Gutiérrez Treviño de acusar a la cadena de autoservicios en extición de maltrato a sus proveedores con falsedades.
Marco Antonio Mares, “Ricos y Poderosos”, Crónica, 28 de enero.
En el balance semanal, el Premio Naranja Dulce es para el secretario de Economía, Eduardo Sojo, por su contribución a evitar que el incremento en los precios de la gasolina se tradujera en una escalada inflacionaria. Por un lado, destaca el monitoreo de los precios de los productos básicos y de las importaciones de los cuatro productos que se abrieron totalmente a partir de enero: maíz, frijol, leche y azúcar. Los datos demuestran que ni se registró la temida escalada de precios ni un incremento en las importaciones. Además, la Secretaría de Economía difundió ampliamente una gráfica con el comportamiento de la inflación en la primera quincena de enero desde 1998 y la de este año, de 0.27%, ha sido la más baja.
Sojo también fue un factor clave en el acuerdo de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) con la Confederación Nacional de Cámaras Industriales (Concamin), el Consejo Nacional Agropecuario (CNA) y el apoyo unánime del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) al programa de apoyo a la despensa familiar.
Maricarmen Cortés, “Desde el piso de remates”, El Economista, 28 de enero.
COMO LE PLATIQUÉ, por estos días arrancará el proceso de reelección de Ismael Plascencia en Concamin. El asunto deberá estar listo en las próximas dos semanas, antes de la asamblea de marzo. Se da por un hecho que el guanajuatense no tendrá problemas para repetir por segundo año. Aunque a algunos les disgusta su aguerrido estilo, al interior de esa confederación goza de fuerte apoyo. Hace unos días su labor en el tema frente a la ANTAD de Vicente Yáñez, fue determinante. Aun así han surgido algunos nombres. Se habla de Netzahualcóyotl Salvatierra de la construcción, Rosendo Valles del textil o Salomón Presburger del vestido. Por lo pronto fíjese que el viernes hubo reunión en ese organismo. Plascencia propuso una modificación a los estatutos para normar a los aspirantes a la presidencia y que sólo puedan involucrarse elementos que hayan tenido participación en la mesa directiva por dos años. La idea es que estén empapados en la agenda para darle continuidad
Alberto Aguilar, “Nombres, nombres y nombres”, El Universal, 28 de enero.
Efectivamente, fue el 30 de mayo de 2006, todavía en el sexenio pasado, cuando industriales, comerciantes, la ANTAD, el CNA y Conméxico firmaron el Convenio de Mejores Prácticas Comerciales, para darle la vuelta a una Ley de Prácticas Comerciales que intentó la legislatura pasada, y que era de un corte que envidiarían Hugo Chávez y Evo Morales juntos. Lo que pasa es que, a la fecha, sus resultados son todavía mínimos. Son unas cuantas decenas de proveedores y detallistas los que se han adherido al mismo. Está corriendo el mes en el que, se supone, ahora sí funcionará y será el mejor producto del famoso Programa Familiar para este año. Ojalá
Herminio Rebollo Pinal, “Mesa de negocios”, El Financiero, 30 de enero.
¿RECESIÓN?
QUIÉN sabe dónde estudiarían los economistas del gobierno mexicano, pero lo que es cierto es que no tienen mucha influencia de Estados Unidos.
EL PRESIDENTE George W. Bush salió ayer a enfrentar los peligros de una recesión en la economía nacional, ¡anunciando una disminución de impuestos!
EL ASUNTO está para destacarse, porque aquí en México, ante las amenazas y realidades de crisis y debacles de la economía, las administraciones federales reaccionan siempre al contrario: ¡buscando la forma de aumentar cada vez más las contribuciones!
¿CUÁL "receta" será la adecuada? ¿La que se aplica en un país que a través de la historia ha mantenido una poderosa economía o la que se dicta en otro país donde las crisis financieras y devaluaciones parecen ya rito sexenal?
F. Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 19 de enero.
¿Estamos realmente preparados para lo peor? Estados Unidos se tambalea al filo de un precipicio: la recesión. Reunido con los banqueros españoles de Grupo Santander, en un arrebato de entusiasmo, el dueño de la chequera del gobierno mexicano, Felipe Calderón, expresó cuatro ideas que posiblemente en los meses que vienen también irán al arcón donde se encuentran otras fantasías, como las “manos limpias” y el “presidente del empleo”. Primera: México está preparado para lo peor (prudentemente, el banquero Francisco Luzón le había advertido minutos antes que –como están haciendo en diversas naciones– nuestro país debería tomar precauciones para sobrevivir un escenario sumamente difícil). Segunda: su especialidad –la de Calderón– es nadar contra la corriente. Tercera: el escenario realmente hasta le emociona un poquito, y cuarta: “vamos salir extraordinariamente bien este 2008”. La mayoría no comparte su exultante entusiasmo. ¿Podría ser más específico cuando dice “vamos a salir extraordinariamente bien”? ¿Quiénes están incluidos en el plural “vamos”? Muchos mexicanos sólo están esperando que diga que no habrá devaluación para comenzar a cambiar sus pesos a dólares o euros. Piensa en tu sueldo actual, la renta o el pago de la hipoteca, las colegiaturas, el abono del coche y pregúntante: ¿estás listo para lo peor
Enrique Galván Ochoa, “Domingo”, La Jornada, 20 de enero.
Los agoreros de la recesión en Estados Unidos, han puesto nerviosos a muchos en el gabinete de Felipe Calderón, quien jura que México se encuentra preparado. Desafortunadamente, los inversionistas han encendido sus luces de alarma ante lo que pueda llegar. La política fiscal aprobada para este año no ayuda, a pesar del esfuerzo de Agustín Carstens, secretario de Hacienda por apoyar al sector productivo. La recesión en EU, puede calificarse como un hecho al repetirse la caída en la producción por tercer semestre consecutivo.
Víctor Sánchez Baños, “Poder y dinero”, Crónica, 21 de enero.
En un ejercicio de pragmatismo, antes de dar el paso de pretender abrir Pemex, como ya lo tienen convenido, Calderón y Mouriño debieran preguntarse: ¿con la polarización que provocará la privatización, se fortalece la gobernabilidad del país, cuando se ve venir la recesión estadounidense, se recrudece la violencia criminal y aumenta la inconformidad social? El desenlace es incierto: el sueño va a chocar pronto con la realidad
Manuel Camacho Solís, El Universal, 21 de enero.
