Los días de tranquilidad bucólica se van a terminar para el ex presidente Fox y su exhibicionista Martita. La puntada de abrir las puertas de su rancho y mostrar el lujo y la opulencia con que viven tras dejar la Presidencia, dio materia a los muchos enemigos que dejaron en el camino para cobrarles viejas facturas. Esta sí no se la van a perdonar a Fox, al que por lo menos traerán un rato en investigaciones y auditorías a su patrimonio y a la última Cuenta Pública de su gobierno. En su última declaración patrimonial, antes de salir del cargo, Vicente Fox dice que obtuvo 10. 5 millones de pesos de ingresos. Tan sólo el ranchito donde ahora, con todo y sus terrenos extendidos, vale tres veces más que eso. Será difícil que a Fox le prueben un saqueo al presupuesto, pero de que le pueden encontrar recursos obtenidos de manera poco clara, no hay duda. Y todo por el desliz y el hambre de reflectores de la ex pareja presidencial que confunde transparencia con frivolidad, al cinismo le llaman civismo y creen que la impericia justifica la impudicia…
Salvador García Soto, “Serpientes y Escaleras”, El Gráfico, 21 de septiembre.
Aun si sólo se atiende la información oficial es notorio el salto que dio el patrimonio de Fox. En su declaración patrimonial de 2001 incluyó bienes inmuebles por valor de 2 millones 300 mil pesos, muebles por 3 millones 156 mil pesos e inversiones por un millón 463 mil pesos. En la de 2006 los inmuebles habían crecido a 5 millones 843 mil pesos, los muebles a 10 millones 500 mil pesos y las inversiones a 5 millones 50 mil pesos. Se dirá que el aumento resulta explicable por los ingresos de un Presidente, al que se le otorga también la totalidad de sus gastos. Pero resulta menos explicable la fortuna de su señora esposa, de que dio cuenta en una declaración emitida el infortunado día en que inauguró la biblioteca José Vasconcelos en mayo del año pasado. Conforme a ese documento ella es propietaria de tres terrenos, una casa y una huerta, joyas que valen 827 mil pesos e inversiones por 2 millones 860 mil pesos. Antes de ingresar en el servicio público (como coordinadora de prensa en el gobierno de Guanajuato) la señora Sahagún manejaba una farmacia veterinaria en Celaya, y salvo el primer semestre de 2001, durante el cual fue vocera presidencial, no contaba con ingresos porque la posición de primera dama no es remunerada.
Miguel Ángel Granados Chapa, “Plaza Pública”, Reforma, 23 de septiembre.
Ayer echándole un vistazo al portal electrónico del Centro Fox, aparece ya su declaración patrimonial–Declaración de Conclusión de Vicente Fox como presidente de la República.
En el rubro de “observaciones y aclaraciones” aparece que Marta Sahagún recibió un “donativo” (sic) de parte de su hijo Jorge Alberto Bribiesca por 765 mil pesos. Le sirvió para liquidar un crédito hipotecario. Otra de las deudas que aparecen, es una perteneciente a su “cónyuge y/o dependientes económicos”. Es una tarjeta de crédito American Exprees, con un saldo de 50 mil 416 pesos. ¿Será de Marta Sahagún, y la que le ayudaban a pagar Korrodi & Friends?
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 26 de septiembre.
Ahora bien, la declaración de Fox no revela mucho acerca de su riqueza real. Nos dice, sí, que en el 2006 ganó por sueldo en su cargo público 2 millones 661 mil 181 pesos. A esto hay que añadir un millón 254 mil 171 pesos por actividad financiera. En el documento se añade un rubro -que intriga- de 226 mil pesos por reembolso de capital de La Estancia, uno de los ranchos que han sido objeto de discusión en los medios. Fox declara también 267 mil 295 pesos por seguro de separación individualizado y 982 mil 417 pesos por intereses de dependientes y cónyuge. El ingreso total de la familia en el año es así de 5 millones 391 mil 64 pesos.
