La Secretaría de Hacienda mantiene en vilo al IFE a menos de dos meses de iniciar el proceso electoral 2008-2009.
La fecha comprometida por Agustín Carstens, titular de la dependencia, para responder a la solicitud de ampliación presupuestal fue el 31 de julio, a cuatro meses de recibirla formalmente, pero ahora la promesa cambió para “los primeros días de esta semana”.
Los escenarios de riesgo
La espera ha obligado a perfilar tres escenarios:
Una respuesta positiva para la solicitud de ampliación presupuestal por 796.9 millones de pesos, con arranque óptimo de las estrategias programadas.
El segundo escenario es la autorización de una cantidad significativamente menor, que modificaría radicalmente los planes, y finalmente la negativa a la petición.
En este último caso estaría “en verdadero riesgo” la viabilidad institucional, porque “el monto que solicitamos es irreductible, el piso mínimo indispensable para cumplir ‘decorosamente’ con las facultades derivadas de la reforma electoral”, advierten fuentes de alto nivel en el IFE.
En el escenario más pesimista, el Consejo General del IFE tendría que discutir y, en su caso, aprobar medidas extremas como emitir un pronunciamiento y dar vista al Congreso de la Unión frente a la negativa de la SHCP.
“Nos ha dejado más que claro que no nos va a dar todo”, informó entonces el consejero Benito Nacif, presidente de la Comisión de Seguimiento.
De no autorizar los recursos necesarios pondría en riesgo la aplicación efectiva de las disposiciones constitucionales y del Cofipe en el 2009, dijeron. Gómez fue más allá: “Si no hay sensibilidad de Hacienda, acudiremos ante su superior jerárquico”, o sea el presidente Felipe Calderón.
La fecha comprometida por Agustín Carstens, titular de la dependencia, para responder a la solicitud de ampliación presupuestal fue el 31 de julio, a cuatro meses de recibirla formalmente, pero ahora la promesa cambió para “los primeros días de esta semana”.
Los escenarios de riesgo
La espera ha obligado a perfilar tres escenarios:
Una respuesta positiva para la solicitud de ampliación presupuestal por 796.9 millones de pesos, con arranque óptimo de las estrategias programadas.
El segundo escenario es la autorización de una cantidad significativamente menor, que modificaría radicalmente los planes, y finalmente la negativa a la petición.
En este último caso estaría “en verdadero riesgo” la viabilidad institucional, porque “el monto que solicitamos es irreductible, el piso mínimo indispensable para cumplir ‘decorosamente’ con las facultades derivadas de la reforma electoral”, advierten fuentes de alto nivel en el IFE.
En el escenario más pesimista, el Consejo General del IFE tendría que discutir y, en su caso, aprobar medidas extremas como emitir un pronunciamiento y dar vista al Congreso de la Unión frente a la negativa de la SHCP.
“Nos ha dejado más que claro que no nos va a dar todo”, informó entonces el consejero Benito Nacif, presidente de la Comisión de Seguimiento.
De no autorizar los recursos necesarios pondría en riesgo la aplicación efectiva de las disposiciones constitucionales y del Cofipe en el 2009, dijeron. Gómez fue más allá: “Si no hay sensibilidad de Hacienda, acudiremos ante su superior jerárquico”, o sea el presidente Felipe Calderón.
Humberto Ortiz, El Economista, 4 de agosto.
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