Los desafíos que el gobierno tiene que enfrentar son enormes. La desaceleración de la economía que, entre otras cosas, traería también aparejados una disminución de la inversión estadunidense directa es un dato duro que junto con los diversos conflictos que están teniendo lugar en el país harían que 2008 sea un año complicado, con regresiones y altos costos políticos y sociales.
José Luis Reyna, Milenio, 21 de enero.
Mientras el gobierno de Calderón estrena estrategia, la violencia del narcotráfico ahoga ciudades como Tijuana y los temores de una recesión en Estados Unidos provocan otro lunes negro en las bolsas de Asia y Europa
Alberto Aziz Nassif, El Universal, 22 de enero.
Sí, infraestructura. Porque hacerla genera empleos, concluirla dinamiza a las poblaciones —urbanas o rurales— y porque sólo así se fabrican los remos para navegar, sobre todo contra la corriente. Así ratificó Felipe Calderón su ruta ante el panorama de recesión en EU, al comenzar las obras de la presa La Yesca, de 767 millones de dólares, junto con Georgina Kessel, secretaria de Energía, y Alfredo Elías, director general de la CFE, en el borde de los territorios que gobiernan Ney González y Emilio González Márquez
“Frentes Políticos”, Excélsior, 23 de enero.
Por cierto, que Jesús Ortega lanzó duras críticas al gobierno de Felipe Calderón, por el "falso optimismo que manifiesta ante la caída de las bolsas de valores y ante una posible recesión". Debemos estar preparados, sobre todo porque sabemos que las políticas neoliberales de derecha no han funcionado.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 25 de enero.
El presidente Felipe Calderón recientemente aseguró frente a los banqueros de Santander, cuando le advirtieron que vienen tiempos complicados, que: 1) México está preparado para lo peor; 2) su especialidad (de Calderón) es nadar contra la corriente; 3) le emocionan los escenarios difíciles, y 4) “vamos a salir extraordinariamente bien este 2008”. Nuestro sondeo abordó esta semana las optimistas declaraciones presidenciales con una pregunta concreta: ¿estás tú preparado para lo peor? Ochenta y seis por ciento de los encuestados contestó que no; 8 por ciento expresó sus dudas y sólo 6 por ciento dijo estar listo para lo que suceda
Enrique Galván Ochoa, “Dinero”, La Jornada, 26 de enero.
Con excedentes petroleros se “mitigará” la ola recesiva que se avecina, afirma el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, quien no debe recordar que en el sexenio foxista tales excedentes sobrepasaron los 100 mil millones de dólares, sin el menor efecto en el crecimiento del país, y los dos (“cambio” y “continuidad”) utilizan el mismo manual. Por ello, el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz resumió: “México esta en una situación vulnerable y su economía no es más resistente ahora que en el pasado para enfrentar los problemas financieros de Estados Unidos, por lo que habrá que tomar medidas al respecto”.
Carlos Fernández Vega, “México SA”, La Jornada, 26 de enero.
Menos mal que todavía no ponen a Pemex en manos del capital extranjero. Agustín Carstens, secretario de Hacienda, tecnócrata y partidario del libre mercado por encima de toda sospecha, suspira y declara que los ingresos fiscales extraordinarios derivados del alto precio del crudo van a amortiguar de manera importante esa desaceleración; que gracias al precio del petróleo México tendrá “un impulso adicional.” La gran demanda se debe al crecimiento económico de India y China. Pero “hay capacidad para aumentar la producción de petróleo si es necesario”, declaró en Davos el viceprimer ministro de Qatar
León García Soler, “A la mitad del foro”, La Jornada, 27 de enero.
AL SOMBRÍO panorama económico por la crisis en Estados Unidos, la administración de Felipe Calderón deberá agregar otros problemas a los que hasta ahora nomás no se les ha encontrado cuadratura.
PEOR aún, en casos como el de la construcción de un aeropuerto en Texcoco, el gobierno panista parece estar reciclando proyectos fallidos del foxismo, pues en el sexenio pasado también se contempló, y se rechazó, la idea de construir un inmueble sin expropiar a los ejidatarios.
Y NI QUÉ DECIR de la situación que priva en Luz y Fuerza del Centro, que tiene varios años en quiebra, sumida en el burocratismo y en un anacrónico sindicalismo de izquierda, sin que pueda surgir una idea para acabar con ese problema pendiente de México.
EL PUNTO es que cualquier crisis económica se puede agravar si, además de dinero, falta imaginación o capacidad para cabildear y resolver problemas.
F. Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 27 de enero.
En estas condiciones institucionales, comienza el segundo año de la administración del presidente Calderón, en una coyuntura en que los mercados internacionales han entrado en crisis; los más grandes bancos multinacionales han tenido que ser rescatados por inversionistas privados y un paquete de estímulo público en Washington, y, lo más preocupante, es que Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, va encaminado a una recesión. ¿Contamos con los instrumentos de política pública y, particularmente, con el modelo de organización político-económica para enfrentar con éxito una desaceleración de la economía y, en consecuencia, la caída en la demanda de nuestros productos de exportación, la disminución en las remesas de los migrantes y de los flujos de turistas extranjeros, la agudización de las presiones sociales en el campo, etc., etc.?
Emilio Zebadúa, “Observatorio Global”, Crónica, 28 de enero.
Los agoreros de la recesión en Estados Unidos, han puesto nerviosos a muchos en el gabinete de Felipe Calderón, donde el mismo presidente dice que los retos están a la vuelta de la esquina y que México se encuentra preparado. Desafortunadamente, los inversionistas han encendido sus voces de alarma ante lo que pueda llegar. La política fiscal aprobada para este año no es ayuda, a pesar del esfuerzo de Agustín Carstens, secretario de Hacienda, por apoyar al sector productivo. La recesión en EU, puede calificarse como un hecho al repetirse la caída en la producción por tercer semestre consecutivo.
Víctor Sánchez Baños, “Poder y dinero”, Crónica, 28 de enero.
El exsecretario de Hacienda José Ángel Gurría dijo ayer:
"Es inevitable que México resienta el impacto de la desaceleración de la economía estadounidense debido a sus lazos comerciales.
"¿Que no va a afectar (la recesión a México)?, (se) le vende el 90 por ciento de exportaciones (a Estados Unidos), básicamente manufacturas, y ahora resulta que no está creciendo, o que su crecimiento se aplana mucho. ¡Por supuesto que tendrá un impacto!".
Eva Makívar, “La creme de la creme”, El Financiero, 28 de enero.
La postura del actual secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) coincide con la de Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía 2001, quien manifestó el sábado:
"El intercambio comercial entre México y Estados Unidos, que en los últimos años se ha incrementado, coloca al primero en una situación muy vulnerable, por lo que crece el riesgo ante una posible recesión en la potencia del norte."