Éste es un ingreso importante para una familia mexicana, aunque no rivalice con el de los grandes empresarios de nuestro país. De hecho, es lo que obtendría en el año un alto ejecutivo de una empresa importante. No es imposible, supongo, haber hecho las remodelaciones de las propiedades de la familia con un ingreso de este monto, especialmente si el rancho La Estancia ya había sido adquirido con anterioridad.
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 26 de septiembre.
Hay información pública que sugiere que el rancho de San Cristóbal fue remodelado con fondos del Estado Mayor Presidencial o de la Presidencia de la República en 2001 antes de la visita del presidente estadounidense George W. Bush. No sé si esa remodelación de una propiedad privada con fondos públicos haya sido legal, aunque se me dice que sí lo es debido a que el predio se utilizaría para un acto de Estado, como la visita del presidente de la Unión Americana. Las declaraciones patrimoniales no nos permiten ver qué tanto valor añadieron esas obras a los predios de Fox.
La parte de activos de la declaración patrimonial no proporciona mucha información útil. Además de acciones de empresas e inversiones, Fox registra la propiedad de una casa y un terreno en Guanajuato, ambos adquiridos en 1995, así como de otro terreno, también en Guanajuato, comprado en 2004. Además, el documento incluye como propiedad de la cónyuge dos terrenos y una huerta en Guanajuato comprados en 1973, 1987 y 1993, un local también en ese estado adquirido en 1992 y una casa en Guanajuato que data de 2005. Además, la declaración reporta un terreno de un dependiente comprado en 1998. Fox registra a su cónyuge, Marta Sahagún Jiménez, y a Rodrigo Fox de la Concha como sus únicos dependientes.
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 26 de septiembre.
La declaración no ofrece información sobre el tamaño de los predios ni sobre su valor de adquisición, comercial o de avalúo. Tampoco los identifica. No sabemos, por ejemplo, si el rancho La Estancia está incluido. Sí se aclara, en cambio, el valor de inversiones en renta fija y en acciones.
Suponiendo que la información en la declaración patrimonial sea correcta, Fox pare- ce ser un hombre próspero; pero difícilmente se encuentra en las ligas de otros ex presidentes y de muchos políticos en funciones. Los predios que tiene son en su mayoría comprados antes de ser Presidente. Y las remodelaciones parecen congruentes con sus ingresos, especialmente si algunas fueron realizadas para la visita de Bush.
Sergio Sarmiento, “Jaque Mate”, Reforma, 26 de septiembre.
Fundar, Centro de Análisis e Investigación difundió este 2 de octubre un boletín con una útil disección de las declaraciones patrimoniales de Fox. La principal inconsistencia aparece en el remanente entre ingresos y egresos. Una parte de ese dinero lo tiene depositado en bancos pero Fox guarda silencio sobre el destino de casi 15 millones de pesos. ¿Sirvieron acaso para pagar lo que Lino Korrodi entregó a Fox cuando éste era candidato? ¿Los tiene en centenarios enterrados en algún rincón del rancho? ¿Compró divisas o abrió una cuenta en Suiza?
Según sus declaraciones, Fox sólo invirtió 4.8 millones en sus bienes inmuebles. ¿Con eso fue suficiente para remodelar residencias, hacer cabañas, plantar agaves, comprar vehículos, pagar personal, etcétera? ¿Por qué no explica cuántos donativos de empresarios, como el caso del Jeep rojo regalado por un empresario que accedió a petición de Marta con cuya fundación hacía negocios (El Universal, 2 de octubre)? Por otro lado, Fox dice haber gastado 5.3 millones en "manutención", lo cual resulta extraño porque nuestros presidentes tienen todos los gastos pagados. ¿Esos millones fueron acaso utilizados para vestir a Marta o mantener a algunos miembros de la familia? De haber sido el caso, ¿por qué reporta cero gasto en el 2002 y 2006?
Sergio Aguayo Quesada, Reforma, 3 de octubre.
Algunos resultados de las gestiones de Marta Sahagún fueron consignados en los informes financieros de la Fundación. A partir de ellos sabemos que Televisa fue el donante más espléndido, pero no el único. Entre 2002 y 2005 Vamos México recibió por lo menos 72 millones de pesos de esa televisora.
