Dicen migrantes no al racismo

NUEVA YORK.- Envueltos por un calor agobiante, miles de personas marcharon ayer por las calles de Atlanta, Georgia, en contra de la ley antiinmigrante estatal HB87, que el viernes pasado se convirtió en la última réplica de la controvertida SB1070 de Arizona, ante la falta de avances hacia una reforma migratoria integral.

La ley HB87 fue promulgada por el Gobernador Nathan Deal a mediados de mayo último. Sin embargo, el juez federal Thomas Thrash dictó el lunes pasado una medida cautelar que bloqueó las dos disposiciones más polémicas de la norma: la que autoriza a la Policía interrogar a presuntos delincuentes sobre su estatus migratorio y la que convierte en un delito albergar o transportar a indocumentados.

Hombres, mujeres, niños, y, sobre todo, jóvenes, muchos de ellos "dreamers" -quienes pelean por la Dream Act-, se reunieron ayer por la mañana en el Capitolio de Atlanta, donde meses atrás se aprobó la ley, para una marcha que, según los organizadores, convocó a unas 28 mil personas.

La Policía local informó que concurrieron entre 8 mil y 14 mil personas.

"Tengo el presentimiento de que (el Gobernador) no entiende el dolor que afecta a las familias. Si estuvieran en nuestra posición ¿cómo reaccionarían?", expresó Jessica Bamaca, de 13 años, quien nació en Estados Unidos, pero cuya madre y hermana son originarias de Guatemala, por lo que teme que sean deportadas.

Teodoro Maus, presidente de la Alianza Latina de Georgia por los Derechos Humanos (GLAHR), que lucha por los derechos de los migrantes en el estado y fue una de las organizadoras de la marcha, dijo a REFORMA que hubo personas de Arizona, Carolina del Norte, Tennessee, Nueva York y Texas, además de otras ciudades de Georgia, que viajaron a la capital del estado especialmente para participar en la protesta.

"Creo que la marcha fue sumamente exitosa para lo que buscábamos. Queríamos marcar que íbamos a luchar contra toda esta sarta de racismo siniestro (y) que, si nos vamos, nos vamos con la cabeza en alto. Y para eso se necesita mucha gente", apuntó Maus.

Varios grupos apoyaron el reclamo del movimiento, entre ellos organizaciones defensoras de los derechos civiles y miembros de la comunidad gay y transexual de Georgia.

Una de las personas que habló ayer ante la multitud fue el reverendo Timothy McDonald, un activista afroamericano que ha defendido la lucha de los indocumentados.

"Ustedes son mis hermanos y mis hermanas", dijo McDonald a la multitud.

"Hace algunos años, le dijeron a la gente como yo que no podía votar. (Pero) hicimos lo que están haciendo (ustedes) hoy en día. Vamos a enviar un mensaje al poder: cuando la gente se une, no hay Gobierno que pueda detenerla", agregó.

El Centro Hispano Pew de Washington estimó que la ley podría afectar a unos 425 mil indocumentados que viven en Georgia, uno de los estados donde, en los últimos 10 años, la proporción de latinos respecto de la población total se duplicó para convertirse en un elemento importante de la economía estatal.

La marcha, empero, produjo reacciones entre las organizaciones que apoyan iniciativas como la HB 87, la última ley similar a la controvertida SB1070 que se puso en práctica en Estados Unidos. Utah y Carolina del Sur ya lo hicieron, y otros estados están por hacerlo.

"La mayoría de los estadounidenses se da cuenta que aceptamos más inmigrantes legales que cualquier otra nación del planeta, más de un millón al año", dijo D.A. King, jefe de la Sociedad Dustin Inman, una organización de Georgia que apoya la ley.

"La mayoría de los estadounidenses que ve esta marcha entiende que el mensaje de estas personas es uno de no aplicación de la ley, de fronteras abiertas y separatismo", añadió.

Rafael Mathus Ruiz, Reforma, 3 de julio.

0 Responses to "Dicen migrantes no al racismo"