"Falta lo peor de la crisis global", concluyeron en la cita anual de las personalidades más ricas y poderosas del mundo en la estación de esquí de Davos, en los Alpes suizos.
¡Pero Feli Calderón y el secretario de Hacienda de México, Agustín Carstens, sostienen que la situación en el país "es manejable"..., que México "resistirá", que no hay problema...
Eva Makívar, “La creme de la creme”, El Financiero, 28 de enero.
El presidente Calderón no entiende —como la mayoría del pueblo— de economía. (Desde luego el pueblo padece el problema de la economía y la presidencia supone que la soluciona al brindar diferentes opciones al precio de la tortilla, como si fuera legal la disparidad de los precios en la canasta básica.) Calderón dice que nos despreocupemos de la recesión de la economía en Estados Unidos. Es como recordar al clásico López Portillo: “defenderé al peso como un perro”. Hay mucho de que preocuparse, ¿o no?
Braulio Peralta, “La letra desobediente”, Milenio, 28 de enero.
Las alarmas hace algún tiempo suenan, pero en Davos, Suiza, epicentro del original Foro Económico Mundial, fue escaparate ideal para que diversas voces, reconocidas, alerten sobre los riesgos reales de la recesión norteamericana y su peligroso impacto en las finanzas y crecimiento de México.
Mientras aquí, my friend, Felipe Calderón y Agustín Carstens juegan fanfarroneando, entre otras linduras, estupideces mecánicas como la de prender los motores, y que su Plan B para enfrentar el seductor tsunami serán los excedentes petroleros —rubro donde un poco de transparencia ayudaría para saber dónde ha quedado la millonaria bolita de oro negro— para que nuestra economía no se desfonde, perdón, (fuckin’ monday) sortee el ocurrente vendaval.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 28 de enero.
Sin ánimo de deprimir a nadie, la conclusión del Foro Económico Mundial en Davos fue que “falta lo peor de la crisis global”, y ante tal panorama, algún avezado participante recomendó repartir un discurso anti recesión de Felipe Calderón para reír un rato y aflojar la tensión
Carlos Fernández Vega, “México SA”, La Jornada, 28 de enero.
Desde hace varias semanas -y casi todos los días-, funcionarios del gobierno federal de todos los niveles y varios analistas "independientes" se han dedicado a realizar declaraciones para tratar de convencer a la sociedad y a la opinión pública de que México está preparado para enfrentar con éxito los efectos de la desaceleración económica en Estados Unidos. Sin embargo, en reuniones del gabinetazo se ha manifestado la preocupación, no sólo por el "contagio" sino porque -a juicio de dos que tres- no se han elaborado medidas efectivas de largo alcance para mitigar esos efectos.
¿Y entonces por qué el trillado argumento de que la inversión en infraestructura, en vivienda, así como la promoción de las exportaciones, la estabilidad financiera y otros "motores de la economía" que ya echamos a andar nos permitirán enfrentar con éxito cualquier situación? Preguntan los analistas bisoños. ¡Pues ni modo que le dijeran a la sociedad y a los inversionistas que el ferrocarril va a arrollarnos haga lo que haga el gobierno! Exclaman los observadores político-económicos objetivos, imparciales, enhiestos y erectos.
Luis Soto, “Agenda confidencial”, El Financiero, 29 de enero.
Sin embargo, todos reconocieron que lo peor de la crisis está por venir.
Es claro que las condiciones han cambiado y que México ha aprendido de las crisis anteriores. Los gobiernos y los empresarios sabían desde el segundo trimestre del año pasado que las cosas no son para llorar y que todo está en condiciones de resolverse.
Víctor Sánchez Baños, “Poder y dinero”, Crónica, 29 de enero.
Casualmente, la sugerencia de algunos integrantes del gabinetazo del presidente Calderón, coincide con lo expresado por John Snow, exsecretario del Tesoro estadounidense, quien dijo el fin de semana: "Los Estados Unidos están tomando medidas adecuadas que evitarán una recesión, pero México debe dedicarse a hacer lo propio." ¡Y también con las de Andrés Manuel López Obrador! Acotan los admiradores de éste. Otro que también "le echó tierra" a lo que han declarado funcionarios del gobierno mexicano fue Joseph Stiglitz, Nobel de Economía en 2001, quien manifestó en Davos, Suiza: "Yo diría que hoy México no es más resistente que en el pasado." Bueno, hasta el exsecretario de Hacienda José Angel Gurría puso en tela de juicio la efectividad de las medidas anunciadas por el "gobierno del cambio con rumbo claro y definido" (Calderón dixit), y prácticamente se enfrentó al secretario de Hacienda, Agustín Carstens, quien en Davos insistió en que "México está ante una situación manejable" si los problemas de la economía estadounidense se convierten en una recesión. "Este año, a diferencia de otras desaceleraciones, está coincidiendo con precios del petróleo altos y eso le ha generado bastantes ingresos al gobierno, y el gasto que vamos a hacer en infraestructura le dará un buen impulso a la economía. El presupuesto que tenemos es el más grande que hemos tenido en la historia en muchas áreas, sobre todo en infraestructura, es una situación bastante manejable", reiteró Carstens. En otra declaración afirmó: "No estoy preocupado, la economía estadounidense ciertamente va a tener un impacto sobre la economía nacional, pero es muy prematuro hacer un pronunciamiento final, porque ni siquiera sabemos cuál va a ser la severidad en Estados Unidos."
Efectivamente, nadie sabe cuál va a ser la intensidad de la desaceleración económica de nuestros vecinos; pero sea cual sea no vamos a "levantarnos este año" y tal vez ni el siguiente, pronostican los pesimistas.
Luis Soto, “Agenda confidencial”, El Financiero, 29 de enero.
Habló ayer el Fondo Monetario Internacional (FMI), en voz de su economista en jefe, el señor Simon Johnson. Y dijo que nadie se salvará de la problemática económica que vive el planeta. Ningún país, aunque quiera. Lapidariamente sentenció: “Nadie se salvará de la desaceleración global. Precisamente por eso se llama global.”
Y luego dijo algo que deberían escuchar Felipe Calderón, Agustín Carstens y Dionisio Pérez Jácome: “Será sumamente difícil, incluso para la política contracíclica más efectiva, aislar a país alguno de esta desaceleración, dadas las circunstancias”.
