Las transferencias gubernamentales a través de programas federales como Oportunidades, 70 y más, Empleo temporal o Liconsa contuvo el aumento de la cifra de pobreza en el país, pero no lograron que las familias superaran las carencias que los ubica en esa clasificación, según analizó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.
Aunque la población de Veracruz, Guanajuato, Oaxaca, Chihuahua y Tamaulipas es beneficiaria de al menos una decenas de programas, eso tampoco impidió que fueran los estados con el mayor porcentaje de aumento de personas en situación de pobreza. Incluso las tres primeras son de las 10 entidades con el padrón de beneficiarios más numeroso.
El Coneval analizó que si los mexicanos no recibieran transferencias gubernamentales hubieran sumado 53.5 millones de pobres y no 52 millones como se informó oficialmente. El impacto de los programas se observa, sobre todo, en el área rural donde hubiesen sido 18 millones y no 17 millones. En la zona urbana, en cambio, la diferencia sólo sería de 500 mil y la cifra hubiera llegado a 35.5 millones.
En la pobreza extrema la diferencia sería mayor y la cifra de 11.7 mexicanos que vive en miseria se podría haber disparado hasta los 13.4 millones de personas, si estos no hubieran recibido los apoyos de programas federales, según las proyecciones del Coneval.
Transferencias y siguen pobres
La Secretaría de Desarrollo Social está a cargo de 14 programas de apoyo federal para los mexicanos en situación de pobreza. De ellos, siete tienen que ver con alimentación, educación, vivienda y gasto familiar; éstos son justamente los indicadores tomados en cuenta para medir la pobreza en el país.
Se trata de Oportunidades, Liconsa (entrega de leche), Ayuda Alimentaria, 70 y más, Programa para el desarrollo de zonas prioritarias, Empleo Temporal y apoyo para avecindados en pobreza patrimonial y asentamientos irregulares. Las transferencias incluyen 500 pesos mensuales y hasta mil 500 pesos.
De acuerdo con el padrón nacional de beneficiarios de programas sociales de la Sedesol, el Estado de México es la entidad donde 85 por ciento de su población en situación de pobreza reciben ayuda de los esquemas de transferencia.
Tan sólo de estos siete programas, el Edomex tiene 5 mil 286 mil 192 inscritos. El mayor número en Liconsa (2 millones 514 mil 929 de personas) Oportunidades (2 millones 244 mil 887). Aún así, la pobreza pasó de 6.4 a 6.5 millones entre 2008 y 2010, lo que representa 42.9 por ciento de su población.
Veracruz es la entidad que reportó el mayor incremento en el número de personas en pobreza en los últimos dos años. Pasó de 3.9 millones a 4.5 millones de personas (58.3 por ciento de la población en el estado).
Este es el segundo con el mayor número de beneficiarios. De los nueve programas suman 3 millones 942 mil 181 personas. Prácticamente todos los que eran pobres en 2008, recibían algún tipo de ayuda, sobre todo de Oportunidades (3 millones 231 mil 293 habitantes).
Oaxaca es otra de las entidades que aumentó más en población pobre. Pasó de 2.3 millones a 2.5 millones de personas; es decir, 67.2 por ciento de su población no tienen lo suficiente para comprar una canasta básica y carecen de servicios.
Los beneficiarios suman 2 millones 651 mil personas. De ellos, 2 millones 151 mil reciben Oportunidades; 120 mil 376, Liconsa; 197 mil 543 ayuda alimentaria; 147 mil 578, 70 y más; 24 mil 822 afiliados a atención en zonas prioritarias; mil 723 lograron incluirse en el programa Empleo temporal y 845 por Pobreza patrimonial.
En Guanajuato hay un millón 300 mil beneficiarios de Oportunidades, 118 mil de ayuda alimentaria, 276 mil de Liconsa, 104 mil de 70 y más, nueve mil 545 de zonas prioritarias. En total, de los ocho programas suman 1 millón 897 mil 792 inscritos. La pobreza también aumentó y de 2.3 millones en 2008 pasó a 2.6 millones en 2010.
En Chihuahua, Tamaulipas y Baja California se tienen registrados 685 mil 935, 66 mil 344 y 17 mil 843, beneficiarios, respectivamente. La pobreza se incrementó de un millón a 1.3 millones en los primeros dos casos y de 800 mil a 1 millón en el tercero.
Paliativos
Araceli Damián, investigadora del Colegio de México, asegura que estos programas no pueden considerarse como una política social sino sólo “paliativo” que sólo evitan el incremento de la pobreza extrema.
“Existe una desvinculación de la política económica y social”, por lo que “no salen de la pobreza porque no hay condiciones. No hay empleo, no se apoya la educación de los adultos. (Los programas) sólo son paliativos que van evitando que haya bajas”.
La pobreza de algunas zonas no se puede superar con este tipo de programas porque se trata del “olvido y abandono ancestral” que impide el crecimiento de las comunidades más desfavorecidas.
En entrevista, consideró que el monto de las transferencias es mínimo y para aumentarlo se requeriría de inversiones elevadas. Más bien, dijo, el gobierno debería promover la actividad económica con trabajos que incluyan todas las prestaciones de ley.
En los últimos años, al querer competir por tener mano de obra barata, el gobierno permitió que los empleos fueran cada vez más carentes de las condiciones óptimas para el trabajador, lo que repercute en su calidad de vida.
Nayeli Roldán, Milenio, 1º de agosto.
Se contuvo pobreza
Escenarios de la crisis 2011 Medios México lunes, 1 de agosto de 2011 0 comentarios
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