Empresarios de diversas ramas industriales y fiscalistas criticaron el programa económico para 2010 propuesto por el Gobierno, pues consideran que tendrá un impacto negativo tanto en las empresas como en el consumidor final.
Y es que advirtieron que la nueva ley de la Contribución para el Combate a la Pobreza, que busca aplicar un impuesto de 2 por ciento al consumo de cualquier bien o servicio, no plantea ningún mecanismo para asegurar que esos recursos lleguen a los programas de pobreza.
"¿Qué tan eficiente es el nuevo impuesto?... Mucho dependerá de si lo recaudado a este segmento, que es el más necesitado, se le regresa vía gasto una proporción mayor. Se requiere garantizar que exista un traslado eficiente de los recursos y que no se diluya en la administración de los recursos", comentó Juan Sherwell, director de la Maestría en Finanzas de la Escuela de Graduados en Alta Dirección del Tecnológico de Monterrey.
Para Iván Franco, catedrático del Instituto Autónomo de México, en el País nunca ha habido un esquema que refleje cómo se retribuyen los gravámenes.
"Antes de pensar en nuevos impuestos, el Gobierno debe revisar su política de gasto, porque es contradictorio gravar nuevos impuestos sin estar seguros hacia dónde van dirigidos.
"Incluso con el bache fiscal, los ingresos que actualmente tiene el Gobierno son suficientes para atacar la pobreza; el problema es que la opacidad en el gasto y la falta de mecanismos de gestión provocan ineficiencias", concluyó.
El Consejo Coordinador Empresarial pidió reciprocidad al Gobierno, pues dijo que al tiempo que se aplican nuevos impuestos al sector privado, también se deben eliminar privilegios a los trabajadores al servicio del Estado.
"Tendremos que ver realmente cuánto es el gasto público real que se va a reducir. Porque si simplemente vamos a desaparecer secretarías y se va a reasignar la misma estructura a otras (...) sería una cuestión cosmética", señaló Armando Paredes, presidente del organismo.
Para productores agropecuarios y representantes pecuarios, la aplicación del nuevo impuesto de 2 por ciento es un IVA disfrazado que pagará el consumidor.
"El 2 por ciento es un IVA disfrazado y que se trasladará al consumidor final, es un gravamen general que de manera artificial se convierte en un IVA a alimentos", dijo Carlos Salazar, secretario técnico de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México.
Reprueban especiales
Ronald Ridderbeekx, director de Asuntos Corporativos y Regulatorios de British American Tobacco México, dijo que aumentar en 80 centavos el impuesto especial a cigarros resulta agresivo y podría impactar en ventas y empleo.
Por su parte, Telmex, Telcel, Prodigy, Telefónica, Maxcom y la Canitec dijeron que esperarán la decisión del Congreso sobre gravar los servicios de telecomunicaciones con 4 por ciento.
Gustavo Cantú, vicepresidente de Nextel, dijo que presentará al Legislativo argumentos en contra de la iniciativa del Gobierno.
Y es que advirtieron que la nueva ley de la Contribución para el Combate a la Pobreza, que busca aplicar un impuesto de 2 por ciento al consumo de cualquier bien o servicio, no plantea ningún mecanismo para asegurar que esos recursos lleguen a los programas de pobreza.
"¿Qué tan eficiente es el nuevo impuesto?... Mucho dependerá de si lo recaudado a este segmento, que es el más necesitado, se le regresa vía gasto una proporción mayor. Se requiere garantizar que exista un traslado eficiente de los recursos y que no se diluya en la administración de los recursos", comentó Juan Sherwell, director de la Maestría en Finanzas de la Escuela de Graduados en Alta Dirección del Tecnológico de Monterrey.
Para Iván Franco, catedrático del Instituto Autónomo de México, en el País nunca ha habido un esquema que refleje cómo se retribuyen los gravámenes.
"Antes de pensar en nuevos impuestos, el Gobierno debe revisar su política de gasto, porque es contradictorio gravar nuevos impuestos sin estar seguros hacia dónde van dirigidos.
"Incluso con el bache fiscal, los ingresos que actualmente tiene el Gobierno son suficientes para atacar la pobreza; el problema es que la opacidad en el gasto y la falta de mecanismos de gestión provocan ineficiencias", concluyó.
El Consejo Coordinador Empresarial pidió reciprocidad al Gobierno, pues dijo que al tiempo que se aplican nuevos impuestos al sector privado, también se deben eliminar privilegios a los trabajadores al servicio del Estado.
"Tendremos que ver realmente cuánto es el gasto público real que se va a reducir. Porque si simplemente vamos a desaparecer secretarías y se va a reasignar la misma estructura a otras (...) sería una cuestión cosmética", señaló Armando Paredes, presidente del organismo.
Para productores agropecuarios y representantes pecuarios, la aplicación del nuevo impuesto de 2 por ciento es un IVA disfrazado que pagará el consumidor.
"El 2 por ciento es un IVA disfrazado y que se trasladará al consumidor final, es un gravamen general que de manera artificial se convierte en un IVA a alimentos", dijo Carlos Salazar, secretario técnico de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México.
Reprueban especiales
Ronald Ridderbeekx, director de Asuntos Corporativos y Regulatorios de British American Tobacco México, dijo que aumentar en 80 centavos el impuesto especial a cigarros resulta agresivo y podría impactar en ventas y empleo.
Por su parte, Telmex, Telcel, Prodigy, Telefónica, Maxcom y la Canitec dijeron que esperarán la decisión del Congreso sobre gravar los servicios de telecomunicaciones con 4 por ciento.
Gustavo Cantú, vicepresidente de Nextel, dijo que presentará al Legislativo argumentos en contra de la iniciativa del Gobierno.
Arturo Rivero, Verónica Gascón, Verónica Martínez y Lilia Chacón, Reforma, 10 de septiembre.
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