Me pregunto por qué insiste tanto el presidente Calderón y su equipo en que la crisis financiera y su potencial impacto económico no tendrán un reflejo severo en nuestra economía. El Presidente ha llegado a decir que hasta le da emoción, mientras que el secretario de Hacienda confió que el petróleo y sus altos precios —y por consiguiente los ingresos excedentes para Pemex—, nos permitirán contener el efecto del contagio.
Carlos Mota, “Cubículo Estratégico”, Milenio, 30 de enero.
No pudo escoger peor año el gobierno calderonista para la llamada reforma fiscal. Las noticias que llegan de Estados Unidos respecto de una recesión económica siguen provocando el temor y la desconfianza de los empresarios. En cualquier otro país ahora mismo el gobierno debería estar aplicando planes para mantener en movimiento la economía, inclusive devolviendo dinero a los contribuyentes para que con sus compras activen el mercado –decir que “nos va a ir extraordinariamente bien” es un buen deseo, vacío de acciones concretas. En este panorama se tendrá que hacer el primer pago provisional del impuesto empresarial a tasa única, en febrero, gravamen cuya finalidad –según Hacienda– es cerrar las puertas a los evasores fiscales, los que eluden el impuesto sobre la renta. El esquema del IETU tiene algunas excepciones; por ejemplo, no se aplicará a los maquiladores. Pero el golpe va para la mayoría. De acuerdo con la información que manejan algunos despachos fiscales, a fin de año cerraron alrededor de 100 mil pequeñas empresas. Son menos de un millón las que operan en México y no tienen muchas opciones: ampararse, cerrar el changarro o pagar el IETU
Enrique Galván Ochoa, “Dinero”, La Jornada, 29 de enero.
¿Será que tienen razón Calderón y Carstens, y en este país habitan los hacedores de políticas económicas más brillantes del planeta? ¿Por qué no, entonces, consultan a nuestros brillantes economistas los señores de apellido Bernanke o Trichet, si aquí se diseñan tan buenas recetas para no sufrir ningún daño?
Yo, como muchos mexicanos, pienso que México está inserto en un mundo globalizado, lo que nos da muchos beneficios —exportaciones, flujo de capitales, turismo, inversión extranjera—, pero lo que también conlleva algunos costos y problemas. Pero en el gobierno no. Ahí piensan que la globalización sólo nos da beneficios.
Carlos Mota, “Cubículo Estratégico”, Milenio, 30 de enero.
Por los rumbos de México, aunque la presencia de Felipe Calderón y cauda se haya extrañado, campea el espíritu de Luis Echeverría; cuando a éste se le advirtió de los peligros del incremento de la población en el país, Echeverría interpretó el incremento demográfico como un reto; de hecho, en la interpretación presidencial, lo único que hacía el tener más hijos era proveer de más brazos al país.
De esa suerte, la interpretación que hace Felipe Calderón de la crisis financiera que todo Davos reconoce es totalmente echeverrista: se trata solamente de un reto a nuestras capacidades de generar más empleos y más consumidores para lo que produzcan. No importa, claro, que para producir recursos y encontrar quien los compre se necesita una economía móvil que, con la reducción de las remesas de los mexicanos del extranjero, se inmovilizará de inmediato.
El petróleo, el bueno, andaba anoche en 80 pesos el barril. Del de México, abundante en azufre, mejor ni hablamos.
Félix Cortés Camarillo, “Cancionero”, Milenio, 30 de enero.
Hoy el debate continúa respecto al impacto que tendrá aquí la recesión estadounidense, el desplome de las bolsas de valores y la falta de inversión.
Uno de los resultados más recientes corresponde al comportamiento del empleo urbano que reporta el IMSS, de Juan Molinar. Al 15 de enero reconoció la pérdida de 59 mil plazas. Por donde se vea, una cantidad muy elevada e impregnada del conflicto social y emocional para las familias que perdieron un ingreso.
Sin embargo, la caída de 59 mil empleos contrastaría positivamente con los 76 mil 266 que se perdieron en la primera quincena de enero de 2007, con los 69 mil 292 de 2006, con los 93 mil 150 de 2005, o los 87 mil 282 de 2004, por sólo repasar el quinquenio.
Herminio Rebollo Pinal, “Mesa de negocios”, El Financiero, 30 de enero.
¿No sería más honesto de parte del Presidente y su equipo económico alertarnos a todos para redoblar esfuerzos individuales en el sistema empresarial, con el fin de contener costos, elevar productividad y explorar segmentos más amplios de nuestro mercado? ¿No sería más adecuado decir que el gobierno hará su mejor esfuerzo para auxiliar grupos vulnerables con el dinero público, pero que ya no hará de “papá”?
Johnson dijo ayer que la vinculación comercial “es lo que está contagiando a América Latina y a Asia, e incluso podría contagiar a África”. Tiene razón: es global.
Carlos Mota, “Cubículo Estratégico”, Milenio, 30 de enero.
Hay quienes sostienen que los problemas económicos de EU no se extenderán más allá de sus fronteras. Esta tesis, conocida como “desacoplamiento”, argumenta que el mundo ya no es tan dependiente de EU y que la fuerza de las economías emergentes amortiguará cualquier impacto.
Yo tengo mis serias dudas sobre esta postura y más cuando se trata de México. Nuestro PIB depende en cerca de 23 por ciento de exportaciones a EU. Además, nuestros compatriotas que trabajan en EU envían más de 24 mil millones de dólares a sus familiares al año, recursos fundamentales para el desarrollo de ciertas regiones del país. Si su economía sufre, nuestras exportaciones y remesas sufrirán. Otros sectores como el turismo y la inversión extranjera también se verán afectados con un enfriamiento de la economía estadunidense.
Es verdad que hay varios elementos que nos hacen menos susceptibles que en el pasado a un severo contagio. Nuestras finanzas públicas son sólidas, el peligro de inflación es bajo y nuestro mercado interno es cada vez más fuerte. Tampoco hay que olvidar el colchón que tendremos gracias al alto precio del petróleo. Pero pensar que somos inmunes es un error.
Julio Serrano, “Apuntes financieros”, Milenio, 30 de enero.
Que la economía mexicana siempre no es un “navío de gran calado”; que la perspectiva recesiva en Estados Unidos siempre no nos hace lo que el viento a Juárez; que siempre no “los riesgos” se convirtieron “en oportunidades”; y que al inquilino de Los Pinos siempre no le “emociona un poquito” el “escenario preocupante” ni su especialidad es “navegar contra corriente”, o lo que es lo mismo, que siempre sí fue real lo que de tiempo atrás todos advirtieron y que el gobierno de la “continuidad” reiteradamente negó.
