El presidente de Cuba, Raúl Castro, cumplió ayer cinco años al frente del país intentando “actualizar” el socialismo y clamando contra el desorden y los incumplimientos que obstaculizan sus reformas económicas para superar la aguda crisis que arrastra la isla.
Hace unos días ante su Consejo de Ministros, el general Castro volvió a criticar incumplimientos, mala planificación y deficiencias y advirtió que jueces y fiscales tendrán un papel “determinante” ante las faltas que perjudican la economía.
La “batalla económica” ha sido el empeño de Raúl Castro (80 años) desde que tomó las riendas de la isla: fue el 31 de julio de 2006 cuando su hermano Fidel, tras medio siglo en el poder, delegó en él sus responsabilidades por una grave enfermedad.
Raúl asumió primero de forma provisional y en 2008 fue ratificado en la Asamblea Nacional de Cuba como presidente.
El “traspaso de poderes” entre los Castro se ha completado este año, cuando el Partido Comunista designó a Raúl su primer secretario en sustitución de un Fidel que acudió a la clausura del VI Congreso del PCC para levantar el brazo de su hermano menor en una simbólica imagen que tendrá lugar destacado en el abultado álbum de la revolución.
Salvar la revolución. Fue el VI Congreso comunista el que también aprobó su plan de reformas para poner a producir a Cuba, alejarla del precipicio de la crisis e intentar evitar que se hunda una revolución que ha cumplido ya 52 años.
Lo que la retórica oficial llama “actualización” económica supone una apertura a la iniciativa privada: más de 325 mil cubanos ejercen ya el trabajo por cuenta propia con la novedosa posibilidad de contratar asalariados.
Esta es una de las principales medidas puestas en marcha junto a una masiva reducción de las abultadas plantillas del estado cubano.
La “batalla” del general Castro también se libra en el campo con un plan —que no acaba de dar los resultados deseados— de entrega de tierras en usufructo para aumentar la producción de alimentos, cuestión de “seguridad nacional” porque la isla gasta más de 1,500 millones de dólares al año en importar el 80 por ciento de los víveres que consume.
En su primer quinquenio en el poder, Raúl Castro también ha clamado contra el inmovilismo y los dogmas, ha llamado a desterrar la burocracia, quiere desmontar el paternalismo estatal con la supresión de subsidios “innecesarios” y ha emprendido acciones contra la corrupción.
De momento, más intenciones que hechos. Cinco años sin pena ni gloria.
La Crónica, 1º de agosto.
Cinco años sin pena ni gloria de Raúl Castro en el poder
Cuba Medios México lunes, 1 de agosto de 2011 0 comentarios
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