Jerarcas de la Iglesia católica arremetieron ayer contra los ministros de la Suprema Corte, que la semana pasada declararon constitucional la despenalización del aborto en el DF.
El Cardenal Norberto Rivera Carrera señaló que por argumentos como los expresados por algunos ministros, "estamos como estamos".
Advirtió que a pesar de que se hagan marchas para reclamar seguridad y justicia, decisiones como la que tomó el máximo tribunal contribuyen a la descomposición social.
"En el nombre del Estado laico, algunos miembros de la Suprema Corte de la Justicia de la Nación han sentenciado que ni constitucionalmente, ni internacionalmente, existe un derecho como tal a la vida. No existe tal derecho.
"Otra ministra decía: la Constitución protege la vida, no hay duda, pero la protege de la autoridad, no de la situación de los particulares.
"Por eso estamos como estamos, aunque hagamos marchas, aunque denunciemos", expresó el Arzobispo Primado de México.
En su homilía dominical, lamentó que la sociedad mexicana se encuentre "atrincherada en su egoísmo", lo que provoca, dijo, que no se respete la vida.
"Qué decir de quienes no se detienen ante los derechos más elementales de las personas y actúan sin escrúpulos, algunos sólo movidos por el éxito económico y social y el ansia de poder", agregó.
En el semanario "Desde la Fe" cuestionó en su editorial la labor de los ministros, y calificó de aberración jurídica decir que la Constitución no tutela el derecho a la vida, en referencia a una parte del argumento de la ministra Margarita Luna.
"Por supuesto que la Constitución protege la vida, nadie tiene la menor duda. Pero la protege respecto de la actuación de las autoridades, no de los particulares", dijo la ministra durante la sesión del pasado miércoles.
Según el editorial, el fallo sienta un precedente para que más adelante se busque legalizar la eutanasia.
José Guadalupe Martín Rábago, Arzobispo de León, advirtió que pese al fallo de los ministros, el acto en cuestión sigue siendo inmoral.
"El dictamen de la Suprema Corte no quita la inmoralidad del aborto, en todo caso esto significa que las personas que practican el aborto no hacen un acto ilegal, pero no quiere decir que hagan un acto moral.
"Puede ser que efectivamente alguna persona, quizá muchas, no lo sé, practiquen el aborto; entonces hay una responsabilidad moral", indicó.
Por su parte, Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Monterrey, afirmó que declarar constitucional el aborto es un acto que va contra la democracia.
"Se quiere llevar a México a la democracia como un estado maduro de la sociedad, pero cometiendo un acto que va contra toda democracia: el seleccionar, el discriminar y el desproteger a los más desamparados. Esto va contra toda democracia", indicó en entrevista.
Al término de su homilía dominical, señaló que legisladores y gobernantes no escuchan "las voces de la propia sociedad, a la que están llamados a servir".
"No puede haber modernización sin el respeto a las garantías de las personas, especialmente a la garantía fundamental que es la vida.
"En todo hay una contradicción. Hay una voz muy fuerte de la sociedad como tal. Es un País mayoritariamente católico y no se quiere oír esa voz", apuntó.
El Cardenal Norberto Rivera Carrera señaló que por argumentos como los expresados por algunos ministros, "estamos como estamos".
Advirtió que a pesar de que se hagan marchas para reclamar seguridad y justicia, decisiones como la que tomó el máximo tribunal contribuyen a la descomposición social.
"En el nombre del Estado laico, algunos miembros de la Suprema Corte de la Justicia de la Nación han sentenciado que ni constitucionalmente, ni internacionalmente, existe un derecho como tal a la vida. No existe tal derecho.
"Otra ministra decía: la Constitución protege la vida, no hay duda, pero la protege de la autoridad, no de la situación de los particulares.
"Por eso estamos como estamos, aunque hagamos marchas, aunque denunciemos", expresó el Arzobispo Primado de México.
En su homilía dominical, lamentó que la sociedad mexicana se encuentre "atrincherada en su egoísmo", lo que provoca, dijo, que no se respete la vida.
"Qué decir de quienes no se detienen ante los derechos más elementales de las personas y actúan sin escrúpulos, algunos sólo movidos por el éxito económico y social y el ansia de poder", agregó.
En el semanario "Desde la Fe" cuestionó en su editorial la labor de los ministros, y calificó de aberración jurídica decir que la Constitución no tutela el derecho a la vida, en referencia a una parte del argumento de la ministra Margarita Luna.
"Por supuesto que la Constitución protege la vida, nadie tiene la menor duda. Pero la protege respecto de la actuación de las autoridades, no de los particulares", dijo la ministra durante la sesión del pasado miércoles.
Según el editorial, el fallo sienta un precedente para que más adelante se busque legalizar la eutanasia.
José Guadalupe Martín Rábago, Arzobispo de León, advirtió que pese al fallo de los ministros, el acto en cuestión sigue siendo inmoral.
"El dictamen de la Suprema Corte no quita la inmoralidad del aborto, en todo caso esto significa que las personas que practican el aborto no hacen un acto ilegal, pero no quiere decir que hagan un acto moral.
"Puede ser que efectivamente alguna persona, quizá muchas, no lo sé, practiquen el aborto; entonces hay una responsabilidad moral", indicó.
Por su parte, Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Monterrey, afirmó que declarar constitucional el aborto es un acto que va contra la democracia.
"Se quiere llevar a México a la democracia como un estado maduro de la sociedad, pero cometiendo un acto que va contra toda democracia: el seleccionar, el discriminar y el desproteger a los más desamparados. Esto va contra toda democracia", indicó en entrevista.
Al término de su homilía dominical, señaló que legisladores y gobernantes no escuchan "las voces de la propia sociedad, a la que están llamados a servir".
"No puede haber modernización sin el respeto a las garantías de las personas, especialmente a la garantía fundamental que es la vida.
"En todo hay una contradicción. Hay una voz muy fuerte de la sociedad como tal. Es un País mayoritariamente católico y no se quiere oír esa voz", apuntó.
Alma Paola Wong, Jorge Escalante y Paulo Alvarado, Reforma, 1° de septiembre.
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