Con un ríspido debate que incluyó rechiflas y gritos de “vendidos” a integrantes de los chuchos, el pleno del XI Congreso Nacional del PRD dejó abierta la posibilidad de hacer alianzas con el PRI y el PAN, durante las elecciones del 2009, cuando se renovarán la Cámara de Diputados y 10 gubernaturas, luego de que se eliminó el candado que prohibía esa posibilidad.
Con 637 votos a favor y 492 en contra, el Congreso perredista dio “luz verde” al resolutivo que permite hacer alianzas con cualquier partido, aunque será el Consejo Nacional el que apruebe, con las dos terceras partes, esa posibilidad de coalición con otras fuerzas progresistas –que no descarta al PRI y PAN–, de acuerdo a la coyuntura que se presente en el estado, municipio o distrito electoral en cuestión.
El ala lopezobradorista, a través de Alfredo Hernández Raigosa, arremetió contra los chuchos acusando el resolutivo de pragmático, oscuro y perjudicial para la imagen de izquierda del PRD e incluso apeló al asesinato de más de 500 perredistas durante el régimen priista para justificar su rechazo a cualquier alianza con el tricolor.
“¡Ni un voto al PRI, ni un voto al PAN!”, coreaban los lopezobradoristas.
La respuesta vino de inmediato, dura y directa, de parte del coordinador de los senadores perredistas, Carlos Navarrete, quien recordó que los muertos fueron en el régimen salinista y que en la actualidad “buena parte de salinistas se encuentran en el gabinete (del gobierno legítimo) y nadie dice nada”.
“La memoria es flaca… no se les olvide que el PRD está lleno de gente que apenas hace unos meses eran priistas salinistas y aquí les abrimos la puerta en el PRD, donde parece que tenemos agua bendita que absuelve a cualquier priista de sus tropelías; basta que diga que viene a nuestras filas para que lo absolvamos de todo su pasado y lo convirtamos en el perredista más puro”, fustigó.
“Por la puerta de atrás se está colando la alianza con lo peor del PRI, por la vía del PT y Convergencia, no del PRD, no se equivoquen en eso”, retó.
La lucha de descalificaciones también se libró abajo entre los delegados afines a López Obrador contra los chuchos, quienes gritaban a Hernández Raigosa, actual secretario de Regularización Territorial del GDF: “No se te olvide que tu patrón Marcelo (Ebrard) es salinista…”.
La calma con la que se desarrolló el segundo día de trabajos del Congreso Nacional del PRD se rompió con el tema de las alianzas electorales, donde chuchos y lopezobradoristas se confrontaron y los ánimos se caldearon al punto de que los integrantes del presidium pedían calma a diestra y siniestra sin lograrlo.
La crispación se desató luego de que Agustín Guerrero subió a tribuna a proponer que se mantuviera el candado que prohíbe alianzas con el tricolor o el PAN, y se prolongó hasta la votación de ese resolutivo, donde se recurrió al conteo voto por voto ante lo cerrado de la contienda.
“¡Somos más, somos más!”, retaban los congresistas pertenecientes a Nueva Izquierda, mientras delegados lopezobradoristas levantaron pancartas donde se leía: “Me avergüenzo de ser perredista”.
“¡Otra vez el chuchinero!”, “Hijos de Manlio”, “¡Nuevo PRI!”, les gritaban a los dirigentes de Nueva Izquierda.
Ruth Zavaleta y el delegado de Venuestiano Carranza gritaban “¡Fuera Marcelo!”, en alusión al jefe del Gobierno capitalino, mientras empezaba a crecer el coro de “¡No más ligas, no más ligas!”.
Con 637 votos a favor y 492 en contra, el Congreso perredista dio “luz verde” al resolutivo que permite hacer alianzas con cualquier partido, aunque será el Consejo Nacional el que apruebe, con las dos terceras partes, esa posibilidad de coalición con otras fuerzas progresistas –que no descarta al PRI y PAN–, de acuerdo a la coyuntura que se presente en el estado, municipio o distrito electoral en cuestión.
El ala lopezobradorista, a través de Alfredo Hernández Raigosa, arremetió contra los chuchos acusando el resolutivo de pragmático, oscuro y perjudicial para la imagen de izquierda del PRD e incluso apeló al asesinato de más de 500 perredistas durante el régimen priista para justificar su rechazo a cualquier alianza con el tricolor.
“¡Ni un voto al PRI, ni un voto al PAN!”, coreaban los lopezobradoristas.
La respuesta vino de inmediato, dura y directa, de parte del coordinador de los senadores perredistas, Carlos Navarrete, quien recordó que los muertos fueron en el régimen salinista y que en la actualidad “buena parte de salinistas se encuentran en el gabinete (del gobierno legítimo) y nadie dice nada”.
“La memoria es flaca… no se les olvide que el PRD está lleno de gente que apenas hace unos meses eran priistas salinistas y aquí les abrimos la puerta en el PRD, donde parece que tenemos agua bendita que absuelve a cualquier priista de sus tropelías; basta que diga que viene a nuestras filas para que lo absolvamos de todo su pasado y lo convirtamos en el perredista más puro”, fustigó.
“Por la puerta de atrás se está colando la alianza con lo peor del PRI, por la vía del PT y Convergencia, no del PRD, no se equivoquen en eso”, retó.
La lucha de descalificaciones también se libró abajo entre los delegados afines a López Obrador contra los chuchos, quienes gritaban a Hernández Raigosa, actual secretario de Regularización Territorial del GDF: “No se te olvide que tu patrón Marcelo (Ebrard) es salinista…”.
La calma con la que se desarrolló el segundo día de trabajos del Congreso Nacional del PRD se rompió con el tema de las alianzas electorales, donde chuchos y lopezobradoristas se confrontaron y los ánimos se caldearon al punto de que los integrantes del presidium pedían calma a diestra y siniestra sin lograrlo.
La crispación se desató luego de que Agustín Guerrero subió a tribuna a proponer que se mantuviera el candado que prohíbe alianzas con el tricolor o el PAN, y se prolongó hasta la votación de ese resolutivo, donde se recurrió al conteo voto por voto ante lo cerrado de la contienda.
“¡Somos más, somos más!”, retaban los congresistas pertenecientes a Nueva Izquierda, mientras delegados lopezobradoristas levantaron pancartas donde se leía: “Me avergüenzo de ser perredista”.
“¡Otra vez el chuchinero!”, “Hijos de Manlio”, “¡Nuevo PRI!”, les gritaban a los dirigentes de Nueva Izquierda.
Ruth Zavaleta y el delegado de Venuestiano Carranza gritaban “¡Fuera Marcelo!”, en alusión al jefe del Gobierno capitalino, mientras empezaba a crecer el coro de “¡No más ligas, no más ligas!”.
Alejandro Páez, Crónica, 22 de septiembre.
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