LA HABANA.— La histórica y bulliciosa Habana Vieja era la noche de este lunes un páramo en donde el silencio se mezclaba con el temor de que el ya no tan poderoso huracán Ike —categoría uno de la escala Saffir-Simpson— atravesara la capital cubana y castigara a muchos de los edificios derruidos por el tiempo.
Sólo algunas voces, principalmente de mujeres preocupadas por sus hijos, rompían de vez en vez el silencio con preguntas a algunos de los pocos transeúntes: “Oye, en qué categoría está este Ike”. La respuesta fue inmediata: “Ya lo noqueamos, está en categoría uno, muy débil no podrá ni levantar los guantes cuando llegue a La Habana”.
La respuesta no dejaba tranquila a Natalia o más bien no entendió el sentido de la respuesta. “Mira no sé lo que dices pero por lo pronto yo me encierro en mi casa”. En casi toda La Habana sus habitantes fueron dejando las calles al saber que el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil anunció pasar a la fase de “alerta ciclónica” en la capital y la provincia de La Habana por las perspectivas de trayectorias trazadas para Ike, el cual atravesará unos mil kilómetros de este a oeste del territorio de Cuba.
En la mañana del lunes toda La Habana era un trajinar de personas. En edificios del gobierno se desmantelaban oficinas; en empresas como la telefónica y de aviación no sólo cerraron sus oficinas sino además protegieron toda su estructura de vidrio; en cambio, la población trataba de hacerse de alimentos, agua y gasolina.
El susto para los cubanos no sólo provino del huracán. Entre la desesperación por llenar sus tanques de gasolina, los habitantes de la isla se encontraron con un aumento de 50% al combustible, lo que provocó una gran sorpresa entre los que vieron que era imposible llenar el tanque de sus automóviles.
Pero el mayor susto fue para los habitantes de la provincia Pinar del Río al conocer anoche que su territorio será golpeado por un segundo huracán en menos de nueve días. José Rubiera, del Instituto Nacional de Meteorología, confirmó que las rachas de vientos que han provocado fuertes marejadas con olas hasta de 10 metros en ambas costas dejará Cuba justamente por la región de Pinar del Río. De Maisí a Pinar del Río, de oriente a occidente, Ike se paseó por todas las provincias cubanas dejando una estela de destrucción de casas, afectó el sistema eléctrico, causó cuatro muertos (dos en Villa Clara, una en Camagüey y otra en Holguín) y provocó inundaciones en varias ciudades del interior como ,La Tunas.
El fenómeno meteorológico tocó tierra, casi a la media noche del domingo, cerca de Punta Lucrecia, Holguín, se internó en territorio cubano, atravesando primero el territorio holguinero y adentrándose después en el de Las Tunas, Camagüey, Ciego de Avila, Santi Espíritu, Cienfuegos Matanzas para, según los pronósticos, salir de la isla en la madrugada del miércoles por Pinar del Río.
Sorprende la cantidad e intensidad de la información que el gobierno cubano transmite a través de los medios de comunicación, principalmente radio y televisión, para alertar y prevenir a la población sobre el fenómeno. No es menor la sorprendente movilización que se realizó para evacuar en un tiempo récord a un millón 230 mil cubanos, entre ellos más de 10 mil turistas extranjeros.
Sólo algunas voces, principalmente de mujeres preocupadas por sus hijos, rompían de vez en vez el silencio con preguntas a algunos de los pocos transeúntes: “Oye, en qué categoría está este Ike”. La respuesta fue inmediata: “Ya lo noqueamos, está en categoría uno, muy débil no podrá ni levantar los guantes cuando llegue a La Habana”.
La respuesta no dejaba tranquila a Natalia o más bien no entendió el sentido de la respuesta. “Mira no sé lo que dices pero por lo pronto yo me encierro en mi casa”. En casi toda La Habana sus habitantes fueron dejando las calles al saber que el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil anunció pasar a la fase de “alerta ciclónica” en la capital y la provincia de La Habana por las perspectivas de trayectorias trazadas para Ike, el cual atravesará unos mil kilómetros de este a oeste del territorio de Cuba.
En la mañana del lunes toda La Habana era un trajinar de personas. En edificios del gobierno se desmantelaban oficinas; en empresas como la telefónica y de aviación no sólo cerraron sus oficinas sino además protegieron toda su estructura de vidrio; en cambio, la población trataba de hacerse de alimentos, agua y gasolina.
El susto para los cubanos no sólo provino del huracán. Entre la desesperación por llenar sus tanques de gasolina, los habitantes de la isla se encontraron con un aumento de 50% al combustible, lo que provocó una gran sorpresa entre los que vieron que era imposible llenar el tanque de sus automóviles.
Pero el mayor susto fue para los habitantes de la provincia Pinar del Río al conocer anoche que su territorio será golpeado por un segundo huracán en menos de nueve días. José Rubiera, del Instituto Nacional de Meteorología, confirmó que las rachas de vientos que han provocado fuertes marejadas con olas hasta de 10 metros en ambas costas dejará Cuba justamente por la región de Pinar del Río. De Maisí a Pinar del Río, de oriente a occidente, Ike se paseó por todas las provincias cubanas dejando una estela de destrucción de casas, afectó el sistema eléctrico, causó cuatro muertos (dos en Villa Clara, una en Camagüey y otra en Holguín) y provocó inundaciones en varias ciudades del interior como ,La Tunas.
El fenómeno meteorológico tocó tierra, casi a la media noche del domingo, cerca de Punta Lucrecia, Holguín, se internó en territorio cubano, atravesando primero el territorio holguinero y adentrándose después en el de Las Tunas, Camagüey, Ciego de Avila, Santi Espíritu, Cienfuegos Matanzas para, según los pronósticos, salir de la isla en la madrugada del miércoles por Pinar del Río.
Sorprende la cantidad e intensidad de la información que el gobierno cubano transmite a través de los medios de comunicación, principalmente radio y televisión, para alertar y prevenir a la población sobre el fenómeno. No es menor la sorprendente movilización que se realizó para evacuar en un tiempo récord a un millón 230 mil cubanos, entre ellos más de 10 mil turistas extranjeros.
Juan Balboa, corresponsal, El Universal, 9 de septiembre.
0 Responses to "Deja ‘Ike’ estela de destrucción en Cuba"
Publicar un comentario