Socialismo, intocable para Raúl Castro

LA HABANA. Raúl Castro encara el sensible reto de aplicar el racionalismo económico al rígido modelo cubano, basado en la propiedad estatal, terminando con el paternalismo oficial, pero sin tocar las bases del socialismo que levantó Fidel durante 50 años.

Se trata de una segunda tentativa de reforma, pues la iniciada en 1993 que incluyó descentralización, pequeños negocios, libre circulación del dólar, y auge del turismo, después se frenó y limitó por Fidel Castro en el 2003, con un proceso centralizador.

Raúl pide calma y cautela, pues "la improvisación, la superficialidad o el apresuramiento, tendría consecuencias negativas considerables" aunque está consciente "de los enormes esfuerzos que requiere fortalecer la economía".

El gobernante, de 76 años, llega a la Presidencia luego de que su hermano renunció a ser reelecto por no estar en condiciones de salud -tras 19 meses de convalecencia-, y con los resultados en la mano de un inédito debate social sobre los problemas de Cuba, que abrió grandes expectativas.

En los 19 meses de mandato provisional, Raúl anunció cambios, incluso estructurales, para impulsar un despegue económico dentro del socialismo, lo que se traduce en no afectar a los pobres y no sentar bases para un cambio político.

Sobre la mesa, en espera de consenso, están el incremento del minifundio agrícola, los pequeños negocios individuales o familiares, las cooperativas, un incremento controlado de la inversión extranjera, entre otros asuntos sensibles.

Pero otros problemas como la elevación del salario, la unificación monetaria y los precios se estudian para el mediano y largo plazo, cuando se "fortalezca el aparato económico".

En lo más inmediato, Raúl Castro anunció que en las próximas semanas se empezarán a levantar las prohibiciones "más sencillas", que no precisó y que según algunos sectores tienen que ver con restricciones que tienen los cubanos para viajar y hospedarse en hoteles.

El economista Mariano Bullón considera que un problema vital que Raúl tiene por delante son los "millonarios subsidios" a servicios y productos, como los de la libreta que resultan irracionales e insostenibles".

"La libreta" es una canasta básica de alimentos que reciben todos los cubanos desde 1962, pero es considerada insuficiente por los isleños. El gobierno gasta anualmente más de 1,000 millones de dólares en mantener los subsidios a la población.
Nota de AFP, El Economista, 27 de febrero.

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