CARACAS.— Ni las ruidosas caravanas de estudiantes para impulsar el “no” a la reelección presidencial, ni la colorida marcha que el jefe de Estado, Hugo Chávez, encabezó en la región caraqueña de Catia, fueron lo multitudinarias de otros tiempos y que muchos esperaban repetir después de una campaña por momentos caldeada y con atisbos violentos. De todas formas, el gobierno no perdió la oportunidad de darle un poco de tensión a la elección, al ordenar anoche la “retención” del eurodiputado español (PP) Luis Herrero, quien había calificado al mandatario de “dictador”.
Mientras el oficialismo y la oposición se llamaban a silencio, a la espera del nuevo desafío en las urnas, donde mañana el mandatario vuelve a apostar su liderazgo para tratar de conquistar una visa de perpetuidad en el poder, una docena de agentes de la DISIP (policía política) llegaron hasta el hotel Pestana, donde se hospedaba la delegación de observadores europeos y Herrero fue trasladado hasta el aeropuerto a la espera de un vuelo que lo devuelva a España.
Herrero, un conocido periodista español de la cadena radial COPE, había acusado a Chávez de dictador y llamó “a votar sin miedo”, luego de una reunión con dirigentes opositores, mientras esperaba ser acreditado como observador ante el Consejo Nacional Electoral (CNE). Anoche, la presidente de ese organismo, Tibisay Lucena, le recomedó al gobierno “que retire del país al eurodiputado” Herrero, quien corrió la misma suerte que José Miguel Vivanco, responsable para América Latina de Human Right Watch.
Horas antes, Caracas se vestía de cierre de campaña. En lo que al oficialismo respecta, Chávez recorrió Catia y La Guaira con el fin de “compartir este amor que crece cada día más por esta juventud, por todo, por esos niños, por esa solidaridad, por ese frenesí. Y esa es la fuerza que a mi me impulsa. Más nada, no hay otra fuerza más grande que el amor del pueblo”.
Mientras 60% de las mesas electorales ya quedaron instaladas y se activó el Plan República (de seguridad electoral) con 140 mil efectivos distribuidos en todo el país, los estudiantes universitarios no registraron el mismo brillo en la calle de otros tiempos (el 2007) en las caravanas desplegadas ayer. “Atacamos todos los sectores neurálgicos de la ciudad con un panfletéo e informando a la gente para que vote y no se abstenga”, explicó Federico Blanck, uno de los voceros del comando estudiantil
En este marco, las encuestas muestran una elección cerrada. Si bien por ley no pueden ser difundidas, el “sí” ostentaría una ventaja de entre cuatro y seis puntos. Para la oposición los sondeos le darían una leve ventaja al “no”, aunque Luis Vicente León, director de Datanalisis, admitió ayer que “Chávez tiene una ventaja que aún no permite asegurar proyecciones”.
Empero, la falta de pasión y cierta fatiga electoral obedecería, según el analista Carlos Romero, de la Universidad Central de Venezuela (UCV) a que la ciudadanía sabe que “si gana el ‘no’, al otro día Chávez va a comenzar a inventar algo para perpetuarse”, aunque los votos, una vez que se cuenten, tendrán su justa significación política.
José Vales corresponsal, El Universal, 14 de febrero.
Mientras el oficialismo y la oposición se llamaban a silencio, a la espera del nuevo desafío en las urnas, donde mañana el mandatario vuelve a apostar su liderazgo para tratar de conquistar una visa de perpetuidad en el poder, una docena de agentes de la DISIP (policía política) llegaron hasta el hotel Pestana, donde se hospedaba la delegación de observadores europeos y Herrero fue trasladado hasta el aeropuerto a la espera de un vuelo que lo devuelva a España.
Herrero, un conocido periodista español de la cadena radial COPE, había acusado a Chávez de dictador y llamó “a votar sin miedo”, luego de una reunión con dirigentes opositores, mientras esperaba ser acreditado como observador ante el Consejo Nacional Electoral (CNE). Anoche, la presidente de ese organismo, Tibisay Lucena, le recomedó al gobierno “que retire del país al eurodiputado” Herrero, quien corrió la misma suerte que José Miguel Vivanco, responsable para América Latina de Human Right Watch.
Horas antes, Caracas se vestía de cierre de campaña. En lo que al oficialismo respecta, Chávez recorrió Catia y La Guaira con el fin de “compartir este amor que crece cada día más por esta juventud, por todo, por esos niños, por esa solidaridad, por ese frenesí. Y esa es la fuerza que a mi me impulsa. Más nada, no hay otra fuerza más grande que el amor del pueblo”.
Mientras 60% de las mesas electorales ya quedaron instaladas y se activó el Plan República (de seguridad electoral) con 140 mil efectivos distribuidos en todo el país, los estudiantes universitarios no registraron el mismo brillo en la calle de otros tiempos (el 2007) en las caravanas desplegadas ayer. “Atacamos todos los sectores neurálgicos de la ciudad con un panfletéo e informando a la gente para que vote y no se abstenga”, explicó Federico Blanck, uno de los voceros del comando estudiantil
En este marco, las encuestas muestran una elección cerrada. Si bien por ley no pueden ser difundidas, el “sí” ostentaría una ventaja de entre cuatro y seis puntos. Para la oposición los sondeos le darían una leve ventaja al “no”, aunque Luis Vicente León, director de Datanalisis, admitió ayer que “Chávez tiene una ventaja que aún no permite asegurar proyecciones”.
Empero, la falta de pasión y cierta fatiga electoral obedecería, según el analista Carlos Romero, de la Universidad Central de Venezuela (UCV) a que la ciudadanía sabe que “si gana el ‘no’, al otro día Chávez va a comenzar a inventar algo para perpetuarse”, aunque los votos, una vez que se cuenten, tendrán su justa significación política.
José Vales corresponsal, El Universal, 14 de febrero.
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