A decir de Carlos Rojas Magnon, el ex funcionario de la Presidencia de la República al que se le responsabilizó de la compra de toallas de 4 mil pesos y persianas de 70 mil como parte del menaje de las “cabañitas” que ocupaba el ex presidente Vicente Fox en la residencia oficial de Los Pinos, sí hubo un pacto entre éste y el actual presidente, Felipe Calderón.
Según ello, el ex titular del Ejecutivo no puede hablar contra el gobierno en el interior del país, aunque sí soltar la lengua en el extranjero.
Lo grotesco del asunto, frente a los reclamos del hombre que llegó con la bandera de combatir a tepocatas, víboras prietas y demás alimañas del México negro que remiten a sus declaraciones patrimoniales donde, jura, está transparentada íntegra su fortuna, es que en la última de ellas no aparece el rancho La Estancia, es decir, la prueba más clara de su enriquecimiento inexplicable.
Digamos que solito se apretó la soga al cuello
Alberto Barranco, “Empresa”, El Universal, 24 de septiembre.
Vicente Fox y Martha Sahagún sabían que tarde o temprano las mexicanas y los mexicanos, incluidos aquellos que el 2 de julio de 2000 votaron por el "cambio sin rumbo", iban a enterarse de la riqueza que acumularon, junto con sus parientes, en el sexenio que ambos gobernaron.
Sabían obviamente que uno de sus partners iba denunciarlos; que algunos de sus colaboradores y amigos, como Rodolfo Elizondo, quien en el actual gobierno se desempeña como secretario de Turismo; Xóchitl Gálvez y algunos más a quienes les hicieron favores, como Germancito, iban a salir en su defensa abierta o soterradamente; estaban conscientes de que la sociedad iba a calificarlos de corruptos, ladrones, pillos... que varios partidos de oposición iban a pedir que los enviaran a Reno, y que serían objeto de la burla y el escarnio. En fin, sabían todas las consecuencias, por lo que juntos decidieron diseñar y establecer una estrategia: abrir las puertas del rancho San Cristóbal para que "todo el mundo se enterara" cómo vivían, y pedirle al dirigente del PAN, Manuel Espino, que le consiguiera a Vicente un blindaje, aunque fuera ligero, en algún organismo internacional. El objetivo, según los observadores políticos objetivos, imparciales, enhiestos y erectos, es el siguiente: "Poner contra la pared" al presidente Felipe Calderón; tienes que defendernos, y si haces algo contra nosotros vas a echarte a la mitad del PAN, podría ser la interpretación del mensaje. O lo que es lo mismo, conseguir inmunidad no sólo para la parejita sino para toda la familia. ¡Cuánta perversidad de Chente! ¡Tan bueno que se veía! ¡Tan burro que parecía! Son algunas de las exclamaciones de la sociedad.
Luis Soto, “Agenda Confidencial”, El Financiero, 25 de septiembre.
Xóchitl Gálvez defendió a su ex jefe. Que él no es corrupto:
—No tiene ni para pagar a sus trabajadores.
¿De Marta? Que por ella no puede hablar…
Katia D’Artigues, “Campos Elíseos”, El Universal, 26 de septiembre.
Xóchitl Gálvez trató de defender a Vicente Fox de las acusaciones sobre corrupción que le han colgado diputados y senadores, pero lo más que logró decir es que era un hombre honrado, que no respondía por el protagonismo de su pareja y que andaba pidiendo apoyos para su centro de foxilandía. No tiene dinero el ex Presidente para pagar la nómina, o tal vez quiere que los “Amigos de Fox” continúen pagando sus cuentas. Por Marta no puede hablar, pero es la impulsora del capricho del ex Presidente.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 26 de septiembre.
Que una de las contadas personas que ha defendido a Vicente Fox es quien fuera encargada de atención a los pueblos indígenas en su gobierno, Xóchitl Gálvez.
Ayer no sólo dijo que mete las manos al fuego por la honestidad de Fox, “a menos de que los diputados me enseñen que tiene un Palacio en París”, sino que confesó que ha visto sufrir al ex presidente por falta de dinero.
Xóchitl, quien con su empresa se encarga de la instalación del aire acondicionado en el Centro Fox, reveló que el guanajuatense no tiene ni para pagar la raya:
“Vi el otro día cómo le pasaron una lista de pagos como de 70 mil pesos y le dijo a la contadora que sólo tenía 30 mil, así es que al que le debían seis, le pagaran tres, y al que le debían ocho, le pagaran cuatro”.
