Los mexicanos en Estados Unidos sufren un proceso precarización laboral, pues aún con el mismo nivel de preparación y horas trabajadas reciben menos paga que otros grupos, indicó Elaine Levine, académica del Centro de Investigaciones sobre América del Norte, de la UNAM.
Perciben un promedio de 27 mil dólares anuales, detalló, frente a 34 mil de los afrodescendientes y 48 mil de los blancos no hispanos.
Durante su participación en el seminario "Las políticas públicas ante los retos de la migración internacional en México", organizado por el Consejo Nacional de Población (Conapo), señaló que el 69.2 por ciento de los migrantes mexicanos en Estados Unidos son parte de Población Económicamente Activa.
"Estados Unidos está produciendo internamente nuevas generaciones de trabajadores latinos poco calificados que competirán con los futuros migrantes para los empleos poco calificados y mal pagados, acentuando así su marginalización", alertó.
Por su parte, Paz Trigueros Legarreta, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, advirtió que además de la baja percepción salarial, que aplica para los indocumentados y para quienes cuentan con permiso para trabajar, los mexicanos sufren innumerables violaciones laborales.
"El Departamento del Trabajo cuenta con muy pocos inspectores para supervisar que se cumplan los contratos firmados. Los trabajadores con visa H-2B (como jardineros o albañiles) están sujetos a la buena voluntad de los empleadores, además de que carecen de seguro social y bono de desempleo y les es casi imposible interponer demandas por las actitudes racistas de los jueces", apuntó.
A ello se agrega, dijo, que las empresas contratistas en ocasiones están coludidas con las autoridades.
"Los trabajadores mexicanos tienen quejas constantes en cuanto a los salarios, la falta de apoyo para vivienda, comida y servicios médicos, aún cuando viajan con visa laboral", indicó.
Remesas
El impacto de las remesas en la disminución de la pobreza en México es mínimo, sostuvo Alejandro Canales, académico de la Universidad de Guadalajara.
Del total de los hogares que reciben remesas, señaló, 64.3 por ciento por ciento permanece en un nivel de ingreso bajo.
"La remesa en cada hogar representa poco más de un salario mínimo, lo que es muy inferior a la remuneración media en México. Con esas magnitudes es muy poco lo que puede lograrse en términos de reducción de la pobreza y crecimiento del PIB", apuntó.
Perciben un promedio de 27 mil dólares anuales, detalló, frente a 34 mil de los afrodescendientes y 48 mil de los blancos no hispanos.
Durante su participación en el seminario "Las políticas públicas ante los retos de la migración internacional en México", organizado por el Consejo Nacional de Población (Conapo), señaló que el 69.2 por ciento de los migrantes mexicanos en Estados Unidos son parte de Población Económicamente Activa.
"Estados Unidos está produciendo internamente nuevas generaciones de trabajadores latinos poco calificados que competirán con los futuros migrantes para los empleos poco calificados y mal pagados, acentuando así su marginalización", alertó.
Por su parte, Paz Trigueros Legarreta, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, advirtió que además de la baja percepción salarial, que aplica para los indocumentados y para quienes cuentan con permiso para trabajar, los mexicanos sufren innumerables violaciones laborales.
"El Departamento del Trabajo cuenta con muy pocos inspectores para supervisar que se cumplan los contratos firmados. Los trabajadores con visa H-2B (como jardineros o albañiles) están sujetos a la buena voluntad de los empleadores, además de que carecen de seguro social y bono de desempleo y les es casi imposible interponer demandas por las actitudes racistas de los jueces", apuntó.
A ello se agrega, dijo, que las empresas contratistas en ocasiones están coludidas con las autoridades.
"Los trabajadores mexicanos tienen quejas constantes en cuanto a los salarios, la falta de apoyo para vivienda, comida y servicios médicos, aún cuando viajan con visa laboral", indicó.
Remesas
El impacto de las remesas en la disminución de la pobreza en México es mínimo, sostuvo Alejandro Canales, académico de la Universidad de Guadalajara.
Del total de los hogares que reciben remesas, señaló, 64.3 por ciento por ciento permanece en un nivel de ingreso bajo.
"La remesa en cada hogar representa poco más de un salario mínimo, lo que es muy inferior a la remuneración media en México. Con esas magnitudes es muy poco lo que puede lograrse en términos de reducción de la pobreza y crecimiento del PIB", apuntó.
Daniela Rea, Reforma, 23 de agosto.
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