Vicenlipe Foxderón, toma dos: tal cual le sucedió a su antecesor, el de las ideas cortas y la lengua larga, al actual inquilino de Los Pinos la recesión estadunidense (la segunda en seis años) lo agarra con el micrófono activo y los dedos en la puerta. Allá por mayo de 2001, cuando todo el mundo había tomando providencias para enfrentar la sacudida estadunidense (la primera de baby Bush) Felicente Caldefox sonreía porque “el futuro se ve brillante, se ve próspero”, el país “está en marcha”, la economía “va caminando” y “estamos alentando el desarrollo y las acciones productivas”, todo ello en medio de recortes al presupuesto federal y la advertencia del Banco de México sobre el “crecimiento cero” de la economía mexicana.
Carlos Fernández Vega, “México SA”, La jornada, 31 de enero.
Ayer Hacienda “aterrizó” al Presidente de la República. El pronóstico de 2.8% de crecimiento económico para 2008 habla por sí solo de que efectivamente cuando a EU le da gripe a nosotros nos pone a temblar. A favor del argumento oficial diríamos que esta vez esperamos tener a la mano un antigripal (“motores de la economía”, diría Calderón) para aliviar algunas molestias… aunque la gripe sea inevitable.
Samuel García, “El Observador”, Milenio, 31 de enero.
No queda muy claro cuál será la tendencia de la inflación mundial en 2008. En principio, la desaceleración (o recesión) de Estados Unidos deberá ayudar a disminuir las presiones de demanda a nivel global. Esto debería ayudar a disminuir un poco la presión de los precios de los commodities. En adición a Estados Unidos, se espera una desaceleración, aunque marginal, en la economía de China. Esto podrá ayudar a contener las presiones en los precios de los alimentos. En principio, se espera una reducción de la inflación en Centroamérica y en Sudamérica (sin contar a Venezuela y Argentina).
Jonathan Heath, “Pulso Económico”, Reforma, 31 de enero.
No se trata de hablar hoy de si México sigue cargando una insoportable cantidad de pobres, o si es el campeón mundial en producción de migrantes. Se trata de echarle en cara a los apocalípticos uno más de sus desaciertos.
Gritaron desde octubre que sufriríamos un “enero negro” por la combinación del fin de las protecciones arancelarias al maíz y el frijol, con el aumento de dos centavos al litro de gasolina. No explicaron en detalle los porqués, pero profetizaron un enero de espanto.
La realidad les volvió a fallar. No sólo no hubo “enero negro”, sino que de acuerdo con la única estadística válida con que contamos, el índice de inflación del Banco de México, el aumento promedio general de los precios en la primera quincena del mes fue de los más bajos en la última década. Y según pronósticos preliminares, el del mes completo será por el estilo.
Ciro Gómez Leyva, “La historia en breve”, Milenio, 31 de enero.
Ni hablar por más optimista que sea el Presidente Felipe Calderón y por más que le guste nadar contra corriente, la realidad económica se impuso y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), al informar sobre la situación de las Finanzas Públicas al cierre del IV trimestre del 2007, no tuvo más remedio que bajar la expectativa de crecimiento para el 2008.
Lo que habría que preguntarse es si Agustín Carstens, el Secretario de Hacienda, quien evidentemente ya sabía que vendría esta reducción en la meta de crecimiento, por qué no moderó su optimismo en el Foro Económico de Davos y por qué siguió con su tono triunfalista sobre la fortaleza de la economía mexicana frente a la crisis en Estados Unidos.
Maricarmen Cortés, “Desde el piso de remates”, El Economista, 31 de enero.
Conforme a lo esperado, la Reserva Federal de Estados Unidos, que preside Ben Bernanke, redujo ayer su tasa de referencia en medio punto para quedar en 3 por ciento, y adelantó que de ser necesario podría promover bajas adicionales en el costo del dinero. La noticia inyectó optimismo al mercado bursátil, y todo indica que contribuirá a seguir viendo un peso muy fuerte. Y es que con Cetes a 28 días pagando réditos por arriba de 7 por ciento el diferencial de tasas alcanza cuatro puntos, lo que podría atraer capitales al país, al ser altamente atractivo para los fondos extranjeros invertir en pesos con la expectativa de una moneda muy estable.
Rogelio Varela, “Corporativo”, El Financiero, 31 de enero.
Seis años después, Vicenlipe Foxderón se burló de aquellos que pronosticaban (entre ellos algunos funcionarios de Hacienda) una nueva ola recesiva en el vecino del norte, y a cambio repartió cualquier cantidad de dichos ocurrentes (entre ellos los citados) para evadir el tema, porque, como decía su antecesor, la economía mexicana “está muy sólida”. Por cierto en este segundo round, algunos funcionarios del Banco de México no fueron tan precisos como en 2001, como en el caso del director de Análisis del Sistema Financiero de esa institución, quien en agosto pasado descartó “algún riesgo de contagio” por la crisis hipotecaria estadunidense, porque, decía, “está muy acotado”.
Pues bien, el “navío de gran calado” se tambalea, y el inquilino de Los Pinos mandó a su secretario de Hacienda, Agustín Carstens, y éste a sus subsecretario, Alejandro Werner, a dar la cara y reconocer que, “haiga sido como haiga sido”, siempre sí pegará fuerte la recesión del vecino del norte, ergo comenzaron los recortes y el relativo al ritmo de crecimiento económico en primerísimo lugar.
Carlos Fernández Vega, “México SA”, La jornada, 31 de enero.
La Reserva Federal (Fed), como usted sabe, redujo sus tasas en tres cuartos de punto porcentual la semana pasada, en una acción muy agresiva. No sólo por el tamaño del movimiento, el mayor registrado, sino también porque lo hicieron fuera de la reunión de mercado abierto, que es cuando normalmente se anuncian los cambios a la tasa de interés. Ayer mismo, la Fed amplió la reducción en las tasas, sumando más de un punto porcentual. De una tasa de 4.25% que tuvimos hasta el 21 de enero, ahora la tasa es de 3%.
Esta segunda reducción es relevante no sólo porque se agrega a la anterior en un período muy pequeño de tiempo, sino porque la inflación al cierre de 2007, sin contar alimentos ni energía, fue de 2.4%, y creciendo. Esto significa que la Fed está prestando dinero hoy a los bancos a una tasa de interés real muy pequeña, lo que representa un gran incentivo para que el dinero se mueva rápidamente
Macario Schettino, “Economía Informal”, El Universal, 31 de enero.
