Muy grande, el reto en materia de seguridad pública

Marcelo Ebrard Casaubon proclama al Distrito Federal como la ciudad “más liberal y abierta de todo el continente”; con la mayor inversión del país en programas sociales mediante los cuales se sostiene un tipo de relación con la gente que no tienen otros gobiernos, y un plan de desarrollo con el que se derrumba el “mito”, creado por la derecha, de que la izquierda que dirige la capital está en contra de la inversión privada.

Acontecimientos como el de la discoteca News Divine –que definió como “la antipolítica” de su gestión en materia de atención a los jóvenes–, así como el secuestro y homicidio de Fernando Martí Haik, son una realidad de la que su gobierno se ha hecho cargo, encarando, sin ocultar información, sin actuar con ligereza, ni con el ánimo de simplemente salir del paso.

Advierte, sin embargo, que en materia de seguridad pública tiene un reto muy grande, particularmente en lograr los cambios que planteó para las corporaciones policiacas y el Ministerio Público en las 20 Acciones por la Ciudad, del Frente Común Contra la Delincuencia, porque allí “siempre se van a enfrentar resistencias”.

En entrevista con La Jornada, en sus oficinas de la calle Alfonso Reyes, en la colonia Condesa, el mandatario hace un rápido diagnóstico de la ciudad a casi dos años de que asumió el cargo: primer lugar nacional en transparencia; primer lugar en competitividad; la entidad con la mayor inversión pública en programas sociales y la única con un plan de acción climática en marcha.

Recuperación de espacios
A esto añade un avance significativo en la recuperación de espacios públicos, particularmente en el Centro Histórico, a pesar de la complejidad tan grande que tiene, y que debe ampliarse a otros puntos de la ciudad; las ventajas de su programa de transporte público por el impacto que tiene en la calidad de vida de un importante segmento de la población, y adelanta que en aproximadamente un mes se iniciará la construcción de las primeras cuatro “macroestaciones del Metro”, conocidas actualmente como Cetram (Centros de Transferencia Modal), asociado con los empresarios Carlos Slim, Moisés Saba, Antonio Chedraui y David Serur.

Pero se detiene al introducir el tema de la seguridad pública, como una de las principales preocupaciones por resolver: “vamos a tener que hacer un esfuerzo muy grande en seguridad”.

“Hay que hacer una transformación de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal como institución, yo creo que es el reto más grande. Institucionalizar las iniciativas que se han generado en la ciudad respecto de la supervisión y control ciudadanos en la seguridad, me refiero al Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Procuración de Justicia, a la evaluación ciudadana de los policías que está en curso, al Observatorio Ciudadano que propuso el gobierno de la ciudad”.

Y destaca el tema que introdujo en la reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública el 21 de agosto pasado: adoptar a toda una generación de jóvenes de entre 12 y 21 años en todo el país, cada vez más excluidos del sistema educativo y del empleo formal ante el estancamiento de la capacidad de respuesta de la infraestructura pública de educación media superior y superior.

“Es uno de los fenómenos de exclusión más importantes hoy porque de manera silenciosa va dejando sin lugar en la sociedad a toda una generación y no es difícil suponer que esto nos va a llevar a problemas mayores, además de la injusticia muy grande que esto significa”.

En el caso del Distrito Federal, dice que hay unos 300 mil niños y jóvenes para los cuales es necesario conseguir recursos federales, por el orden de mil 500 millones de pesos anuales, para complementar el esfuerzo que realiza su administración con el programa de becas para estudiantes de bachillerato Prepa sí, pero también será necesario crear programas específicos “a la medida” de quienes ya enfrentan una situación de exclusión.

Ebrard anticipa que en el debate que sostendrá hoy con los diputados locales, cuando rinda su segundo Informe de gobierno, el tema de la inseguridad estará en la ofensiva de la oposición, “todo tiene su dimensión política”, y particularmente de la fracción parlamentaria del PAN. “Si ellos tienen una estrategia mejor, pues que la presenten”, reta, y pide no perder de vista que la oportunidad la han tenido “porque están en el gobierno federal”.

Asume sin embargo que en esta materia lo ideal es tener un acuerdo con todas las fuerzas políticas. Recuerda que el gobierno federal ha recogido propuestas de su administración como la extinción de dominio sobre los bienes asociados a actividades delictivas; “en el tema de seguridad seguiremos actuando de manera responsable, no nos interesa crear una situación de tensión o conflicto con el gobierno federal”.

