La posibilidad de que el PRD pueda aliarse electoralmente con PRI y PAN, no desfigura ni rebaja la imagen del partido, aseguró su dirigente nacional, Guadalupe Acosta, al defender que se haya eliminado el candado que tenía el estatuto y en el que estaban expresamente prohibidas.
Sostuvo que de no haberse hecho esta modificación, se habría convertido en una camisa de fuerza para el partido.
“Tener un candado en materia de política de alianzas que impida analizar cualquier circunstancia es en verdad un problema que luego se convierte en una camisa de fuerza, que no le permite al partido actuar de la mejor manera para sus intereses en cada caso.”
Rechazó que la decisión tomada por mayoría en el Congreso Nacional del PRD signifique que hayan iniciado ya las pláticas con dirigentes de ambos partidos para comenzar la construcción de alianzas en algunos estados, y aclaró que éstas sólo sucederán “cuando la coyuntura y la sociedad lo impongan”.
Acosta se negó a asegurar si Andrés Manuel López Obrador salió derrotado con esta determinación, al señalar que “yo no lo vi votando” y, si esta nueva política en materia de alianzas no resulta conveniente, entonces otro Congreso Nacional deberá modificar la definición del PRD al respecto.
El líder desestimó la posibilidad de que esta determinación pueda afectar electoralmente al PRD y respondió a quienes consideran que ello le va a restar votos al partido que “no es un problema de estrategia, sino de táctica”.
Dijo que esta nueva política traerá beneficios al partido, en aquellas entidades en las que le convenga, y puso como ejemplo estados donde podrían ir juntos a los procesos electorales con el PRI, como Guanajuato y Jalisco, o con el PAN en el caso de Oaxaca, para vencer al priismo de Ulises Ruiz.
“No estamos solamente planteando con el PRI para enfrentar al PAN, sino en algunos casos como el de Ulises Ruiz, por ponerle un ejemplo u otros, Enrique Peña Nieto, cómo enfrentar a la maquinaria del PRI, cuando te dejan caer toda la operación del estado y del gobierno estatal.”
Acosta pidió que nadie dé por muerto al PRD para las elecciones presidenciales de 2012, al señalar que en 2003 el partido vivió una de sus peores crisis y se repuso hasta llegar a lo que fue en la contienda presidencial, pero sí admitió que es necesario que haya un cambio de imagen para atraer votos.
En su balance sobre el Congreso Nacional de este fin de semana, Acosta señaló que se rompió toda posibilidad de ruptura en el PRD, “existiendo diferencias evidentes y que no hay que negarlas, porque existen; hay que ver que hay puntos que nos unen y muestran que la izquierda mexicana puede participar con un mismo registro y el partido debe acostumbrarse a que vamos a participar en la pluralidad y en la diversidad, sin que nadie estorbe”.
En las primeras horas de este lunes se determinó posponer la conclusión del Congreso Nacional para el 11 de octubre, una vez que no se logró sacar una planilla de unidad con los 64 delegados que serán integrantes del Consejo Nacional.
Sostuvo que de no haberse hecho esta modificación, se habría convertido en una camisa de fuerza para el partido.
“Tener un candado en materia de política de alianzas que impida analizar cualquier circunstancia es en verdad un problema que luego se convierte en una camisa de fuerza, que no le permite al partido actuar de la mejor manera para sus intereses en cada caso.”
Rechazó que la decisión tomada por mayoría en el Congreso Nacional del PRD signifique que hayan iniciado ya las pláticas con dirigentes de ambos partidos para comenzar la construcción de alianzas en algunos estados, y aclaró que éstas sólo sucederán “cuando la coyuntura y la sociedad lo impongan”.
Acosta se negó a asegurar si Andrés Manuel López Obrador salió derrotado con esta determinación, al señalar que “yo no lo vi votando” y, si esta nueva política en materia de alianzas no resulta conveniente, entonces otro Congreso Nacional deberá modificar la definición del PRD al respecto.
El líder desestimó la posibilidad de que esta determinación pueda afectar electoralmente al PRD y respondió a quienes consideran que ello le va a restar votos al partido que “no es un problema de estrategia, sino de táctica”.
Dijo que esta nueva política traerá beneficios al partido, en aquellas entidades en las que le convenga, y puso como ejemplo estados donde podrían ir juntos a los procesos electorales con el PRI, como Guanajuato y Jalisco, o con el PAN en el caso de Oaxaca, para vencer al priismo de Ulises Ruiz.
“No estamos solamente planteando con el PRI para enfrentar al PAN, sino en algunos casos como el de Ulises Ruiz, por ponerle un ejemplo u otros, Enrique Peña Nieto, cómo enfrentar a la maquinaria del PRI, cuando te dejan caer toda la operación del estado y del gobierno estatal.”
Acosta pidió que nadie dé por muerto al PRD para las elecciones presidenciales de 2012, al señalar que en 2003 el partido vivió una de sus peores crisis y se repuso hasta llegar a lo que fue en la contienda presidencial, pero sí admitió que es necesario que haya un cambio de imagen para atraer votos.
En su balance sobre el Congreso Nacional de este fin de semana, Acosta señaló que se rompió toda posibilidad de ruptura en el PRD, “existiendo diferencias evidentes y que no hay que negarlas, porque existen; hay que ver que hay puntos que nos unen y muestran que la izquierda mexicana puede participar con un mismo registro y el partido debe acostumbrarse a que vamos a participar en la pluralidad y en la diversidad, sin que nadie estorbe”.
En las primeras horas de este lunes se determinó posponer la conclusión del Congreso Nacional para el 11 de octubre, una vez que no se logró sacar una planilla de unidad con los 64 delegados que serán integrantes del Consejo Nacional.
Liliana Padilla, Milenio, 23 de septiembre.
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