Fallan el gobierno y la Iglesia en sacar al país de la violencia, dice el sacerdote

Amatlán de los Reyes, Ver., 31 de julio. La sociedad civil ha respondido al llamado para recomponer un país lleno de violencia, si bien hay sectores de la misma rezagados en ese compromiso, entre ellos estructuras gubernamentales y eclesiásticas, señaló el sacerdote Alejandro Solalinde en la comunidad La Guadalupe, conocida popularmente como La Patrona, en el municipio de Amatlán de los Reyes, donde la caravana Paso a Paso por la Paz arribó el sábado.

Allí, la organización de mujeres conocidas como Las Patronas, que desde hace años ofrecen alimentos, medicinas y asistencia humanitaria a migrantes que viajan en La Bestia, el tren que va del sureste al centro del país, reconocieron la labor de los activistas que acompañan a la caravana, y pidieron solidaridad total para las personas en tránsito que ni son delincuentes ni son extraños, son nuestros hermanos.

La caminata, que partió desde Centroamérica, estuvo este fin de semana en Coatzacoalcos, Tierra Blanca y Amatlán de los Reyes. Sus 500 integrantes fueron recibidos la noche del sábado con flores, aplausos, cánticos e incienso en La Patrona, donde llegaron a la capilla erigida en honor a María de Guadalupe.

Las Patronas, al igual que los albergues que atienden a migrantes, los ciudadanos que anónimamente los defienden y ayudan, así como toda la movilización que ha surgido para buscar a quienes fueron secuestrados o desaparecidos, es muestra de que la sociedad se comprometió con una causa justa y urgente, dijo Solalinde.

Sin embargo, reconoció que en este compromiso para recomponer al país sumido en la violencia han fallado algunos sectores de la sociedad, especialmente algunas estructuras gubernamentales y religiosas.

Refirió que al gobierno de Felipe Calderón se le han pedido garantías para los migrantes que transitan por territorio mexicano; se le han turnado denuncias de los sobrevivientes de extorsiones, secuestros y asesinatos, pero no se ha hecho nada.

Los resultados favorables en la lucha contra toda esta ruta de violencia sólo se darán con cambios pacíficos, con el compromiso de todos, la sociedad civil ha respondido pero muchos no y se requiere de todos para lograr recomponer al país, sumido en la violencia. Hoy reina el dios del dinero en lugar del verdadero Dios, dijo el clérigo.

Sobre su situación personal, Solalinde afirmó que es consciente de que un sector de la jerarquía eclesial reprueba su activismo, y también de que grupos delictivos involucrados en crímenes contra migrantes han emitido amenazas directas en su contra.

A mí no me asusta la excomunión ni las amenazas, en este tiempo que me tocó vivir no es como hace 500 años, que podían asustar a la gente con el infierno, no me espantan porque creo en un amor del Dios padre y sólo quiero estar con mi pueblo. Amo a la Iglesia, por eso nunca me he ido de ella, pero lucho por lo que Cristo quiere que sea, dijo.

Andrés Timoteo Morales corresponsal, La Jornada, 1º de agosto.

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