Faltan 16 días para que arranque el proceso comicial 2008-2009 y el consejero presidente del IFE, Leonardo Valdés Zurita, quiere ponerlo en claro de una vez: “No hay espacio para que los partidos políticos presionen a la autoridad electoral. No le podemos fallar al pueblo de México”.
El Consejo General de la institución, advierte, actuará para aplicar la ley, “les guste o no, porque nosotros tenemos la responsabilidad de votar las decisiones y tenemos la convicción de que nuestro compromiso es con la legalidad”.
Asume esta nueva etapa como un “laboratorio” para poner en marcha y bajo riguroso examen la reforma electoral, y prevé que del éxito del Instituto Federal Electoral el año entrante depende el desarrollo del proceso 2012.
“Entendemos que si logramos remontar esta prueba y logramos elecciones equitativas, transparentes, podremos tener campañas enfocadas no en las minucias del proceso, no en el debate acerca de si se cuentan correctamente o no los votos, sino en los grandes problemas del país que no pueden esperar y tienen que ser resueltos”, puntualiza.
En lugar de discutir sobre la norma electoral o la actuación del árbitro, reflexiona, mejor hacerlo acerca de cómo serán solucionadas las dificultades sociales, económicas, de empleo, educación, de construcción de una economía fuerte, una distribución más equitativa de la riqueza, mayor acceso de los ciudadanos a la seguridad social.
Mira hacia delante y resume: los comicios del 2012 tienen que ser el escenario en el que los actores políticos le expresen a la ciudadanía cuáles son sus propuestas y donde el IFE sea un actor discreto que aplica las reglas con cuidado, con sobriedad, y, sobre todo, que es respetado por los contendientes para que al final del día los resultados también sean respetados.
“Y que quien gane se dedique a gobernar y quien pierda se dedique a fortalecer su propuestas para tener la oportunidad de ganar a futuro. Así es la democracia. Nada más, pero nada menos. Y la democracia, cuando funciona así, garantiza la paz social”, remarca ante El Economista.
El IFE está en renovación estructural
Uno de los grandes retos para el Instituto Federal Electoral es que las fuerzas políticas se inconformen menos con sus resoluciones, afirma, pero sin que esto quiera decir que “sea condescendiente con ellas” o “que haga lo que le dicten”.
Tan no es indulgente con los partidos que, ejemplifica, con cierta frecuencia acuden al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) a impugnar las decisiones de la autoridad, pero particularmente por las fuertes multas que reciben y a nadie gustan.
Valdés Zurita es espléndido y preciso en sus respuestas. La entrevista, celebrada al cabo de una comida con directivos de este periódico, nos define los retos del IFE en un momento de renovación estructural de sus atribuciones y responsabilidades.
Los enmarca en tres terrenos: organizar elecciones de calidad, administrar los tiempos en radio y televisión con un nuevo modelo de comunicación y de competencia política, y hacer una correcta fiscalización del uso de los recursos públicos de los partidos políticos para dar certeza a la sociedad de que el dinero que aportamos con nuestros impuestos es adecuadamente utilizado.
Del primer desafío, sostiene que el IFE ya lo conoce y lo ha llevado a buen puerto en las elecciones federales desde 1991 a la fecha, en una operación en manos de la estructura desconcentrada del Instituto. Las 300 juntas distritales organizan los comicios con enorme experiencia, gran compromiso y honestidad.
Respecto del segundo compromiso, considera que no es exagerado decir que esta elección será organizada por un nuevo IFE, no solamente porque cambiaron consejeros, sino fundamentalmente por sus 53 nuevas facultades que se traducen en miles de reacciones y actividades.
Se congratula de la presencia de los partidos en medios electrónicos y que ahora no tenga nada que ver con su capacidad económica, porque el nuevo modelo faculta al Instituto para administrar los tiempos de campaña en radio y televisión.
Pide no atentar contra la equidad
El buen comportamiento de los funcionarios será fundamental en el proceso electoral en puerta. Pueden ser, en algún momento, fiel de la balanza en la contienda.
Por ello, hace un llamado a los gobernantes de los niveles federal, estatal y municipal para que “reflexionen acerca del significado, el espíritu y la letra” del Artículo 134 constitucional y se abstengan de llevar a cabo conductas que violen una norma que tiene un claro mensaje para la equidad en la competencia entre candidatos y partidos.
