No habrá espacios de “opacidad” en la contienda del 2009

Para el ciudadano que vota no debe haber secretos. Cualquiera deberá saber cómo gastan el IFE y los partidos los recursos públicos, y conocer con precisión que el dinero invertido es utilizado positivamente. Así, la del 2009 será la elección más vigilada de los últimos años.

Por ello, con la transparencia como punta de lanza, los consejeros del Instituto Federal Electoral asumen el desafío de recuperar el terreno perdido por la elección del 2006. Están convencidos de que en el proceso comicial 2008-2009 está en juego la credibilidad de la autoridad.

“No habrá espacios de opacidad”, proclaman Francisco Guerrero, Benito Nacif y Marco Gómez, con sus propios matices, en sendas conversaciones con El Economista.

Como Presidente del Órgano Garante de Transparencia y Acceso a la Información, Francisco Guerrero cree que la mejor vacuna para los cuestionamientos contra el Instituto es justamente la nitidez en los asuntos del organismo. “Venimos de un proceso traumático. Si sale bien el 2009 tendremos esperanzas de que el 2012 sea un éxito”.

En esta ruta, es partidario de una relación virtuosa entre costo-beneficio de la inversión electoral y explica por qué: “Tiene que ver con la construcción de consenso y confianza. Los ciudadanos están dispuestos a participar y a correr con los gastos, pero quieren un buen producto, candidatos que cumplan sus promesas y contar con partidos que sean correspondientes con su plataforma ideológica”, puntualiza.

A su juicio, la transparencia es un asunto central rumbo a los comicios del 2009 y el 2012, porque los mexicanos están esperando saber exactamente en qué gastan recursos el IFE y los partidos.

“No me imagino ya a las nuevas generaciones de demócratas mexicanos bajo las viejas reglas del pasado”, advierte Guerrero Aguirre, quien juzga imperativo trabajar “más fuertemente” para aumentar la credibilidad en la institución.

Experto en encuestas en materia institucional, ha revisado sondeos recientes y por tanto considera importante que el IFE sea tan transparente que “sepamos exactamente dónde estamos parados y en qué se invierten los dineros públicos”.

Pondera avances importantes, que hay partidos que se han abierto lentamente pero con buen paso, pero enfatiza que, independientemente de las cuestiones legales, “todos debemos tener abiertas nuestras cuentas, de manera genérica, en todos los sentidos, como una norma de vida”.

Sin lugar para fallas: Gómez

El consejero Gómez Alcántar coincide con este gran desafío para el IFE. Preside el Comité de Radio y Televisión, así como la Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos, pero asegura que el tema del monitoreo de medios electrónicos no es el único ni el más importante.

“Evidentemente es parte sustancial que, si es bien manejada, contribuirá a generar mayor confianza en el Instituto”. Esto es que a través del monitoreo de precampañas y campañas el ciudadano sabrá con precisión cómo gastaron los partidos los dineros públicos en la promoción de su oferta política y sus candidatos.

Insiste en que para el 2009 está en juego la consolidación de la credibilidad del organismo rumbo al 2012, y por eso la insistencia ante el gobierno federal para que la autoridad tuviera todos los recursos técnicos, humanos y materiales para cumplir sus nuevas atribuciones y responsabilidades.

Argumenta: “Si el IFE falla en una de ellas será en demérito de la confianza y la estabilidad del sistema político. Y eso es muy importante distinguirlo. El Instituto no peleó recursos sólo por pedirlos. No fue una ocurrencia”.

Cumplir, remató, es de suma importancia para el Estado mexicano, porque ahí “estriba buena parte de la estabilidad política que el país necesita para seguir avanzando”.

El IFE, bajo observación: Nacif

El consejero Nacif Hernández es muy claro en sus puntos de vista. Es Presidente de la Comisión del Servicio Profesional Electoral y sin tapujos ha externado la situación tan endeble de la estructura del IFE.

En consecuencia, no le queda duda alguna de que el objetivo central del Instituto Federal Electoral tiene que ser organizar elecciones transparentes y confiables, justamente bajo procedimientos claros y diáfanos para todos los ciudadanos, observados en todo momento por los partidos políticos y por la opinión pública.

Este es el seguro de vida para el IFE. “Debemos tener la capacidad de garantizar la observancia de la ley, porque ésa fue la principal objeción en el 2006”.

Esto fue, explica, el objetivo central de la petición insistente de dotar a la autoridad de mayores recursos para cumplir sus nuevas atribuciones. “Teníamos que contar con un instrumento de verificación (de spots) confiable”, fundamentó.

Ventana al público

Actualmente, el IFE publica en su página de Internet su ejercicio del gasto por trimestre; los informes anuales de erogaciones e ingresos de los partidos políticos; también las actas y acuerdos de las sesiones de la Junta General Ejecutiva, las percepciones de sus funcionarios y, en breve, los sueldos de dirigentes partidistas, entre otros asuntos.

El 15 de octubre del 2003 firmó con el IFAI un convenio general de colaboración para diseñar bases y mecanismos operativos en materia de acceso a la información.

Y el pasado 28 de agosto de este año, sin estar obligado legalmente, signó el acuerdo para incorporar toda la información pública del IFE al sistema Infomex, de modo que cualquier ciudadano pueda solicitar “con la máxima facilidad” los datos que le interesen.

El Economista, 22 de septiembre.


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