NUEVA YORK.- Tras sostener que la inseguridad es el "mayor problema" que encaran México y Estados Unidos, el Presidente Felipe Calderón reclamó aquí la adopción de estrategias comunes para pensar en ganar la "guerra" contra el crimen organizado y el narcotráfico.
"Si queremos ganar esta guerra, tenemos que trabajar juntos, como socios", dijo anoche en una reunión con empresarios de la influyente Asociación de Política Exterior, ante quienes se dolió de que México esté pagando un "alto costo" por el consumo de drogas en Estados Unidos.
Calderón evitó referirse a los atentados del 15 de septiembre en Morelia, Michoacán, aunque su presentador hizo alusión al "narcoterrorismo" que su administración está encarando.
El Mandatario mexicano advirtió que los grupos internacionales que operan a lo largo de la frontera común dañan por igual a ambas naciones, "y el Gobierno norteamericano sabe que representan una amenaza a su seguridad nacional".
"Estamos enfrentando un problema común y necesitamos una solución común al problema; estamos luchando contra el crimen internacional y necesitamos estrategias internacionales para combatirlo, y pensar que la única manera de hacerlo es establecer estrategias y esfuerzos comunes", recalcó.
En el piso 20 de un salón iluminado por candilejas, Calderón abrió su visita a Nueva York con la cena que le ofrecieron los empresarios, que le impusieron una medalla. Allí estaban, entre otros, David m. Cote, presidente de Honeywell, y John Comroy, de Baker and McKenzie.
El Presidente se hizo acompañar de los secretarios de Hacienda y Crédito Público, Economía y Relaciones Exteriores, Agustín Carstens, Gerardo Ruiz Mateos y Patricia Espinosa, así como de su esposa, Margarita Zavala, que la víspera sostuvo una reunión con Laura Bush.
Tras el discurso que pronunció, la primera pregunta que recibió fue para saber "cómo se había roto" su brazo. Calderón rió y explicó que se había caído de la bicicleta. "Fue un mal día para el Presidente", deslizó.
Aunque de refilón, Calderón hizo mención a la reforma energética que se discute en el Congreso; sin embargo, pareció enfriar las expectativas de los comensales: siento desilusionarlos, dijo, pero Pemex es una empresa pública, y la reforma es para fortalecer su capacidad financiera y aumentar la producción.
De cara a las elecciones del 4 de noviembre, Calderón lamentó que en EU renazcan tendencias "proteccionistas" que puedan ir en contra, alertó, de la prosperidad de México.
"Si queremos ganar esta guerra, tenemos que trabajar juntos, como socios", dijo anoche en una reunión con empresarios de la influyente Asociación de Política Exterior, ante quienes se dolió de que México esté pagando un "alto costo" por el consumo de drogas en Estados Unidos.
Calderón evitó referirse a los atentados del 15 de septiembre en Morelia, Michoacán, aunque su presentador hizo alusión al "narcoterrorismo" que su administración está encarando.
El Mandatario mexicano advirtió que los grupos internacionales que operan a lo largo de la frontera común dañan por igual a ambas naciones, "y el Gobierno norteamericano sabe que representan una amenaza a su seguridad nacional".
"Estamos enfrentando un problema común y necesitamos una solución común al problema; estamos luchando contra el crimen internacional y necesitamos estrategias internacionales para combatirlo, y pensar que la única manera de hacerlo es establecer estrategias y esfuerzos comunes", recalcó.
En el piso 20 de un salón iluminado por candilejas, Calderón abrió su visita a Nueva York con la cena que le ofrecieron los empresarios, que le impusieron una medalla. Allí estaban, entre otros, David m. Cote, presidente de Honeywell, y John Comroy, de Baker and McKenzie.
El Presidente se hizo acompañar de los secretarios de Hacienda y Crédito Público, Economía y Relaciones Exteriores, Agustín Carstens, Gerardo Ruiz Mateos y Patricia Espinosa, así como de su esposa, Margarita Zavala, que la víspera sostuvo una reunión con Laura Bush.
Tras el discurso que pronunció, la primera pregunta que recibió fue para saber "cómo se había roto" su brazo. Calderón rió y explicó que se había caído de la bicicleta. "Fue un mal día para el Presidente", deslizó.
Aunque de refilón, Calderón hizo mención a la reforma energética que se discute en el Congreso; sin embargo, pareció enfriar las expectativas de los comensales: siento desilusionarlos, dijo, pero Pemex es una empresa pública, y la reforma es para fortalecer su capacidad financiera y aumentar la producción.
De cara a las elecciones del 4 de noviembre, Calderón lamentó que en EU renazcan tendencias "proteccionistas" que puedan ir en contra, alertó, de la prosperidad de México.
Mayolo López, enviado, Reforma, 24 de septiembre.
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