El hecho es que la SHCP bajó drásticamente su pronóstico de crecimiento del PIB de ese año del 3.7% a 2.8%, que sin lugar a dudas es insuficiente para la creación de empleos que requiere el país como bien lo reconoció ayer Alejandro Werner, el subsecretario de Hacienda.
Este descenso de casi un punto en el crecimiento del PIB se da a pesar de que la propia SHCP reconoce que hay factores que mitigarán los efectos de la contracción económica en Estados Unidos, como son la expansión del gasto interno; la solidez del sistema financiero; la diversificación de las exportaciones; los mayores ingresos petroleros por el alza en los precios del crudo; y los programa de fomento a la vivienda, infraestructura y turismo.
Lo que sorprende es que entre las fortalezas de la economía para este año, la SHCP no incluye a la reforma fiscal. ¿Será un simple olvido o ya ni siquiera Agustín Carstens confía en que habrá mayor recaudación fiscal y un aliciente a las inversiones por la deducibilidad inmediata de los nuevos activos?
Maricarmen Cortés, “Desde el piso de remates”, El Economista, 31 de enero.
En aquel mayo de 2001, el 7 por ciento de crecimiento económico se redujo a 4.5 y a lo largo del año fue a la baja como boxístico conteo de KO: 3, 2, 1, 0, aunque en realidad fue de -0.3 por ciento. Parece que a la “continuidad” le gusta ese juego: a principios de 2007 estimó 3.6 de crecimiento, que en el mejor de los casos rondará el 3 por ciento. Para 2008 estimó 3.5 por ciento sin “reforma fiscal”, que elevó a 3.7 por ciento por “el positivo efecto” de dicha “reforma.
Como la recesión estadunidense nos haría lo que el viento a Juárez, ayer la Secretaría de Hacienda consideró “pertinente” (Werner dixit, el mismo que con Fox presumía que “las remesas no sólo deben verse como un fenómeno de la migración; también son fruto de la estabilidad económica que ha logrado México”), como resultado del “contexto internacional desfavorable”, recortar el pronóstico de crecimiento económico para 2008: el 3.7 por ciento (con “reforma fiscal”) original se reduce a 2.8 por ciento, casi un punto porcentual en vía de mientras, en un “navío de gran calado” que no pudo convertir “los riesgos” recesivos “en oportunidades”, “navegar contra corriente” ni dejar a un lado el micrófono para tomar oportunas medidas para contener una sacudida que se previó desde finales de 2006, y cuyo heraldo fue, ni más ni menos, que el propio Alejandro Werner, al que parece nadie tomó en serio en el gobierno federal.
Carlos Fernández Vega, “México SA”, La jornada, 31 de enero.
Lejos de aceptar la realidad, Andrés Manuel López Obrador disparó, como de costumbre, una superstición: él, que sí conoce al pueblo, sabe que el pueblo sabe que los precios subieron muchísimo. Y quien lo dude, que vaya a preguntárselo al pueblo.
Con ese sofisma, López Obrador tratará de enterrar su equivocada adivinación (hay que recordar que él nunca se equivoca) y vaticinará una nueva calamidad: la siniestra conspiración de los corruptos y traidores a la patria afila cuchillos para robarle Pemex al pueblo bueno.
Ciro Gómez Leyva, “La historia en breve”, Milenio, 31 de enero.
Sumando las dos políticas, la monetaria y la fiscal, es claro que los consumidores no tienen razón para reducir sus compras en este momento, como tendría que ocurrir para que la recesión se hiciese presente. La preocupación que teníamos es que la crisis inmobiliaria y financiera, al elevar el servicio de la deuda de las personas, les obligara a dejar de consumir, porque, como lo hemos comentado varias veces, ahorro no tienen. Pero si las tasas de interés bajan, como ha ocurrido, lo mismo pasa con el servicio de la deuda. Y si además le regresan a uno dinero de los impuestos, en la suma los consumidores no tienen ninguna razón para dejar de gastar.
Esto es buena noticia en lo que se refiere a que no tengamos una etapa de contracción durante el año, pero no es una buena idea visto desde el largo plazo. El problema de origen en la economía de Estados Unidos es su exceso de gasto en los últimos años, y me refiero a prácticamente ya dos décadas. Este exceso de gasto es evidente en el déficit en cuenta corriente, sumamente elevado, en el déficit fiscal, también muy grande, incluso sin considerar los gastos de la guerra en Irak, que se ponen aparte, y en la caída tan seria del ahorro personal, que de ser de entre 8% y 10% del ingreso hace medio siglo, ha sido de prácticamente cero desde 2005. Dicho de otra manera, los estadounidenses tendrán que dejar de gastar en algún momento próximo, para equilibrar sus cuentas
Macario Schettino, “Economía Informal”, El Universal, 31 de enero.
El que la Secretaría de Hacienda y el Banco de México hayan disminuido la estimación de crecimiento de la economía mexicana no debe generar ninguna sorpresa. Desde finales del año pasado era evidente que la economía de Estados Unidos y la mexicana crecerían menos; sin embargo, esto no implica de ninguna manera que estén cambiando las cosas radicalmente o, como creen algunos, se esté desplomando el empleo.
El arranque de esta administración se destacó por tener la mayor cantidad de fuentes de trabajo nuevas, así que una variación negativa, si bien no es buena, tampoco debe generar crisis de pánico.
David Páramo, “Personajes de renombre”, Excélsior, 31 de enero.
De momento, lo que determinará qué tanto más hace la Reserva Federal es la inflación. Si ésta supera 3% anual, en la medida que excluye energía y alimentos, la Fed seguramente se olvidará de bajar tasas e impulsar la actividad para regresar a su trabajo principal: evitar la erosión del poder de compra. Así que si quiere usted saber cuándo se complicarán las cosas, ésa es la variable a seguir
Por el momento, creo que los analistas que redujeron las metas de crecimiento tendrán que volver a hacer cuentas. Y si se logra una reforma energética razonable en nuestro país, yo creo que 4% es poco para 2008. No luche con fantasmas.
Macario Schettino, “Economía Informal”, El Universal, 31 de enero.
La Reserva Federal bajó 50 puntos base su tasa de referencia a 3%, como el mercado lo esperaba. Mientras tanto, en nuestro país, el Banco de México, gobernado por Guillermo Ortiz, dio a conocer su Informe Trimestral de Inflación y dejó en claro que el sesgo monetario seguirá siendo restrictivo para evitar desbordes inflacionarios.
En lo dicho: hay distintos ciclos monetarios en EU y México, aunque el diferencial de tasas no podrá ser muy grande.
José Yuste, “Activo empresarial”, Excélsior, 31 de enero.
