BOGOTÁ.- La presa Alexandra Amazo no oculta su nerviosismo mientras se ciñe un vistoso traje de fantasía, de lentejuelas y canutillo y espera a que le coloquen en su cabeza un tocado de bisutería con plumas verdes que combina con el vestido.
Participar en el concurso de belleza de Señorita Simpatía, celebrado la semana pasada , tiene especial significado para esta joven, una bogotana de 31 años de edad.
"Es importante porque uno aprende que las compañeras pueden confiar en una, que puede representarlas. Al principio, sí estaba un poquito nerviosa, pero es cuestión de manejarlo", acepta.
Amazo, quien purga dos años en prisión por inasistencia alimentaria, representa al Patio 4.
El resto de las concursantes, todas reclusas, llevan vestidos igual de vistosos. La del Patio 7 porta un traje con lentejuela plateada y azul y lleva un tocado en forma de delfín. Luce como una rival de peso.
La Plaza de Eventos de la cárcel para mujeres del Buen Pastor, en el oeste de Bogotá, es un hervidero.
Cientos de prisioneras esperan apiñonadas a las concursantes en torno a una pequeña pasarela instalada al centro de la plazoleta que las reclusas prefieren llamar Parque de la 93, en parodia a uno de los parques más exclusivos de la capital colombiana.
Un medallón gigante de la Virgen de la Merced, venerada por las reas, recuerda el motivo de los festejos: es el día dedicado a esta advocación.
Las espectadoras, a manera de porras, están agrupadas según el patio o pabellón al que pertenecen.
Las reclusas de los patios 5 y 7 agitan mechudos; las del 6, portan antifaces de carnaval, mientras las habitantes del patio 3 llevan sombreros vueltiaos, emblemáticos de Colombia, elaborados de cartón.
Del techo y las columnas de la plazoleta, cuelgan mantas y pancartas que identifican a cada patio y a su concursante. Globos multicolores, moños y serpentinas complementan la decoración.
La pasarela primero es ocupada por las contendientes por la corona de Señora Simpatía, una versión veterana del concurso, en que participan internas de la tercera edad.
Con su marcado contoneo, la representante del Patio 9, Carmen Guerra, es la que más aplausos recibe. Parece no importarle la edad para hacer gala de simpatía y derrochar coquetería.
"Se vive, se siente, el 9 está presente", grita su porra.
Notas de reggaeton animan el desfile de las candidatas de la primera parte del certamen, de la que Guerra es la triunfadora.
A continuación, vienen las concursantes jóvenes, desfilando con trajes de fantasía, en un derroche de luces y color.
Son seguidas, como intermedio, por tres integrantes de Los 50 de Joselito, grupo musical de tradición en Colombia, que ponen el ánimo del público por los cielos.
A continuación, el desfile en traje de gala y, finalmente, el veredicto, favorable para Amazo que, desde el comienzo era la contendiente más fuerte.
Evento sin par
El concurso de Señorita Simpatía es todo un acontecimiento en la prisión del Buen Pastor.
13 reas participaron en el certamen, 5 en la categoría para adultos mayores.
510 prisioneras en esta cárcel todavía no han recibido una condena.
1,273 mujeres se encuentran recluidas en total en este penal.
Participar en el concurso de belleza de Señorita Simpatía, celebrado la semana pasada , tiene especial significado para esta joven, una bogotana de 31 años de edad.
"Es importante porque uno aprende que las compañeras pueden confiar en una, que puede representarlas. Al principio, sí estaba un poquito nerviosa, pero es cuestión de manejarlo", acepta.
Amazo, quien purga dos años en prisión por inasistencia alimentaria, representa al Patio 4.
El resto de las concursantes, todas reclusas, llevan vestidos igual de vistosos. La del Patio 7 porta un traje con lentejuela plateada y azul y lleva un tocado en forma de delfín. Luce como una rival de peso.
La Plaza de Eventos de la cárcel para mujeres del Buen Pastor, en el oeste de Bogotá, es un hervidero.
Cientos de prisioneras esperan apiñonadas a las concursantes en torno a una pequeña pasarela instalada al centro de la plazoleta que las reclusas prefieren llamar Parque de la 93, en parodia a uno de los parques más exclusivos de la capital colombiana.
Un medallón gigante de la Virgen de la Merced, venerada por las reas, recuerda el motivo de los festejos: es el día dedicado a esta advocación.
Las espectadoras, a manera de porras, están agrupadas según el patio o pabellón al que pertenecen.
Las reclusas de los patios 5 y 7 agitan mechudos; las del 6, portan antifaces de carnaval, mientras las habitantes del patio 3 llevan sombreros vueltiaos, emblemáticos de Colombia, elaborados de cartón.
Del techo y las columnas de la plazoleta, cuelgan mantas y pancartas que identifican a cada patio y a su concursante. Globos multicolores, moños y serpentinas complementan la decoración.
La pasarela primero es ocupada por las contendientes por la corona de Señora Simpatía, una versión veterana del concurso, en que participan internas de la tercera edad.
Con su marcado contoneo, la representante del Patio 9, Carmen Guerra, es la que más aplausos recibe. Parece no importarle la edad para hacer gala de simpatía y derrochar coquetería.
"Se vive, se siente, el 9 está presente", grita su porra.
Notas de reggaeton animan el desfile de las candidatas de la primera parte del certamen, de la que Guerra es la triunfadora.
A continuación, vienen las concursantes jóvenes, desfilando con trajes de fantasía, en un derroche de luces y color.
Son seguidas, como intermedio, por tres integrantes de Los 50 de Joselito, grupo musical de tradición en Colombia, que ponen el ánimo del público por los cielos.
A continuación, el desfile en traje de gala y, finalmente, el veredicto, favorable para Amazo que, desde el comienzo era la contendiente más fuerte.
Evento sin par
El concurso de Señorita Simpatía es todo un acontecimiento en la prisión del Buen Pastor.
13 reas participaron en el certamen, 5 en la categoría para adultos mayores.
510 prisioneras en esta cárcel todavía no han recibido una condena.
1,273 mujeres se encuentran recluidas en total en este penal.
Octavio Pineda, corresponsal, Reforma, 29 de septiembre.
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