Tales estados financieros reflejan todas las contribuciones recibidas por Vamos México. El 4 de febrero de 2004 esta columna señalaba: “No aparecen, por ejemplo, las aportaciones a proyectos específicos que la Fundación recibió en 2002. Entre ellas se encuentran 19 millones de pesos para la donación de 50 autobuses o las cantidades aún indeterminadas que obtuvo para imprimir la discutida Guía de Padres de la que, según se dijo, fueron editados un millón 184 mil ejemplares”.
Entre 2001 y 2005, de acuerdo a sus documentos públicos, Vamos México recibió contribuciones por más de 497 millones de pesos. En ese lapso entregó donativos por 340 millones de pesos. No hay registro claro del destino que tuvieron los más de 157 millones de pesos de diferencia.
A los negocios políticos, sociales o de cualquier índole que la señora Sahagún haya realizado con su Fundación, habrá que añadir las dádivas no documentadas que pudo haberse procurado cuando su marido era presidente. Quizá ahora comiencen a conocerse otros episodios como el del jeep rojo que tan ufano manejaba el licenciado Fox.
Raúl Trejo Delarbre, “Sociedad y poder”, Crónica, 4 de octubre.
La sola lectura de las declaraciones que Fox se ufana haber presentado enciende la curiosidad. Estaba entregado de tiempo completo, como lo exige la función y lo hace suponer el sentido común, a sus labores presidenciales, por las que obtuvo una alta remuneración en efectivo y en especie y, sin embargo, parece que ganaba unos centavitos al margen de su competencia. En sus declaraciones de 2004 y 2005, por ejemplo, aparte de reportar su ingreso como Presidente, declaró que había recibido un total de más 3 millones de pesos "por servicios profesionales". Licenciado en administración como es, ¿atendía simultáneamente a su ejercicio en Los Pinos una consultoría en aquella materia? ¿O realizaba labores de gestoría o de otra naturaleza? Una cosa es cierta en medio de esas conjeturas: es seguro que ningún empresario pagó porque le fuera transmitida la experiencia de Fox como responsable de sus propios negocios y los de su familia, a los que llevó a la ruina. De la cual, por cierto, ya los rescató.
Miguel Ángel Granados Chapa, “Plaza Pública”, Reforma, 14 de octubre.
Las declaraciones de Fox presentan otro problema: su insuficiencia. No todo lo que posee está allí incluido. Sus automóviles, por ejemplo, están en ese caso. Un Jaguar blanco aparece a nombre de la señora Fox, pero no le enlistó en la parte correspondiente de los reportes oficiales sobre sus bienes. Un Hummer, que Fox maneja, no usa, como insiste en distinguir como si hubiera diferencia entre lo uno y lo otro, tiene un origen confuso. Los trámites de registro, incluido el de su ingreso al país, los hizo la Secretaría del Transporte del estado de México, cuando aún era gobernador Arturo Montiel. Andrés Manuel López Obrador ha informado que ese vehículo fue entregado a Fox ilegalmente tras haber sido asegurado en la aduana de Sonoyta, Sonora.
En cambio es claro el caso del Jeep rojo en que también se ostenta Fox. Fue un regalo aunque encubierto por una suerte de comodato, de préstamo de uso. Al empresario Luis Miguel Moreno Vélez la señora Fox confió que deseaba regalar a su esposo un vehículo como el que usaba el presidente Bush en su rancho texano, razón por la cual Fox lo desdeña ahora llamándolo "vaquero de parabrisas". Fox deseaba serlo también y cuando Moreno Vélez se enteró del propósito de la primera dama se portó como un caballero: él mismo regaló el vehículo. Se facturó a nombre de un tercero, pero el domicilio registrado es el de la Fundación Vamos México. Luego se supo que Moreno Vélez no fue generoso por nada, pues libró acusaciones de daño en propiedad ajena con la construcción de un centro comercial.
Miguel Ángel Granados Chapa, “Plaza Pública”, Reforma, 14 de octubre.
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