“No es un destape, ni es contra nadie”, aclara Ebrard al ser lanzado por tribus del PRD para 2012

Las principales tribus del PRD, excepto la bejaranista Izquierda Democrática, que respalda a Andrés Manuel López Obrador, anunciaron ayer una fusión ideológica para literalmente brindar desde ahora su apoyo al jefe de gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, rumbo a la candidatura presidencial de 2012.

Chuchos, amalios, quinteros, gastelums y otras corrientes perredistas, incluso antagónicas entre sí, se integraron en nuevo movimiento denominado “Demócratas de Izquierda”, que busca, según definió el ex líder nacional del PRD, Jesús Ortega, tener lista la mejor opción política para el país el año entrante.

Ortega explicó que este nuevo movimiento tiene como objetivo sacar al país del extravío en que se encuentra y meterlo a partir de 2012 en una ruta de progreso a través de dos propuestas principales:

Una visión renovada de la política, innovadora desde la izquierda, y una actuación dirigida a solucionar de raíz los problemas que enfrenta México, a fin de construir un futuro de certidumbre para la nación.

Ante cerca de dos mil 300 invitados congregados en el World Trade Center, entre quienes destacaban los gobernadores de Guerrero y Sinaloa, así como prácticamente todo el gabinete de Marcelo Ebrard —excepto Martí Batres y Benito Mirón—, además de intelectuales, académicos, artistas y deportistas, Ortega presentó en sociedad a esa nueva expresión que busca apuntalar la candidatura del Jefe de Gobierno capitalino.

Y entonces el ex dirigente nacional perredista dijo que el país se encuentra en una encrucijada política donde las alternativas son: “el retorno al pasado, que siempre resulta un fracaso; la continuidad estéril, que ya demostró no servir, y la polarización que sólo confronta y destruye”, alertó.

Pero hay otro camino, explicó, que tiene que ver con el aliento a la participación ciudadana y la convivencia en la legalidad, la justicia y la equidad; “un camino diferente para México, incluyente, que no discrimine y profundamente participativo”, dijo.

Luciano Franco, La Crónica, 1º de agosto.