Y es que, después de su vida en Los Pinos, nada volvió a ser igual. Con el sueño de Fox de crear su propia biblioteca como la de los ex presidentes estadunidenses John F. Kennedy, George W. Bush y Bill Clinton, trabaja a marchas forzadas para terminar lo antes posible su Centro Fox. ¿Será que ahora sí va a leer por lo menos un libro? Digo, porque es probable que por ahí encontremos autores tan exquisitos y pensadores tan irreductibles como José Luis Borgues, el "premio Nobel colombiano" Mario Vargas Llosa o Rabina la Gran Tagora… Puros incunables.
Pero Vicente, ahora ya no es únicamente un gran lector: se estrena como escribano. Así que mientras domingo, lunes y martes, Vicente Fox fue la nota nacional con su "allá en su rancho grande", ya para el miércoles Chente volvía a los reflectores internacionales. Le cuento:
Yuriria Sierra, “Nudo gordiano”, Excélsior, 21 de septiembre.
AUNQUE Vicente Fox todavía ni termina de construir su Centro de Estudios, Biblioteca y Museo ya está a punto de llenarlo... ¡con boletines de prensa!
EN LA PÁGINA web del "Fox Center" hay 102 comunicados -y contando- sobre las actividades del guanajuatense del 12 de enero a la fecha.
ASÍ QUE lleva un promedio de casi tres boletines a la semana, en los que hay desde cartas enviadas a diferentes medios de información, hasta uno que da cuenta de la visita del "ex-presidente" de la República del Perú, Alejandro Toledo al Centro Fox.
COSA rara, por cierto, que ahora que Fox reclama para sí la prerrogativa de ser llamado "Presidente" no le otorgue el mismo tratamiento a quien fuera su homólogo peruano.
Fray Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 22 de septiembre.
Vicente Fox Quesada sigue muy entusiasmado con la construcción de lo que será, según sus propias palabras, la “biblioteca presidencial”, en el Centro Fox, que se levanta en terrenos de su finca en San Cristóbal, Guanajuato. El plan del ex mandatario, nos cuentan, es inaugurarla en diciembre próximo, y que el corte del listón lo haga su amigo, el ex presidente de Estados Unidos William Clinton
“Bajo reserva”, El Universal, 23 de septiembre.
AHORA QUE Vicente Fox y Marta Sahagún se volvieron a meter solitos en el ojo del huracán hay un asunto que podría ser del interés de Agustín Carstens.
HAY QUIENES se preguntan cómo obtuvo el flamante Centro de Estudios, Biblioteca y Museo Vicente Fox Quesada AC, la autorización de la Secretaría de Hacienda para poder recibir donativos deducibles de impuestos.
Y NO PORQUE no se los merezca, sino porque para poder acceder a esa prerrogativa se requiere demostrar haber estado en funcionamiento los últimos tres años, requisito que a todas luces no cumple el Centro Fox, que ni siquiera ha sido terminado.
A QUIENES más les ha impresionado la celeridad del permiso para el mausoleo foxista, es a los representantes de organizaciones civiles que llevan años peregrinando ante Hacienda sin poder conseguir la ansiada deducibilidad.
Fray Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 23 de septiembre.
El vendaval del Poder Legislativo contra el ex presidente Vicente Fox —la investigación sobre la supuesta riqueza inexplicable— no amilana al guanajuatense. Él y su esposa Marta Sahagún siguen enviado cartas y cartas a las cámaras empresariales y a hombres de negocios para que le entren con su cuerno para la culminación del Centro Fox, allá en el rancho San Cristóbal. Recientemente, la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana recibió una comunicación de don Vicente para pedir un donativo para la biblioteca. El presidente de este organismo, Juan Luis Arzoz, informó a los afiliados que consideren la posibilidad de contribuir para el acervo de esta obra foxista
“Bajo reserva”, El Universal, 25 de septiembre.
Honesto pues será asunto de comprobación, pero protagónico ya sabemos que lo es. Que lo ha sido desde que se inició en el camino a la campaña presidencial. Llegó a Los Pinos y salió de ellos con la misma necesidad de ser reconocido que lo mueve hoy a colocarse una vez más en el ojo del huracán de la discusión política al renunciar a la posibilidad de quedarse callado.
No, el señor Fox se hace una biblioteca presidencial con documentos sustraídos sin respeto por lo que dice y repite fue uno de los logros de su sexenio: la Ley Federal de Transparencia. ¿La habrá leído?, porque resulta cuando menos irónico que el hombre que dice la impulsó sustraiga los documentos en los que se basa para garantizar el derecho del pueblo mexicano a saber qué pasó entre el 2000 y el 2006.