La propia Xóchitl dijo ser víctima de la falta de pagos, ya que la continuidad de la obra de aire acondicionado depende “del donativo de fulano, de mengano y de los cachitos”.
“Trascendió”, Milenio, 26 de septiembre.
Que PAN y PRD quieren “destruir la imagen” de Vicente Fox, ¡los muy oportunistas! Y que en las cuentas del ex mandatario “no hay absolutamente nada que ocultar” porque eso de riqueza ilícita es “un rumor, un linchamiento”, nacido “de la venganza, del odio, del resentimiento, del afán de destrucción”. Sí que estaba enojado Carlos Abascal ayer, pero… ¿tuvo una regresión?, ¿olvidó que es funcionario del PAN y no titular de la Segob?
“Frentes Políticos”, Excélsior, 26 de septiembre.
Hasta Rubén Aguilar, ex vocero presidencial, considera un error de los Fox haber mostrado en la revista Quién su casa en San Cristóbal. Está consciente de que eso no se debe hacer en un país con una pobreza alimentaria cifrada en millones de personas.
Pero aclara: "Lo que no me parece es este ‘juicio popular’ a cargo de los medios, con base en una información proporcionada por el propio (ex) Presidente, en sus declaraciones patrimoniales de todos los años".
El hombre asegura que, a partir de esa información, se han hecho una serie de conjeturas —que si es corrupto, que si hubo tráfico de influencias en los negocios— que no corresponden a la realidad.
Francisco Garfias, “Arsenal”, Excélsior, 26 de septiembre.
Por eso digo que hizo mal Xóchitl Gálvez al rematar su defensa de Fox (al que por su estilo de vida, frugal, morigerado, contenido y nada exhibicionista, bueno, prácticamente franciscana, apenas lo coloca arribita de la clase medio jodidona y media diría Chava Flores) con un: “Pero yo no meto las manos al fuego por nadie”. Y mala onda que declare que Fox está tan bruja que no tiene para pagar la raya de sus trabajadores. Sólo le faltó decir que iba a pedir el apoyo para adultos mayores del Peje. O Sea
Jairo Calixto Albarrán, “Política Cero”, El Universal, 27 de septiembre.
La exculpación oficial al ex Presidente —quien por lo visto no encuentra mejor manera de ocupar su ocio que hacer alarde de su cleptomanía y su verborrea— fue la clarinada para que salieran a defenderlo sus correligionarios y todo el aparato público, de Eduardo Sojo y Héctor Larios a Santiago Creel y Ramón Muñoz, pasando por Xóchitl Gálvez y los más conspicuos líderes del PAN.
De la mano de su cónyuge Marta Sahagún —a quien por cierto nadie, ni por equivocación, ha defendido del cúmulo de acusaciones que también resiente— Fox se fue contra las tablas por su propia iniciativa por más que ahora se queja de supuestos afanes de desprestigiarlo a base de datos falsos e historias fantasiosas.
Sin que nadie se lo pidiera, presumió de su rancho remodelado al parecer con dinero público, de los vehículos que allí tiene a su disposición y son símbolo de opulencia; de su centro de estudios financiado con dinero que a decir de su compinche Lino Korrodi proviene de empresarios ilegalmente favorecidos desde la Presidencia…
Aurelio Ramos Méndez, “Contraluz”, Crónica, 29 de septiembre.
Con un retraso en gratitud y lealtad (el reportaje en la revista Quién se publicó el 13 de septiembre), fue hasta el 28 de septiembre cuando los íntimos Ramón Muñoz y Santiago Creel, ahora senadores, salieron a decir que “meterían las manos al fuego” por Fox, pero no por Marta, su esposa, abandonándola en un ejercicio hipócrita, pues ella es inseparable de él, a partir de su operación como “la pareja presidencial”, donde no se sabía dónde empezaba la orden de uno y dónde la del otro.
Es decir, al defender a Fox y no a Marta, están culpando a los dos; defenderlo a él y no a ella es no defenderlo, al contrario, es acusarlo de una complicidad que delatan los defensores al abandonarla. Si dicen que Fox fue honesto y no dicen lo mismo de su esposa, es decirle deshonesto al ex presidente.