Y en su alfombra voladora surca los aires Eduardo Sojo –hoy en funciones, dicen algunos, de secretario de Economía– quien para “enfrentar” los efectos de la recesión estadunidense en 2008 propone las mismas recetas que presentó en sociedad en aquel mayo de 2001 (el año del “crecimiento negativo”, como dicen los economistas). Por ejemplo, celebraba seis años atrás, “promover la competitividad del aparato productivo; ejecutar oportunamente los proyectos de infraestructura pública anunciados para este año, que tienen un efecto directo en cuanto a generación de empleo y de actividad para las empresas; promover la construcción de vivienda y una estrategia para inversión pública y privada”. Resultado: la economía cayó 0.3 por ciento, pero en 2008 insisten.
Carlos Fernández Vega, “México SA”, La jornada, 31 de enero.
Miente una vez, miente dos y no pasa nada. López Obrador conoce bien la cultura de la desmemoria nacional que, cortésmente, transforma las mentiras en anécdotas para luego arrumbarlas y olvidarlas. Por eso sigue apostando por la fraseología y la ignorancia.
“Enero negro”. Qué ridículo.
Ciro Gómez Leyva, “La historia en breve”, Milenio, 31 de enero.
La conducta está construida, mi estimado, de un principio ético flexible. Mientras nuestra economía sigue avanzando hacia el agitado y peligroso remolino desatado por el accidentado principio del capítulo de la recesión estadunidense, aquí el Gymboree financiero en boca de Agustín Carstens anda balbuceando de que ya, pero ya, se enciendan los motores (¡¿quién tiene la llave, shitheads?!) de la economía al mismo tiempo que del otro lado el tubazo, combinado con balde de agua gélida, de Guillermo Ortiz acerca del estupendo pronóstico de crecimiento para 2008 que oscilará entre 2.75 a 3.75 por ciento es, my friend, sin lugar a dudas el negro colofón en este enero que, pese a las opiniones optimistas de los oficiosos gubernamentales mediáticos, han marcado el principio de un año muy delicado.
Sobre todo cuando las estimaciones escupidas por estos desparpajados giraban alegremente alrededor de 3.5 al 3.7 por ciento gracias al gasolinazo y al magnánimo chisguete fiscal, una de las genialidades políticas del clan disfuncional que despacha en Los Pinos.
Marcela Gómez Zalce, “A puerta cerrada”, Milenio, 31 de enero.
QUE DICE la mamá de los funcionarios de la Secretaría de Hacienda que siempre no.
DEBE HABER caído como balde de agua fría en Los Pinos lo dicho por el subsecretario Alejandro Werner en el sentido de que los pronósticos económicos para el 2008 no son tan optimistas, por lo que el crecimiento será menor al 3 por ciento.
ESTO QUIERE DECIR, ¡sorpresa!, que la recesión económica de Estados Unidos siempre sí nos afecta, y que tanto el crecimiento económico como la generación de empleos se verán frenados.
ANTE ESTE negro panorama, la pregunta que se hacen los especialistas es si Estados Unidos reaccionó ante la crisis bajando los impuestos, ¿acaso no serán contraproducentes para México el gasolinazo y el IETU que nos recetaron a fines del 2007?
F. Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 31 de enero.
Y, desde un punto de vista estratégico, dicha desaceleración en la economía mexicana debe funcionar para repuntarla lo antes posible: la desaceleración debe servir como una oportunidad para ver lo que nos ha fallado y, así, a partir del segundo semestre de este año empezar con todo.
Los factores dinámicos de la demanda agregada, como la inversión y el consumo, no se han frenado: hay dinamismo que se debe aprovechar. Y tratar de sacar no sólo las reformas estructurales indispensables que hacen falta, como la energética y la laboral, sino también eficientar el gobierno tanto en su tramitología como en el uso del presupuesto público de manera rápida y no llegar a mediados de junio para empezar a ver cómo se va a ejercer dicho presupuesto.
El presidente Calderón piensa dejar creciendo a 5% la economía mexicana. Todavía estamos lejos de dicha meta y, por lo tanto, de generar los empleos que requerimos, los cuales ya para este año en lugar de ser los 750 mil de 2007, serán a lo mucho 650 mil.
José Yuste, “Activo empresarial”, Excélsior, 1º de febrero.
Si el gobierno realmente quiere apuntalar el crecimiento de la economía (ojo: ¡el crecimiento, no el consumo, tal y como debe ser!), debe reducir y eliminar impuestos, para lo cual, ¡obviamente!, debe recortar sus gastos, con el objetivo de que seamos los particulares, no los burócratas gubernamentales, quienes gastemos más, sin olvidar la dimensión cualitativa del asunto: peso sobre peso gastamos mejor los particulares que los mentados burócratas, mismos que, insisto, no solamente no están dispuestos a soltar un solo peso, sino que año tras año reclaman más: en 2001 el presupuesto del gobierno federal equivalió al 22.8 por ciento del ingreso generado por los mexicanos; este año equivaldrá al 25.6.
Arturo Damm Arnal, “Pesos y contrapesos”, Crónica, 1º de febrero.
La perspectiva del Banco de México.
El Banco de México, gobernado por Guillermo Ortiz, ha dicho que va a esperar a saber cómo se instrumenta el plan fiscal de 150 mil millones de dólares de George Bush, sobre todo en recorte de impuestos y salvamento a deudores, para de allí partir hacia su nuevo pronóstico de crecimiento o decrecimiento.
De la misma manera, Hacienda va a esperar. El equipo hacendario también cree que la recesión en EU no logre darse por completo e incluso puedan salir antes del estancamiento. Por ello también esperará un poco más para dar su nuevo pronóstico de crecimiento.
José Yuste, “Activo empresarial”, Excélsior, 21 de enero.
La noticia nos llegó desde Davos, Suiza. Guillermo Ortiz, gobernador del Banco de México, vaticinó que la recesión en Estados Unidos será “mucho peor” que la que afectó en 1991 a ese país. Los negros vaticinios no los hizo el experimentado economista en ningún discurso o ponencia, lo comentó en corto ante un grupo de personas que asisten al Foro Económico Mundial por excelencia, que ayer se inició en esa montañosa localidad helvética. El tono del ex secretario de Hacienda parece una advertencia de que se vienen tiempos difíciles para México. Ya es un lugar común afirmar que, cuando a EU le da gripe, a México le da pulmonía.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 25 de enero.
