Pocos, muy pocos son quienes pueden ver la imagen.
Las 11 personas que acompañan a Serrano, entre familiares e integrantes de Provida, se pierden entre el ir y venir de la gente que sale del Metro y que circula frente a la Corte, y que los sortean como si fueran obstáculos en su camino rumbo a un Zócalo con cientos de personas ajenas al rezo, que escuchan mariachi, que van y vienen en bicicleta o piden información sobre salud sexual y reproductiva.
Rocío Gálvez, presidenta oficial de Provida, encabeza el rosario; su “... Dios te salve María, llena eras de gracia” es opacado por el “Mujeres, oh mujeres tan divinas” que canta el mariachi en la plaza del Zócalo como parte de la feria comunitaria que se realiza frente a Catedral.
¡Oh, Jesús mío, perdona nuestros pecados!, repite Gálvez, quien dejó la formalidad y ahora viste pantalón de mezclilla y una playera con una leyenda en inglés que dice “baby is a baby... is a baby”, a través de su megáfono de escasa potencia, mientras al fondo, otra vez, el mariachi y su “mujeres, oh mujeres tan divinas”.
La gente sigue saliendo del Metro, sorteando a los fotógrafos que convocó Serrano y que son más que los de Provida. Casi nadie se detiene, sólo un par de jóvenes y un par de ancianos se santiguan —a su paso— ante la imagen de la Virgen.
La mayoría acelera sus pasos, los esquivan. Sólo un hombre no esconde su enojo: cruza en medio del grupo de Provida, emite una grosería y sigue su camino.
Jorge Serrano, con micrófono, señala la lona que se ubica a la izquierda de la imagen de la Virgen, en la que está impresa la fotografía de cada uno de los ocho ministros que el jueves pasado avalaron la despenalización del aborto en el DF. Uno a uno repite su nombre: Cossío, Franco, Góngora, Gudiño, Olga, Margarita, Silva, Valls.
“Vamos a rezar —dice— por los ministros que no supieron defender la vida. Vamos a pedirle a nuestro Señor que los perdone, porque no saben lo que hicieron... son los responsables del derramamiento de sangre”.
Y ahora señala la lona ubicada a la derecha de la Virgen en la que se imprimió el rostro de los ministros Ortiz, Aguirre y Azuela. Y da inicio el “Padre nuestro que estás...”
Mientras, las campanas de la Catedral llaman a misa. El rosario ha terminado. Las lonas son levantadas, porque hay que ir a misa a la Catedral, porque, hoy, dice Serrano Limón, es la misa de desagravio.
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