Porque a esos niveles los dos, pareja presidencial, son honestos, o no lo es ninguno. Así la jugaron, en binomio.
Hoy los quieren separar y hablan, los que callaron durante quince días, de “linchamiento”, pero marcan distancia de la señora Fox.
Joaquín López Dóriga, “En privado”, Milenio, 2 de octubre.
Muñoz, el más cercano, el número 2 de Los Pinos, sólo después de Marta, eludió el tema desde el 20 de septiembre al declarar: “No tengo nada que decir, yo sólo hablo de asuntos del Senado”; dos semanas más tarde, Creel, el candidato presidencial favorito de la pareja, salió de la mano con Muñoz, que ya tenía “algo que decir”, a la defensa de él, dejándola a ella a su suerte, mala o buena. Francisco Ramírez Acuña también ofreció sus manos al fuego, pero selectivamente, sólo por él.
Otro íntimo de aquellos Pinos, Eduardo Sojo, el secretario de Economía, huyó a la pregunta y Fernando Elizondo, su secretario de Energía y también senador, salió con que “no eran amigos, sólo conocidos”.
Esta discriminación, que es incriminación, retrata las lealtades declinantes de aquel primer círculo foxiano, pero también las dudas sobre Marta, en particular, el caso de sus hijos, y se resisten, so pena de arder, de meter las manos al fuego por ella, lo que significa no meterlas por él, por más que lo declaren.
Porque al defender a uno, Fox, y abandonar a la otra, Marta, condenan a ambos, la pareja presidencial.
Joaquín López Dóriga, “En privado”, Milenio, 2 de octubre.
Juan José Rodríguez Prats, un ex priista, pero ahora favorecido por el panismo, con mucha seriedad equipara el mandato de Vicente Fox con el de Benito Juárez y de Francisco I. Madero: no es una broma, el tabasqueño le atribuye al guanajuatense muchas cualidades y virtudes, cuando muchos lo califican de político ignorante, mediocre y mentiroso.
Se entiende que Rodríguez Prats sea un político agradecido, pero una comparación de tal magnitud no resiste el mínimo análisis. Si bien Fox derrotó al priismo, no fue un logro en solitario, muchas cosas y años pasaron, entre ellas, la actitud machacona de viejos panistas, y al mismo tiempo, la lucha que libraron decenas de líderes sociales de izquierda, y sobre todo, el hartazgo del pueblo. Fox definitivamente no fue “el Mesías” que todos esperaban ni tampoco tan buen presidente como aseguran los panistas.
Ubaldo Díaz, “Escenario Político”, Crónica, 12 de octubre.
Hace unos días, una reportera preguntaba al psicólogo de profesión y superasesor de la pasada administración, Ramón Muñoz, por qué no se había subido a la tribuna a defender al ex presidente Vicente Fox, ahora que todo mundo lo tundía, acusado de actos ilícitos, al no probar de dónde proviene su fortuna. El guanajuatense sólo respondió que él era “estratega” y que ahí terminaba su función.
Ubaldo Díaz, Escenario Político, Crónica, 18 de octubre.
Y A TODO ESTO, ¿que ya no tiene amigos Vicente Fox?
PORQUE justo ahora es cuando más necesita el ex Presidente un amigo que le diga, le haga ver, le explique que la está regando bien feo.
SE ENTIENDE que cuando estaba en Los Pinos nadie se atrevía a contradecir al mandatario debido al tradicional sistema de "lo-que-usted-diga-señor-presidente"... pero ahora Fox es un ciudadano y le urge que alguien lo oriente.
PORQUE él solito no ha podido o no ha querido leer el mensaje de la Comisión Legislativa para investigarlo -creada con el aval del PAN-, de los llamados de Gobernación a guardar silencio, de los constantes cuestionamientos a su familia política.
TAMPOCO parece haber tomado nota del derribamiento de su estatua en Veracruz ni de los reclamos porque se llevó archivos oficiales a su rancho ni, mucho menos, de que ya lo bajaron de la Hummer.
FOX INSISTE en cambio en construirse un espacio como ex Presidente según el modelo estadounidense, pero tampoco se da cuenta que su Revolution of Hope Tour terminó reventado ante las cámaras de televisión.
NO HAY DUDA: a Vicente Fox le urge un amigo que le diga la verdad... pero más le urge ¡hacerle caso!
Fray Bartolomé, “Templo Mayor”, Reforma, 19 de octubre.
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