Dos casos lamentables
En poco más de 30 minutos, el gobernante de la ciudad responde a cada pregunta y sólo se impacienta cuando el tema del caso Martí sale una y otra vez en la entrevista: “es que todo es el caso Martí”, reclama, y rehúsa también hacer una evaluación sobre las acciones que tomó su gobierno tras la tragedia del News Divine, ambos casos muy graves y lamentables en lo que va de su gestión, reconoce.

“Lo encaramos, lo enfrentamos e implementamos las políticas en las que creemos. Eso es lo que tiene que hacer el gobierno. Ahora, respecto a la evaluación, eso sí no creo que corresponda al jefe de Gobierno hacerla”, se excusa del caso de la discoteca en donde perdieron la vida 12 personas durante un operativo de verificación.

Lo que sí deja en claro, contra lo señalado por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, es que su gobierno tuviera una política de criminalización hacia los jóvenes. “No hay que confundir una cosa con la otra, ese operativo estuvo mal de principio a fin. Allí lo que hay es una cadena de errores del mando, quienes estuvieron al frente tomaron decisiones verdaderamente estúpidas, esa no es una política, esa fue una estupidez, pero no una política del gobierno de la ciudad”, puntualiza.

Por ello lo define así, con una sola palabra: la “antipolítica”, que contradice todo lo que como gobierno ha venido desarrollando para dar atención a este sector de la población.

–¿El caso News Divine es la antipolítica, y el de Martí qué sería? –se le pregunta.

–Es un caso muy lamentable, es un secuestro con un desenlace terrible y a mí me parece que además del secuestro, todo lo que conocemos nos dice que hay que tomar muchas acciones. Hay que garantizar que no queden impunes, sea el caso Martí o cualquier otro, eso no se puede permitir.

Y descarta por completo cualquier posibilidad de fracaso en la investigación de la PGJDF contra Sergio Ortiz Juárez, El Apá, y los demás presuntos integrantes de la banda La Flor, por el secuestro y homicidio del hijo del empresario Alejandro Martí García.

Otro tema en el que, se le advierte, podría ser cuestionado por Acción Nacional hoy, es el de los proyectos de inversión en infraestructura pública en asociación con el sector privado, como las supervías del poniente, los Cetram y la línea 1 del tranvía Buenavista-Centro Histórico por su oposición a la iniciativa de reforma energética del gobierno federal.

Es un caso muy distinto, aclara, en el caso de los hidrocarburos “no es que yo opine que estoy en contra de la participación privada, sino lo que están haciendo allí, en la iniciativa que presentó Calderón, es comprometer activos nacionales de manera tramposa y además innecesaria”.

“No ha sido, además, una postura del Gobierno del Distrito Federal –ni de éste ni de los anteriores– el que estemos en contra de la inversión privada, ese es un mito y lo inventó la derecha. Nosotros no estamos en contra de la inversión privada, ni de las empresas privadas. Estamos en contra del abuso, estamos en contra del uso del poder en favor de crear monopolios, estamos en contra de los grandes negocios escandalosos que hemos visto”, señala.

Sobre la relación de su gobierno con la ALDF, con la que se ha confrontado en casos como la reforma electoral que promovió desde el Senado la corriente Nueva Izquierda del PRD, con respaldo de PAN y PRI, y con la que se pretendía sustituir a los consejeros del Instituto Electoral local, frenada finalmente por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y la dilación en llevar al pleno iniciativas como las reformas a la Ley de Obras y la Ley de Adquisiciones, que finalmente aprobó el legislativo en un periodo extraordinario, Ebrard evita entrar en confrontación.

Dice que no tiene queja, aunque reconoce que el cabildeo ha sido intenso. “Creo que nos ha ido bien al final y hay que acostumbrarnos a que los gobiernos, sobre todo en esta ciudad, que es una ciudad muy grande y muy compleja, siempre tendrán que hacer un esfuerzo mayor de diálogo”, no obstante la pertenencia al mismo partido.

Tampoco entra en honduras sobre el estado que guarda su relación con la Iglesia católica, luego de que el Arzobispado amenazó con excomulgarlo por respaldar, en política pública, la reforma penal que permite la interrupción legal del embarazo antes de las primeras 12 semanas de gestación.

Reforma que, aunada a otras iniciativas como la Ley de Sociedades de Convivencia y la Ley de Voluntad Anticipada, hacen que el Distrito Federal “sea la ciudad más liberal y abierta de todo el continente”. Y la Iglesia “está del otro lado”, dice, aludiendo a sus oficinas del Zócalo y la Catedral Metropolitana del otro lado del Zócalo, en un juego de palabras que se puede asumir literal o en sentido figurado.

La Jornada, 17 de septiembre.


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