Alista Caravana otro reencuentro

En 2011, Olga Marina Hernández viajó por primera vez de Honduras a México como parte de la Caravana de Madres de Migrantes Centroamericanos Desaparecidos para buscar pistas sobre el paradero de su hijo Gabriel Salmerón Hernández.

La única referencia que obtuvo fue que estaba al servicio del crimen organizado. Pero estaban equivocados. Hoy, al llegar el grupo de 38 mujeres a Monterrey, Nuevo León, se reencontrará con el joven que se prepara para convertirse en sacerdote.

Este es el segundo caso que se registra en el actual recorrido de las mujeres centroamericanas. El lunes pasado, al arribar la caravana a Tenosique, Tabaco, Silveria Campos volvió a ver a su hijo Serverio, a quien creía desaparecido desde 2004.

"Yo les digo a las autoridades de aquí y a las internacionales que por favor les ayuden a las madres que vienen aquí a buscar a sus hijos, que les den la mano, porque usted no sabe cómo están aquí de preocupadas", dice Olga Marina en entrevista telefónica.

Relata que su hijo Gabriel salió de Honduras hacia Estados Unidos en 2007. Le avisó que logró llegar a Nuevo Laredo, pero ya no tuvo comunicación con él. Fue entonces que el año pasado decidió integrar la Caravana.

En su primer visita, cuenta, caminó siempre con una imagen de Gabriel en el pecho. Fue una amiga de su hijo, dice, quien la vio en fotografías de prensa.

Un mes después de regresar a su casa, el Movimiento Mesoamericano le comunicó que su hijo ya había sido localizado. Así fue como se enteró que lo habían asaltado y que había perdido todos los número de comunicación en Honduras.

"No es fácil venir aquí a México en estos buses, en esta caravana, porque para venir a estos lugares hay que amar a un hijo y quererlo bastante ¿me entiende? Yo estaba desesperada, busqué la Caravana y me vine", platica la mujer, quien desde entonces mantiene comunicación telefónica con Gabriel.

José Jacques Medina, cofundador del Movimiento Migrante Mesoamericano, reconoció que aunque la labor de investigación es una tarea de las autoridades mexicanas, el quehacer de reunir pistas para dar con el paradero de migrantes está en manos de organizaciones de la sociedad civil.

"Estamos tratando de hacer un esfuerzo de conseguir pistas. No importa vivos o muertos, pero lo que queremos es que la gente tenga éxito en su Caravana. El año pasado se lograron algunas pistas de alguien que decía "yo lo vi", "yo supe" y durante un año hemos estado, a través de gentes como Rubén Figueroa, quien logró identificar cuatro casos de madres que buscaban a sus hijos y que ahora se reencuentran con ellos", comentó vía telefónica el activista.

A lo largo de la ruta de la Caravana por el País, explicó, se exige al Gobierno que el fenómeno migratorio sea atendido con carácter humanitario y no policial.

La Jornada, 19 de octubre.