Una biblioteca de parte de quien se ufanaba de educarse con las nubes en el campo mexicano y leer la vida de los santos; una biblioteca en una población rural en Guanajuato donde por cierto ya hay otra, la de la Universidad, una colección de libros y documentos de la historia de México que bien harían Vicente Fox y Marta Sahagún en revisar. Ahí están artículos del periodista estadounidense Walter Lippman en los que queda claro que los cristeros, esos que tanto admira Fox y la Iglesia católica, dirigida hoy por el Papa alemán que lo recibió este fin de semana, buscaron que fracasara la Revolución mexicana.
Rossana Fuentes Berain, El Gráfico, 25 de septiembre.
En mayo pasado, La Jornada (Martín Diego, corresponsal) publicó el catálogo de “asociados” al “Centro Fox para la Democracia”, de acuerdo con la información del Registro Público de la Propiedad del municipio guanajuatense de San Francisco del Rincón. Los nombres son por demás conocidos, no precisamente por sus obras pías, sino porque siempre aparecen relacionados en temas como concesiones, negocios privados con dineros públicos, decretazos, “rescates”, exenciones y, casualmente, financiamiento de campañas políticas, entre otras tantas gracias.
Aparecen, por ejemplo, Carlos Slim, Emilio Azcárraga Jean, Ricardo Salinas Pliego, Olegario Vázquez Raña (el consentido de Martita), Roberto Hernández Ramírez, Arturo Sánchez de la Peña (codueño de autobuses Estrella Blanca, empresa en la que Vicente Fox de la Concha despacha como vicepresidente), Juan Diego Gutiérrez Cortina (Gutsa, miembro distinguido del Fobaproa), Eduardo Alberto Henkel (que amasó generosa fortuna con Fox) y los inefables Pedro Cerisola, Ramón Muñoz y Javier Usabiaga, por citar unos cuantos, todos ellos magnánimamente arropados por el “gobierno del “cambio” (a esos nombres inmediatamente se asocian democráticas acciones foxistas como la venta de Banamex a Citigroup libre de impuestos, la ley Televisa, permisos para centros de apuestas, bancos chatarra, fondos de inversión, grupos financieros, concesiones a discreción, exenciones fiscales, acuerdos de “convergencia”, paraísos turísticos… y mucho más). Hay, pues, famiglia de dónde cortar.
¿Y Felipe? Calladito, calladito.
Carlos Fernández Vega, “México SA”, La Jornada, 25 de septiembre.
Como si fuera un dechado de profundidad y sólida formación ideológica, con una concepción acabada de lo que es un Estado nacional, estudioso de las actualidades del mundo, de las corrientes académicas en boga, dice que trabajará en su “centro de estudios en construcción”. Descalifica a sus cocos preferidos de Latinoamérica siguiendo la estrategia de esa derecha subordinada, por completo, a los designios del imperio bushiano. Simplemente tienen (los arriba citados por él) una desmedida ambición de poder, concluye en tono irrebatible el pedestre guanajuatense. Y, con esta terminal acusación, siente el vahído interior de las frases eternas, las que brotan en torrentes desde su insípido pecho de pretendido líder continental, de predicador cotizado, pero que, en realidad, se alinea entre los eurocéntricos de la Internacional Demócrata de Centro (IDC), agrupación en la que va en pos de un estrellato obtuso e ineficiente
Luis Linares Zapata, La Jornada, 26 de septiembre.
Desatado el escándalo por una fortuna que, mírese por donde se mire, no corresponde con el patrimonio mostrado por el guanajuatense seis años atrás, ni con el ingreso por él obtenido a su paso por la jefatura del Estado, los medios se encargaron de descubrir otras lindezas. La sustracción de Los Pinos de documentos y bienes que son propiedad de la Nación; la sorprendente y súbita prosperidad de las empresas familiares; los viajes a todo lujo, la intolerancia a la crítica...
Vicente Fox no es el único ex mandatario latinoamericano sobre quien pesan sospechas de corrupción y abusos desde el poder público. En Bolivia cumple condena Luis García Meza, el ex dictador extraditado de Brasil en 1995. En Estados Unidos sigue su curso una solicitud de extradición del gobierno de Evo Morales en contra de Gonzalo Sánchez de Lozada, acusado de genocidio. Manuel Antonio Noriega purgó pena de 17 años por narcotráfico en Estados Unidos y ahora lo reclaman Panamá y Francia. En el Perú, tras siete años de andar prófugo, Alberto Fujimori se halla por fin bajo proceso judicial.
Aurelio Ramos Méndez, “Contraluz”, Crónica, 29 de septiembre.
