“Los mandan al matadero”, acusa deudos ante Calderón

“Sin armas para enfrentar a la delincuencia los mandan atados de manos, directo al matadero, esa es la verdad”, denunció la hermana de un policía federal —muerto en Guerrero hace unos meses—, al exponer las irregularidades e injusticias que viven como familiares de miembros de esa corporación.
Al término de la ceremonia de ascensos y reconocimientos entregados a más de 2 mil elementos, realizada en el Centro de Mando de la Policía Federal, el presidente Felipe Calderón escuchó las quejas de las viudas y familiares y se comprometió “a tomar cartas en el asunto”.
Por lo pronto, en su discurso instruyó: “Al secretario de Seguridad Pública y al gabinete de seguridad para que tomen las medidas pertinentes, a fin de que se garantice que para estos niños y los hijos de los policías federales caídos no les falte ni casa, ni sustento, ni escuela, ni apoyo económico para salir adelante”.
No obstante, el discurso no pareció satisfacer a las viudas y a los familiares de los policías caídos en el cumplimiento de su deber, y una vez que lo plantearon al Presidente, cuando éste abandonaba las instalaciones, las mujeres hablaron ante los medios para exponer sus quejas.
Ivonne Ramos Martínez —viuda y hermana de miembros de la policía federal—, se quejó contra el reglamento de esta corporación, “porque es anticonstitucional. Son juez y parte al mismo tiempo las autoridades. Hay muchas incongruencias. Aunque nos sentimos orgullosos, lamentablemente nos da tanta tristeza e impotencia el no ser apoyados”.
Denunció que en cuestión de seguros de la corporación hay muchas negligencias. “Necesitamos —dijo— que revoquen esta situación, que chequen expedientes, porque no se nos hace justo que después de que dan la vida nuestros oficiales, nos quedemos las familias indefensas. Pedimos justicia, que revisen lo que les corresponde”.
Con la voz cortada y a punto de las lágrimas, la mujer refirió que entre las irregularidades está la falta de apoyos y citó el caso de su esposo, quien falleció el pasado 11 de agosto. “Era jefe de grupo con un promedio de 9.8 en sus calificaciones para el ascenso. Era un policía ejemplar, no tenía ninguna incidencia. Fui con el señor Facundo Rosas (subsecretario de Estrategia e Inteligencia Policial de la SSP) a decirle que a mi esposo le faltaba un mes cuando falleció en cumplimiento de su deber, que por favor le diera el grado que le correspondía, porque acababa de terminar el curso. Y me dijo que, emotivamente lo tenía, pero que administrativamente, no”.
Otra señora, Guadalupe Muñoz Guijarro, se acercó al titular de la SSP, Genaro García Luna, para pedirle por su hermano, José Óscar, quien está en la cárcel porque en un enfrentamiento hirió a un delincuente y como éste murió, él está preso desde diciembre a la fecha, “pero él cumplía con su deber”, refirió.
De su esposo fallecido, Juan Alberto Ramos Martínez, de 31 años, dijo que luchó mucho por la corporación y sin embargo, “no me dieron el seguro completo, sólo 40 meses, cuando estaba asegurado por 108”, se lamentó.
Para Mario Campos, familiar de un miembro de la Policía Federal, la situación es compleja: “Cómo quieren una policía que garantice la seguridad del pueblo si no hay garantías para con ellos mismos. Por eso le pedimos al señor Presidente que intervenga ante estas circunstancias. No es justo, manifestó.

Cecilia Téllez Cortés, Crónica, 9 de septiembre.