“Cuando un servidor público obtiene el beneficio de la promoción personalizada y se presenta como candidato y sus adversarios no gozaron del privilegio de haber promovido su imagen con el uso de recursos públicos, atenta contra la equidad”, insiste.
El Consejo General de la institución, advierte, actuará para aplicar la ley, “les guste o no, porque nosotros tenemos la responsabilidad de votar las decisiones y tenemos la convicción de que nuestro compromiso es con la legalidad”.
Asume esta nueva etapa como un “laboratorio” para poner en marcha y bajo riguroso examen la reforma electoral, y prevé que del éxito del Instituto Federal Electoral el año entrante depende el desarrollo del proceso 2012.
“Entendemos que si logramos remontar esta prueba y logramos elecciones equitativas, transparentes, podremos tener campañas enfocadas no en las minucias del proceso, no en el debate acerca de si se cuentan correctamente o no los votos, sino en los grandes problemas del país que no pueden esperar y tienen que ser resueltos”, puntualiza.
En lugar de discutir sobre la norma electoral o la actuación del árbitro, reflexiona, mejor hacerlo acerca de cómo serán solucionadas las dificultades sociales, económicas, de empleo, educación, de construcción de una economía fuerte, una distribución más equitativa de la riqueza, mayor acceso de los ciudadanos a la seguridad social.
Mira hacia delante y resume: los comicios del 2012 tienen que ser el escenario en el que los actores políticos le expresen a la ciudadanía cuáles son sus propuestas y donde el IFE sea un actor discreto que aplica las reglas con cuidado, con sobriedad, y, sobre todo, que es respetado por los contendientes para que al final del día los resultados también sean respetados.
“Y que quien gane se dedique a gobernar y quien pierda se dedique a fortalecer su propuestas para tener la oportunidad de ganar a futuro. Así es la democracia. Nada más, pero nada menos. Y la democracia, cuando funciona así, garantiza la paz social”, remarca ante El Economista.
El IFE está en renovación estructural
Uno de los grandes retos para el Instituto Federal Electoral es que las fuerzas políticas se inconformen menos con sus resoluciones, afirma, pero sin que esto quiera decir que “sea condescendiente con ellas” o “que haga lo que le dicten”.
Tan no es indulgente con los partidos que, ejemplifica, con cierta frecuencia acuden al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) a impugnar las decisiones de la autoridad, pero particularmente por las fuertes multas que reciben y a nadie gustan.
Valdés Zurita es espléndido y preciso en sus respuestas. La entrevista, celebrada al cabo de una comida con directivos de este periódico, nos define los retos del IFE en un momento de renovación estructural de sus atribuciones y responsabilidades.
Los enmarca en tres terrenos: organizar elecciones de calidad, administrar los tiempos en radio y televisión con un nuevo modelo de comunicación y de competencia política, y hacer una correcta fiscalización del uso de los recursos públicos de los partidos políticos para dar certeza a la sociedad de que el dinero que aportamos con nuestros impuestos es adecuadamente utilizado.
Del primer desafío, sostiene que el IFE ya lo conoce y lo ha llevado a buen puerto en las elecciones federales desde 1991 a la fecha, en una operación en manos de la estructura desconcentrada del Instituto. Las 300 juntas distritales organizan los comicios con enorme experiencia, gran compromiso y honestidad.
Respecto del segundo compromiso, considera que no es exagerado decir que esta elección será organizada por un nuevo IFE, no solamente porque cambiaron consejeros, sino fundamentalmente por sus 53 nuevas facultades que se traducen en miles de reacciones y actividades.
Se congratula de la presencia de los partidos en medios electrónicos y que ahora no tenga nada que ver con su capacidad económica, porque el nuevo modelo faculta al Instituto para administrar los tiempos de campaña en radio y televisión.
Pide no atentar contra la equidad
El buen comportamiento de los funcionarios será fundamental en el proceso electoral en puerta. Pueden ser, en algún momento, fiel de la balanza en la contienda.
Por ello, hace un llamado a los gobernantes de los niveles federal, estatal y municipal para que “reflexionen acerca del significado, el espíritu y la letra” del Artículo 134 constitucional y se abstengan de llevar a cabo conductas que violen una norma que tiene un claro mensaje para la equidad en la competencia entre candidatos y partidos.
“Cuando un servidor público obtiene el beneficio de la promoción personalizada y se presenta como candidato y sus adversarios no gozaron del privilegio de haber promovido su imagen con el uso de recursos públicos, atenta contra la equidad”, insiste.
Humberto Ortiz, El Economista, 17 de septiembre.
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