Según la revista Quién, "era casi la media noche de un viernes de enero de 2006" y "mientras la primera dama de México se desmaquillaba los ojos, el presidente de la República, sentado en la orilla de la cama y con los codos recargados en las rodillas, le preguntó: '¿Qué vamos a hacer después de todo esto?'".Marta respondió con firmeza: "Te voy a ayudar a hacer realidad tu sueño". Así se concibió el Centro Fox, y "a partir del 11 de octubre de 2006, el matrimonio Fox-Sahagún puso manos a la obra. El jefe del Ejecutivo giró instrucciones para que se digitalizaran todos los documentos oficiales que se habían emitido durante su administración" (entre 3 y 4 millones). Fox debe explicar quién pagó la digitalización y si sabía que podría estar cometiendo el delito tipificado de sustracción no autorizada de documentos oficiales.
Me explico. Según información del Instituto Federal de Acceso a la Información, un ciudadano solicitó a Los Pinos el "listado, inventario, bitácora, o cualquier registro de los documentos y registros documentales que sacó de Los Pinos el ex Presidente Vicente Fox con motivo de su mudanza". En abril, el gobierno de Felipe Calderón respondió que "no existe en los archivos de esta dependencia la información solicitada". Desconcierta su ignorancia porque los documentos sí salieron y el ex vocero de Fox, Rubén Aguilar, reconfirmó que "Fox se llevó copias" (El Universal, 28 de septiembre).
Sergio Aguayo Quesada, Reforma, 3 de octubre.
EN EL CASO del archivo foxista sustraído de Los Pinos, el IFAI dio la voz de alerta y ahora sólo falta saber si el nuevo titular de la Función Pública, Salvador Vega, tendrá los tamaños para ponerle el cascabel al gato.
EL FLAMANTE SECRETARIO tiene ante sí la oportunidad de probar si está en el cargo simplemente por ser amigo de Germán Martínez -su antecesor-, o si de verdad tiene un compromiso con la rendición de cuentas.
POR LO PRONTO, si se quiere poner a investigar en serio, tiene una larga lista de ex funcionarios foxistas a los cuales interrogar.
DE ENTRADA, si Vega quiere saber todo sobre documentos y archivos del foxismo, tendría que empezar por el ahora senador Ramón Muñoz y el actual embajador en Canadá, Emilio Goicoechea.
ADEMÁS están los encargados del proceso de entrega-recepción al final del sexenio, y cuya misión era precisamente que nadie saliera con que a Chuchita la bolsearon.
ESTOS personajes son bien fáciles de encontrar: Daniel Cabeza de Vaca trabaja ahora en Los Pinos, Juan de Dios Castro es diputado federal y Carlos Abascal despacha en el PAN.
Y, CLARO, seguramente cualquiera de ellos tiene el teléfono de Eduardo Romero Ramos, el ex titular de la Función Pública, que tiene bastante qué contar.
Fray Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 12 de octubre.
NO SE lo digan a nadie, pero el nombre del principal recaudador de fondos de Vicente Fox para la creación de su centro de estudios y biblioteca comienza con la letra "R" y termina con las letras ...amón Muñoz.
INCLUSO hay quienes dicen que desde 2004 el entonces coordinador de la Oficina de la Presidencia para la Innovación Gubernamental comenzó a tratar de innovar, pero en las tácticas del "pase de charola".
CUENTAN que bajo la divisa de "Vicente lo merece" Muñoz comenzó a llamar a varios empresarios y "amigos de Fox" para pedirles que se unieran a la coperacha, pero que varios le dijeron que de plano no le entraban.
Fray Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 13 de octubre.
Los ex presidentes de Estados Unidos, en quienes se inspira tanto Vicente Fox, han dedicado sus esfuerzos a hacer su memoria perdurable a través de bibliotecas magnas o mausoleos discretos. La biblioteca Reagan en Yorba Linda, California, no es nada del otro mundo. La de Bill Clinton en su cacahuatero pueblo, tampoco.
El monumento en vida de Vicente Fox en Guanajuato puede ser monumental. Casi tanto como la estatua que en Boca del Río, Veracruz, acabó manca al caer al suelo. Los bienes que pueden ser contados son simples: ovejas, caballos, camellos o esclavos. En una de las mil y una noches, Scharazad cuenta la historia de una mujer que vendida como esclava y enamorada luego de su hombre, hijo del Visir su comprador, tiene que ser revendida en el mercado para salvar la fortuna familiar. El Visir enemigo se acerca con al alfarga llena y la compra.
Félix Cortés Camarillo, “Cancionero”, Milenio, 16 de octubre.
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