Felicidades, porque según el Banco de México la inflación en la primera quincena de 2008 fue de ¡0.27 por ciento! (0.51 para la canasta básica y 0.55 en alimentos) lo que de inmediato provocó que millones de mexicanos exigieran pasaporte para vivir en el país que describe el organismo a cargo de Guillermo Ortiz, que nunca va de compras…
Carlos Fernández Vega, “México SA”, La Jornada, 25 de enero.
El viernes pasado, la agencia Bloomberg trasmitió una entrevista televisada al gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, en la que éste reconoce la existencia de "presiones inflacionarias latentes provenientes de los incrementos en los precios de alimentos y el aumento de impuestos" y urge a no bajar la guardia, aun si el dato de la primera quincena de inflación (0.27 por ciento) quedó por debajo de la expectativa del mercado.
En pocas palabras, el gobernador Ortiz y probablemente la junta de gobierno no validan las versiones que se comenzaron a difundir desde el miércoles, sobre una eventual reducción de las tasas de interés en México.
Alicia Salgado, “La chequera”, El Financiero, 28 de enero.
Aun cuando la economía mexicana está en un gran momento para enfrentar los efectos de la posible recesión en Estados Unidos, hay voces catastrofistas en México que no sólo buscan ventajas políticas, sino dañar a los enemigos. En el rumbo del Banco de México hay quienes están contando historias negras que tienen como único objetivo sembrar dudas sobre la administración de Felipe Calderón y en particular de Agustín Carstens
David Páramo, “Personajes de renombre”, Excélsior, 28 de enero.
Ciertamente, el consenso define la perspectiva de la economía mexicana como compleja, pues al igual que Ortiz, se reconoce que, por un lado, existe un riesgo real de que la tasa de crecimiento económico se reduzca, lo que parece natural e inevitable en función de lo que acontezca en Estados Unidos y, por el otro, todavía están latentes las presiones inflacionarias.
Esto último es crucial: el Banco de México no reducirá las tasas de interés a menos que los resultados de la inflación en los meses por venir se ubiquen de forma constante por debajo de sus más optimistas pronósticos, y más vale esperar a la presentación del Informe de Política Monetaria.
Pronóstico: el Banco de México mantendrá la estrategia de equilibrismo que ha caracterizado a la política monetaria desde el año pasado, y si hay una decisión para meter acelerador a la economía de México tendrá que ser de corte fiscal, no monetario.
Alicia Salgado, “La chequera”, El Financiero, 28 de enero.
Como era de esperarse, el Banco de México hizo oficial el "negro escenario" para la economía mexicana en este año: crecimiento mediocre de 2.75 a 3.25 por ciento, dependiendo de la profundidad y duración del enfriamiento de la economía de Estados Unidos. ¡Agárrense si se convierte en recesión! Advierten los pesimistas. Creación de 620 mil plazas de trabajo, contra 756 mil del año pasado.
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 31 de enero.
El problema de México es que deberíamos enfrentar una presión interna adicional, que proviene de la reforma fiscal. A nadie le queda claro cuál será el efecto final sobre los precios del nuevo "IETU", aunque el Banco de México estimó que pudiera agregar hasta 50 puntos base a la inflación este año. Afortunadamente, las empresas tendrán que tomar su decisión de aumentar o no sus precios en un entorno en que la economía debe desacelerarse. Esto significa que el margen para aumentar precios debe disminuir. Desafortunadamente, esto pudiera ser simplemente un retraso en los aumentos, que pudiéramos sentir más adelante.
Jonathan Heath, “Pulso Económico”, Reforma, 31 de enero.
La inflación creció 0.27 por ciento en la primera mitad de enero. Sí, pero el dato debe tomarse con cuidado, porque la tendencia se explica por el componente subyacente del índice y no representa el patrón de consumo de la mayoría de los mexicanos. Los precios de los básicos considerados en la muestra de Banxico fueron tomados en las tiendas de autoservicios, que representan entre 27 por ciento y 29 por ciento de la economía formal y que no tienen nada que ver con los precios que se pagan en pequeñas tortillerías, panaderías y recauderías donde compra la mayoría de la población. Y más: entre los ocho productos que se reportan con precios a la baja figuran servicios turísticos en paquete, tarifas aéreas, hoteles y chamarras y abrigos, que no son de consumo generalizado.
María Isabel Melchor, “Billete circular”, Milenio, 31 de enero.
Las primeras noticias son halagadoras. El Banco de México reportó una tasa de 0.27 por ciento en la primera quincena de enero, muy por debajo de lo esperado y que produjo una pequeña disminución en la inflación anual medida a través del índice quincenal de precios. Sin embargo, habría que esperar por lo menos un par de meses antes de emitir un primer juicio, ya que muchas empresas no saben bien cómo les va a afectar el impuesto y no necesariamente ajustan sus precios con el inicio del año.
Jonathan Heath, “Pulso Económico”, Reforma, 31 de enero.
Por cierto, llama la atención la excesiva “precaución” del Banco de México al fijar sus pronósticos. Ya no sólo la inflación, sino ahora el crecimiento económico también es pronosticado por los economistas del banco central utilizando rangos. Ahora, para no fallarle, los doctores de la economía dijeron que su expectativa para 2008 va de 2.75% a 3.25%. ¡Valiente ayuda!
Samuel García, “El Observador”, Milenio, 31 de enero.
Si leemos entre líneas el último anuncio de política monetaria del Banco de México, parece que la Junta de Gobierno está más preocupada por la desaceleración económica de Estados Unidos que por las presiones inflacionarias actuales. Esto ha hecho que muchos analistas piensen que el Banco pudiera disminuir muy pronto la tasa de política monetaria. Sin embargo, el Banco perdería mucha credibilidad si bajara la tasa cuando la inflación se ubica muy por encima de su meta y con una posible tendencia alcista. Habría que recordar que el objetivo prioritario del Banco Central es el combate a la inflación y la Constitución deja muy claro que no existe un doble mandato al respecto.
A partir de octubre del año pasado, el Banco Central da a conocer la trayectoria esperada de inflación para los siguientes ocho trimestres, a través de un rango de medio punto porcentual. La única forma que el Banco pudiera justificar una reducción en la tasa de fondeo sería si la inflación se ubicara por debajo del límite inferior de esta trayectoria.
Jonathan Heath, “Pulso Económico”, Reforma, 31 de enero.
Parece que la situación económica se complica cuando vemos el reconocimiento de la Secretaría de Hacienda y del Banco de México en la reducción del pronóstico de crecimiento de México para 2007. Ambos lo bajaron a 2.8% (Hacienda) y entre 2.75% y 3.25% (Banxico).
José Yuste, “Activo Empresarial”, Excélsior, 1º de feberro.
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